Cuando Takeshi Obata y Tsugumi Ohba anunciaron que estaban trabajando en una nueva obra, la histeria se desató entre los aficionados del manga y anime. No era para menos, ya que se trata del regreso de los autores de éxitos como Death Note y Bakuman, dos obras tan distintas y a la vez tan revolucionarias. Sin embargo, ¿Platinum End está a la altura de tales expectativas? Lo sabremos ahora que tenemos en librerías los dos primeros tomos de la obra,
Platinum End comenzó a publicarse en las páginas de Jump SQuare de Shueisha en 2015 y del cual ya se han lanzado en territorio nipón 6 volúmenes recopilatorios. Como era de esperar en una obra de Ohba y Obata, cada nuevo tomo está presente en el listado de mangas más vendidos de Oricon y es cuestión de tiempo que cuente con una versión animada.
En el pasado XXII Salón del Manga de Barcelona Norma Editorial anunció la licencia de esta obra de Obata y Ohba, siguiendo el camino de las otras obras del dúo artístico presentes en el catálogo de la editorial. Y hasta el momento, también se ha convertido en un superventas en España.
Ángeles y demonios
El recién licenciado Mirai Kakehashi toma una drástica decisión vital: suicidarse. Sin embargo, cuando está cayendo al vacío desde un edificio es rescatado por Nachi, su ángel guardián al que le encomiendan hacer feliz a su protegido. Para este fin, le concede dos poderes: unas alas con las que poder volar a gran velocidad y dos tipos de flecha. La flecha roja le permite enamorar a cualquier persona durante 33 días, mientras que la flecha blanca causa la muerte instantánea. Aunque esto no es todo lo que le ofrece a Kakehashi en su nueva oportunidad: Nachi le cuenta que estos mismos poderes que le concede a él los poseen otras personas del mundo y a quien deberá vencer para convertirse en el nuevo dios.
Con Platinum End la dupla Ohba y Obata vuelven a uno de los géneros donde se sienten más cómodos: la fantasía. Los autores parten de la iconografía clásica conocida por todos como son los ángeles (y también la moderna del mundo de los superhéroes), para presentar una historia de misterio y acción, situada a medio camino entre el shônen y el seinen. Una mirada desmitificadora de los ángeles que otorgan a los seres humanos una herramienta con la cual equipararse a los dioses y que da rienda suelta a los sueños más anhelados, ya sea para bien o para mal.
De esta manera, el manga nos presenta un duelo entre humanos, donde el engaño y el ingenio guían la trama, proporcionando bruscos giros de guión y escenas impactantes que dejarán con la boca abierta al lector. Un planteamiento que ya les funcionó a este dúo de autores con Death Note y que aquí vuelven a utilizar, salvando las distancias, para hacer las delicias de los fans. Sin embargo, ¿es suficiente todo esto para crear otro manga de éxito?
No es Death Note
Seres mitológicos como meros espectadores, seres humanos que compiten por alzarse como nuevos dioses, un mundo fantástico lleno de reglas… Nadie puede negar que al leer Platinum End tenga esa sensación de déjà vu debido al gran parecido del manga con la obra más exitosa de los dos autores: Death Note. Incluso encontraremos algunas escenas que son claras referencias a su predecesora, como cuando Metropoliman habla con el resto de rivales a través de la televisión.
Aunque si comparamos la una y con la otra, hay algo que le falta a Platinum End: los personajes. Light Yagami era único, principalmente al ser un protagonista con las cosas claras, un auténtico genio capaz de explotar al máximo el cuaderno de muerte. Sin embargo, Mirai es una persona débil, tanto física como mentalmente, guiado más por las pasiones que por el intelecto y cuyas decisiones pueden sacar de quicio al lector.
Saki, Metropoliman, Nachi…, todos ellos son personajes bastante planos y que no son tan atractivos como lo hacían L, Ryuk, Rem, Misa Amane… Es por esto que aunque la historia pueda enganchar, no conmueve tanto al no empatizar tan fácilmente con sus personajes.
El estilo inconfundible de Obata
En el apartado artístico, Obata aporta su granito de arena con un dibujo con un trazo limpio y, sobre todo, efectista. Un estilo inconfundible que se puede reconocer en el diseño de los personajes, con las caras tan características del autor, redondeadas, ojos pequeños y el pelo enmarañado. Todos ellos representados con todo lujo de detalles y de manera bastante cuidada. Valga el ejemplo del diseño de Metropoliman.
En cuanto a los ángeles y todos los elementos que le rodean están llenos de detalles, con plumas y destellos. Aunque bien es cierto que a veces les dota de un difuminado que, con el fin de aportar un aura fantástica a estos seres y todo su mundo, puede dar la sensación que emborrona el dibujo reduciendo el detallismo de las escenas.
También como es habitual en Obata, el ilustrador juega como quiere con las viñetas, supeditándolas a la acción y otorgándoles formas irregulares. Además, cada viñeta posee multitud de tramas que no solo permiten transmitir el aura mística de los seres, sino también potencian las expresiones de los personajes y las situaciones en las que se ven envueltas.
Una dupla de oro
Tsugumi Ohba y Takeshi Obata son posiblemente los dos autores de manga más conocidos a nivel mundial. Todo gracias a Death Note, un manga de fantasía a medio camino entre el shônen y el seinen, que causó una auténtica histeria colectiva y les catapultó a la fama.
Desde muy pequeño Takeshi Obata siempre se mostró interesado por el mundo del manga, sobre todo por las obras de ciencia ficción de Shotaro Ishinomori. En 1985 se hizo con el premio Tezuka Award por el one-shot de 500 Kōnen no Shinwa. Después de este fulgurante debut llegaron series como Cyborg Jii-chan G, Karakurizōshi Ayatsuri Sakon y Hikaru no Go, todas ellas obras con otros autores y que Obata se encargaba de ilustrar. Aunque fue con Hikaru no Go con la cual Obata consiguió hacerse un nombre como profesional del manga, consiguiendo varios premios así como unas buenas ventas.
En 2003, considerado ya por muchos como un autor de referencia, comenzó la obra que definitivamente lo acabó consagrando: Death Note. El manga debutó en las páginas de la Weekly Shônen Jump con Tsugumi Ohba a los lapiceros, un autor hasta entonces desconocido. Se trataba de una obra cuya temática parecía ser demasiado oscura para el semanario shônen de Shueisha, pero la obra se convirtió en un éxito inmediato.
Ya fuera por el desarrollo de la trama, la historia o el impresionante dibujo de Takeshi Obata, la obra se convirtió en un auténtico superventas. Esto motivó que fuera adaptada a multitud de medios y, a día de hoy, es una obra obligada para todos aquellos que se quieran iniciar en el mundo del manga y el anime.
En 2006 finalizó Death Note y no fueron pocos los que esperaban con ganas la nueva obra del dúo artístico. Aunque parte de este deseo también se debía al desgaste que sufrió la obra en sus últimos arcos. Tras varios proyectos individuales, volvieron a reunirse para iniciar una nueva serie: Bakuman.
Con Bakuman volvieron a remover los cimientos del manga y el anime, casi literalmente. La obra estaba protagonizada por dos jóvenes que querían triunfar en la Weekly Shonen Jump. Una obra más realista que su predecesora, mucho más emotiva, pero igual de atractiva. Principalmente, al desvelar de primera mano el funcionamiento de la industria del manga y donde tampoco faltaban los retos personales, así como de los duelos entre personajes tan característicos de este dúo de autores. Al igual que Death Note, contó con varias adaptaciones, tanto a anime como a live-action.
Con Platinum End, Ohba y Obata vuelven al género que los encumbró: la fantasía. Hasta el momento la serie cuenta con 6 volúmenes recopilatorios, siendo estos habituales en la lista de mangas más vendidos en Japón, principalmente por el historial del dúo artístico. Sin duda, una pareja de oro.
La edición
La obra llega a España de manos de Norma Editorial, misma editorial que editó Death Note y Bakuman. El manga cuenta con una edición en formato tomo 11,5 x 17,5 cm, rústica con sobrecubierta. La edición respeta el diseño japonés, aunque la sobrecubierta cuenta con un stamping geométrico y brillante que al moverse genera distintos brillos.
Además, al contrario que los lanzamientos habituales de la editorial, Platinum End incluye un marcapáginas de cartón que, sumado a la preciosa edición, la convierten en una compra asegurada. Sobre todo por los fans del dúo Ohba/Obata.
Conclusión
Ohba y Obata vuelven a los orígenes con Platinum End, una obra donde los ángeles ceden sus armas a los hombres para que uno de ellos se convierta en Dios. Unas armas que como siempre sacarán el verdadero lado humano de cada uno, tanto para bien como para mal.
Sin embargo, aunque las situaciones que se dan en la historia mantienen los duelos de intelectos y engaños, los personajes son la gran asignatura pendiente de la obra. A estos les falta ese carisma y presencia que permita a los lectores no solo empatizar, sino también entender lo que hacen y piensan, algo fundamental en este tipo de historias. Además, aunque Obata mantiene ese dibujo delicado, fino y detallista, a veces abusa de los afectos echando un poco a perder el dibujo.
En conclusión, se trata de una obra entretenida, pero que seguro defraudará a los fans de Ohba/ Obata. Muchos esperaban con ganas esta nueva obra y las altas expectativas generadas no se han visto satisfechas al descubrir que se trataba de un seudo-Death Note, pero que no llega a hacer sombra al original. Una pena.
Lo mejor
- Una historia con ritmo y que no tiene parada.
- El dibujo detallista y efectista de Obata.
Lo peor
- La sombra de Death Note es alargada.
- Los personajes no están muy trabajados.
- A veces los efectos del dibujo, le restan calidad.
Platinum End
Editorial: Norma Editorial
Formato: Rústica con sobrecubierta 11,5 x 17,5 cm
Tomos: 14 (Finalizada)
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