Fue en el pasado mes de octubre, cuando en el XV Salón del Manga de Barcelona, Ediciones Glénat dio a conocer su nuevo proyecto, que tanto tiempo había mantenido en secreto. Un secreto que pasó a ser una gran sorpresa para todos los seguidores del manga en España, la presentación de la denominada Línea Gaijin.
¿Qué es la Línea Gaijin?
Ediciones Glénat ha querido dar un nuevo paso en el concepto de manga español, y por ello, ha creado una nueva línea de cómics, formada íntegramente por autores españoles con experiencia en el mundo del cómic, y estilo cercano al del manga japonés tanto gráfica como narrativamente.
Dentro de este selecto grupo de autores está Belén Ortega, que nos presenta su manga Himawari, la única obra de la línea editada en sentido de lectura oriental, que desde el pasado día 25 de marzo se encuentra en las tiendas especializadas de toda España.
Argumento
En el período Bakumatsu, Himawari, una niña de cuatro años y su hermano mayor Shunya, de ocho, ven como un grupo de hombres asesinan a sus padres ante sus ojos. Aterrorizados, huyen a las montañas para salvar su vida, observando impotentes la gran nube de humo que levanta el incendio de su hogar. En ese momento, ambos realizan la promesa de vengarse de los asesinos de sus padres.
Doce años después, los dos hermanos emprenden la búsqueda de los responsables de la matanza. Sus investigaciones los llevan hasta una de las prefecturas en las cercanías de Edo, una zona dominada por uno de los asesinos de sus padres. Allí, con la excusa de encontrar la espada gemela que les fue robada, intentarán cobrarse por fin su venganza.
Así narra Ediciones Glénat esta preciosa historia. Himawari nos sumerge al completo en el Bakumatsu, un periodo de complicados cambios políticos en Japón, en los que el sokaku, (una política de aislamiento) esta a punto de ser sustituida por el feudalismo, justo antes de comenzar el período Meiji.
En este marco histórico se presenta Himawari, una niña de 4 años y Shunya, su hermano, cuatro años mayor que ella, ambos únicos testigos del violento y aterrador asesinato de sus padres. Los dos pequeños consiguieron salvar el pellejo gracias a la rápida reacción de Shunya, que huyó de la escena del crimen, con una de las dos espadas de su familia, y su hermana Himawari, dejando tras de sí toda una vida llena de recuerdos..
Posteriormente Himawari y Shunya crecieron entre la mas profunda miseria, subsistiendo gracias a la confianza mutua entre los dos, y al arte de la espada, convirtiéndose así en dos expertos espadachines.
La historia realmente arranca doce años después del accidente, en 1859, con unos protagonistas ya maduros, con una personalidad que Belén Ortega ha sabido otorgar a los personajes a la perfección, y una única meta en la vida: encontrar a los asesinos de sus padres y vengar su muerte.
A buen ritmo
La lectura del Himawari se pasa, literalmente, “volando”. No es que su historia sea sencilla, ya que, lejos de lo que pueda deducir de su argumento, cada personaje esta pensado y diseñado milimétricamente, fortaleciéndolos así de una manera psicológica, y otorgándoles una personalidad bien definida, si no por que, Belén Ortega, y Rubén García (coguionista de la obra) han sabido llevar la trama de una manera tan limpia y simple, que hacen de este tomo una delicia.
En Himawari nada es lo que parece. Todo tiene un por qué y un trasfondo, todo ocurre por algo y no lo descubres hasta las últimas páginas del tomo. Y es que, como ya dicen los títulos, cada capítulo se centra en una virtud del bushido, (un código ético que debían de seguir los samuráis) como el honor, la compasión, el valor, que serán el tema “principal” de cada capítulo.
Una perfecta ambientación
A medida que transcurre la historia, más nos acercamos a esta época, y es que, Belén Ortega ha sabido llevar perfectamente toda la trama a la época que deseaba. Los escenarios y sobre todo, la ambientación, nos pueden recordar al conocido manga Rurouni Kenshin, de quién la autora se considera seguidora.
Las calles, el ambiente urbano, la organización, las personas, las tiendas …todo esta perfectamente adaptado a la historia. Y es que, a pesar de no ser un manga con hechos realmente “históricos”, este nos muestra muchas características de la época, ya sea desde la organización de los clanes, y la diferente repercusión en el dependiendo del sexo, o la el poder que ejerce el líder de un clan sobre sus esbirros, llevando esto incluso a su muerte.
Un dibujo perfeccionista
Sin lugar a dudas, el dibujo de Himawari, es lo que, desde un principio, nos puede llevar a su compra. Tanto el diseño artístico de los personajes, los detallados escenarios, la fabulosa utilización de sombras o el dinamismo del que galán muchas escenas, hacen de Himawari todo una delicia visual.
La perfecta realización de los flashbacks, únicamente a lápiz, repartidos en diversos momentos de toda la historia nos hacen ver todo el trabajo que puede llevar a priori el manga. También, encontraremos situaciones de tono erótico, ya sea masculina o femenina, incluyendo la homosexualidad, que, sin más ánimos que enriquecer la historia, da una sensación de pureza, eliminando así un tabú de la sociedad.
Su autora
Nació en 1986, en Granada. Aficionada al dibujo desde pequeña, cuando tenía 14 años descubrió, como ya hemos mencionado anteriormente, el anime de Rurouni Kenshin, el cual caló tan profundo en ella que le sumergió por completo en la cultura nipona. Poco a poco comenzó a dar sus primeros pasos de forma profesional en fanzines como Sugoi Magazine, Generación sur o Ohayo!; o algunas revistas especializadas en toda la cultura otaku, como Shirase, Dokan o Minami. En 2007 apareció en primer capítulo de Himawari en la revista Line Magazine, que fue distribuida en el Salón del Manga de Barcelona gratuitamente.
Estudió Bellas Artes en la universidad de Granada, y más tarde japonés, en la Human Academy, en Osaka, durante el año que vivió allí. Formó parte del grupo de autores Kamikaze Factory Studio hasta 2010, por lo que ha participado en una multitud de trabajos para publicidad, carteles,webs y libros, tanto como diseños para discos musicales.
La edición
La edición con la que se ha tratado a la obra, aún sin ser mala, podría haber sido tratada con mas “mimo”, al menos, a lo que a calidad se refiere. El manga contiene una sobrecubierta, al igual que el resto de mangas pertenecientes a esta linea, con una breve pero agradable biografía artística sobre su autora en el lateral. Metiéndonos algo más en el cómic podemos observar que la calidad del papel podría mejorar, aún siendo esta de una calidad notable.
El manga se deja leer a la perfección, no habiendo ningún fallo de impresión y un acabado aceptable en los bocadillos y en su contenido. Pero no todo acaba en lo que la historia puede ofrecernos, ya que, el manga contiene unos extras, que sin ser demasiados, son muy de agradecer, como dibujos de otros autores de la Linea Gaijin representando a Himawari con su estilo de dibujo.
En conclusión
Belén Ortega ha sabido hacer bien las cosas, y Himawari los demuestra. Ya sea por su dibujo preciosista, por una trama con unos giros inesperados, o por la perfecta ambientación que compone a esta obra, Himawari es un manga dedicado a cualquier persona, especialmente, a los aficionados a un Japón clásico. Es difícil ver un cómic español con un estilo manga parecido a al original, pero Himawari, lo consigue a la perfección.
Lo mejor: Un manga español de grandes dimensiones, que con una historia al más puro estilo Rurouni Kenshin y un gran dibujo, hará las delicias de todo seguidor del manga.
Lo peor: Una edición que sin ser mala, podría ser mejorada. Hay momentos en los que la historia puede dar más de sí.
Ficha técnica:
Título original: Himawari
Guión: Belén Ortega Sancho y Rubén García Cabezas
Dibujo: Belén Ortega Sancho
Editorial: Ediciones Glénat
Formato: C6(114×12)
Precio: 7 .95 euros
Numero de tomos: 1 (Tomo único)
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