¿Quién no se ha distraído alguna vez en clase? Es un hecho que uno no puede estar atendiendo durante al menos una hora sin distracciones. Una mosca, una pelusa, una paloma en la ventana…, cualquier cosa vale para desconectar. Y ya resulta casi imposible concentrarse si tienes al lado a alguien como Seki-kun, cuya imaginación para pasar el tiempo no tiene límites.
El pupitre de al lado se trata de un particular seinen de humor creado por Takuma Morishige. El manga comenzó a publicarse en la revista Comic Flapper de Media Factory en 2010, llevando hasta la fecha 7 volúmenes recopilatorios. Desde entonces, se ha convertido en una obra muy popular acumulando tres millones de mangas vendidos y llegando a estar nominado a los Manga Taisho en 2012.
Esta popularidad se disparó todavía más si cabe con el estreno de su adaptación animada. Shin-Ei Animation fue el encargado de animar los 21 episodios de los que constó la serie. Además, el pasado 28 de julio se estrenó el dorama Tonari no Seki-kun to Rumi-chan no Jishou, que tendrá 8 capítulos.
En octubre de 2014, la joven editorial Tomodomo anunció la licencia del manga de Morishige. En el XX Salón del Manga de Barcelona confirmaron que tendría por título El pupitre de al lado y cuyo primer tomo saldría a la venta en mayo de 2015. Hasta el momento, cuenta con un tomo en el mercado, aunque el segundo saldrá a la venta en los próximos meses.
La verdad es que a uno le puede resultar sorprendente que un manga centrado en escaquearse en clase tenga tanto éxito. Nadie puede negar que en Japón hay obras de todo tipo, y ya si nos metemos en lo bizarro ya ni os cuento. No obstante, El pupitre de al lado posee una frescura y originalidad que no deja a nadie indiferente.
Ya está otra vez…
Yokoi es una joven alegre y muy aplicada en sus estudios. Desde la última fila, centra todos sus esfuerzos en no perder detalle de las clases. Sin embargo, esto no le será fácil teniendo al lado a Seki, un chico un tanto holgazán e inquieto que, al contrario que Yokoi, dedica todas sus energías en distraerse en clase. El ajedrez, dominó, hacer ganchillo, gatos…, todo vale con tal de no aburrirse y no atender, para desgracia para Yokoi.
El pupitre de al lado recoge una sucesión de gags en las que Yokoi trata de frenar o se ve afectada por las ideas surrealistas de Seki. En todas ellas, Yokoi trata de atender o hacer lo que mandan los profesores, algo que le será imposible ante las ideas de su compañero. En general son escenas de un humor blanco, muy ágil y absurdo con las cuales es difícil no soltar una carcajada.
A pesar de ser una historia de instituto, no hay una trama por lo que es posible que a gran parte del público no le enganche. Simplemente, se trata de la pobre Yokoi tratando de lidiar con cada nueva idea de Seki. Aunque esta fórmula pudiera dar la sensación de ser un tanto repetitiva, no todos los capítulos tienen un mismo desarrollo o desenlace. En uno Yokoi sale rebotada del juego de Seki o en otro, en cambio, le da su merecido. Este no saber si finalmente Seki se saldrá con la suya le aporta cierta intriga a las historias que obligan al lector a llegar hasta la última hoja.
Asimismo, aunque la mayoría de capítulos son autoconclusivos, hay otros que tienen una especie de conexión desarrollando una especie de subtrama. Por ejemplo las partidas de Shogi o la familia robot, unas figuras mecha que a veces lleva Seki a clase. Eso sí, estas aparecen de manera calculada, para no desvirtuar la idea original de la obra y, por otro lado, para que no pierdan frescura.
En definitiva, una serie que no busca desarrollar historias épicas (aunque las hay), ni historias amorosas (aunque las hay), sino entretener al lector con las ideas locas de Seki.
Yokoi y Seki, una extraña pareja
Las mejores historias de humor están protagonizados por una pareja única. Dos personas tan antagónicas como el yin y el yang, pero que poseen una química que los hace indisolubles. Este es el caso de Yokoi y Seki.
Yokoi es una chica risueña y nerviosa que como todo estudiante busca dar lo máximo en clase. Además, es bastante inocente, algo fundamental para verse envuelta en los planes de Seki.
Por otro lado, Seki es un joven reservado, taciturno y un tanto vago. Nunca atiende en clase por lo que se las pasa haciendo cualquier cosa menos atender. Es en este tipo de tareas donde se observa la imaginación de Seki que no deja de sorprender al lector y que promete un sinfín de historias. Además, ambos poseen cierto espíritu pícaro que les lleva a comportarse como el gato y el ratón.
En cuanto al resto de personajes, tienen un protagonismo casi nominal y con una función bastante clara: el profesor que trata de controlar la clase, las amigas de Yokoi que se extrañan de su comportamiento… Ningún personaje tiene un desarrollo sino que cumplen su función para el desarrollo de cada capítulo. No obstante, algunos de ellos también posibilita el desarrollo de algunas historias alternativas, como es el caso de la amiga de Yokoi que cree que ella y Seki están enamorados.
Dibujo ágil y expresivo
A pesar de ser una auténtica sucesión de gags y que podría haber optado por un diseño tipo 4-koma, el manga posee un dibujo bastante detallado y expresivo. Si bien muchas veces abundan las caras sin expresiones y diseños planos, en otras ocasiones, las caras de los personajes poseen unos diseños proporcionados y con unas caras muy expresivas, algo elemental para una obra cómica.
Este detallismo también se observa en la multitud de elementos que utiliza Seki. Todo el amplio catálogo de objetos que utiliza para distraerse aparecen bien definidos y con diseños bastante atractivos.
Además, en las viñetas abundan las tramas lo que contribuyen a generar el dinamismo necesario para que las historias y las bromas resultan bastante dinámicas. Esto, unido a la disposición de viñetas hacen de El pupitre de al lado una lectura rápida a la par que entretenida.
Sobre el autor
Takuma Morishige es un mangaka hasta entonces inédito en nuestro país. Es el hermano menor de Akiko Higashimura, conocida por obras como Kuragehime o Kakukaku Shikajika. Sin embargo, Morishige no tiene nada que envidiarle a su hermana, siendo un autor de bastante éxito gracias a un humor costumbrista y a la par que surrealista.
Morishige se licenció en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Hiroshima, aunque su verdadera vocación era el manga. En el 2000 ganó el Tetsuya Chiba, lo que le abrió las puertas de la revista Young Magazine. Aquí debutó en 2001 con la obra Talk Live Lessons.
En 2006, lanzó su primera obra ambientada en el instituto Aihosi Modoki, también enmarcada en el género cómico. Esta se publicó en Akita Shoten y contó con 4 volúmenes recopilatorios. Pero no fue hasta 2010 cuando saltó definitivamente a la fama con El pupitre de al lado. Comenzó a publicarse en la revista Comic Flapper de Media Factory y, a día de hoy, es una de los buques insignia de la revista. Hasta el momento cuenta con 7 volúmenes recopilatorios, además de una adaptación a serie de anime y un dorama.
Además de obras ambientadas en el ámbito escolar, Morishige también ha explorado otras temáticas. En 2011 comenzó el seinen Inari Gohan en la Jump Kai de Shueisha. Dejándose llevar por la moda de la gastronomía, se trata de un slice of life ambientado en distintos restaurantes de Japón, donde destaca la fidelidad de los lugares reales visitados. Este cuenta con dos volúmenes.
También influido por otra moda actual, comenzó en la Bessatsu Young Magazine Gakuen Rengoku Zombie Mate, donde mezcla la temática escolar con los zombies. La obra cuenta con dos volúmenes recopilatorios.
Adicionalmente, cabe destacar la participación de Morisihige en el manga colectivo Mangaka-san Irasshai! R’s Bar – Mangaka no Atsumaru Mise. Aquí se recogen distintas historias dibujadas por autores como Inio Asano, Kengo Hanazawa, Shuzo Oshimi, Usamaru Furuya, entre otros. La obra se publica en la Young Animal Harashi de Hakusensha y cuenta con un volumen. Una obra colectiva de una generación de autores de éxito y entre los que sin duda, no podía faltar Morishige.
Sobre la edición
Como nos tiene acostumbrados, Tomodomo ha hecho un gran trabajo con la edición de El pupitre de al lado. Esta respeta la portada japonesa, con la salvedad del título, aunque incluye también el japonés al ser una obra bastante popular con este nombre. El formato de la obra es rústica con sobrecubierta 12,8 x 18,2 cm. Además, en la cubierta del tomo en la portada y contraportada hay dos dibujos de Yokoi superpuestos a sus expresiones más recurrentes sobre Seki.
En cuanto a la traducción, al igual que hiciera con En la misma clase, adoptan un lenguaje coloquial que resulta bastante idóneo para la temática de la obra. Asimismo, hay diversas notas al pie para poder entender las bromas que apelan a la cultura japonesa y que el lector puede desconocer.
Si se realiza el pedido por la página web, la editorial enviará junto al volumen un marcapáginas, algo que siempre resulta más que sugerente.
Conclusión
El pupitre de al lado es un ejemplo claro del aire renovador que está viviendo el mercado del manga español. Una obra que concatena una sucesión de gags de humor ágil y absurdo, desarrollados con un gran dinamismo. Todo girando en torno a un tema habitual, pero abordado desde una perspectiva original.
Yokoi y Seki cumplen los requisitos de las populares parejas de humor, totalmente antagónicos, pero con una química inherente en ellos que los hace únicos. Si bien es cierto que dejando a un lado a estos, el resto de personajes casi no tienen desarrollo en la obra.
A pesar de ser un dibujo sencillo, el dibujo es muy expresivo, muy bien definido y goza de detallismo, sobre todo a la hora de dibujar los mil y un utensilios que utiliza Seki. Además, la abundancia de multitud de líneas de movimiento y tramas permiten un ritmo frenético ideal para las situaciones cómicas de la obra.
En definitiva, una obra que no busca contar grandes historias o presentar personajes totalmente trágicos o reales, sino que solo busca entretener. Y lo consigue. Por tanto, quien busque un manga para divertirse y desternillarse, la respuesta es: El pupitre de al lado. Eso sí, no lo leáis en clase.
Lo mejor
- La originalidad de cada capítulo.
- Los dos personajes protagonistas.
- El dibujo contribuye al desarrollo ágil.
Lo peor
- El resto de personajes no tienen desarrollo.
- No hay una trama, aunque tampoco lo necesita.
- Dibujo sencillo y a muchas veces sin profundidad
El pupitre de al lado
Editorial: Tomodomo
Formato: 12,8 x 18,2 cm
Tomos: 10 (En publicación)
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