Panorama Infernal son los recuerdos y visiones de un artista obsesionado con la sangre y el infierno. Un magnífico manga de terror autobiográfico del maestro Hideshi Hino sobre la familia y los traumas de la guerra.
Por Enrique ClimentHideshi
Hino y los inicios del manga de terror
Hideshi Hino (Manchuria, 1946) está considerado como uno de los autores más prestigiosos de la historia del manga y un verdadero maestro a la hora de retratar el horror. Su secreto no es otro que el contarnos la peor cara de la condición humana inspirándose en sus recuerdos.
Hijo de una época marcada por el trauma de la II Guerra Mundial, su familia de origen japonés se vio obligada a volver a su país natal ante el clima de odio y violencia que se respiraba por aquel entonces en China. Hino no tiene recuerdos de esos días pero si que manifestó un terrible sentimiento de culpa cuando tuvo conciencia de ello. Para él, su familia había irrumpido, asaltado y vivido en un país ajeno. Una familia con un trágico destino que perteneció a la yakuza y que ha sido pieza clave en su obra.
A muy temprana edad se sintió atraído por el cine y plasmaba en dibujos sus películas favoritas, entre las que cabe destacar Rashomon de Akira Kurosawa y Seppuku de Masaka Kobayashi. El propio Hideshi Hino cuenta, en una entrevista para la revista Trama en 2004, que un compañero de clase se pensó que lo que dibujaba eran cómics y esto marcó un punto de inflexión en su vida: una nueva forma de poder plasmar sus inquietudes artísticas.
Sus primeras creaciones no tuvieron el éxito esperado y abarcó muchos géneros como la comedia, por ejemplo, aunque siempre fuera de los convencionalismos de la época y cercano al gekiga. Gracias a la huella que le dejó el libro El hombre ilustrado de Ray Bradbury, nació Zoruko no Kibyo (La extraña enfermedad de Zoroku, 1969), la obra que le abriría las puertas del éxito. A partir de entonces, sus historias macabras, sangrientas y angustiosas le convirtieron en todo un referente del género.
Entre sus mangas más conocidos (ha publicado más de 400) encontramos La Serpiente Roja, Criatura Maldita, El Hombre Cadáver, La Enfermedad de Zoroku, Panorama Infernal y El Niño Gusano (editadas en España por La Cúpula). Por último, sólo mencionar que sus adolescentes deseos de convertirse en director de cine se realizaron en la década de los 80 y 90 con Guinea Pig, una serie de trabajos totalmente de culto.
Shigeru Mizuki está considerado el padre del manga de terror y su Yerei Ikka (La familia fantasma, 1959), publicada en la Shonen Magazine, el inicio de un género que se desarrollaría en la década de 1960 y que estaría basada principalmente en fantasmas y espíritus tradicionales de la cultura japonesa.
En los años posteriores, en los 70, Kazuo Umezu se encargaría de transformar el género, dotándolo de una mayor complejidad, herencia del gekiga, y con unos nuevos enfoques cinematográficos. También, en esa época apareció y se desarrolló de la mano de Kazuichi Hanawa y Suehiro Maruo un nueva vertiente del terror basada en la pornografía y la violencia llamada eroguro.
La década de los 70, sobretodo en los 80, se caracterizó por el crecimiento económico que fortaleció la industria del manga y por la aparición de nuevos lectores, más maduros, que habían crecido leyendo cómics y que buscaban nuevas historias más adultas. Aquellos primeros lectores de manga se habían hecho mayores, al igual que sus autores, así que las editoriales no tardaron en percatarse de eso y empezaron a lanzar revistas pensadas para ellos.
Así fue como la editorial Hibari Shobo, especializada en adaptaciones cinematográficas, se posicionó claramente a favor del terror, influenciada por las películas de serie B. Los mangakas de la época más conocidos fueron el propio Hideshi Hino, Shinichi Koga y Kouji Sugito.
Panorama Infernal: Recuerdos familiares y visiones apocalípticas
Hideshi Hino nos ofrece 13 panoramas infernales demenciales en una obra autobiográfica marcada por su familia y los traumas de la guerra.
En esta historia, el protagonista, el pintor del infierno, nos explica con gran entusiasmo su concepción del arte (retratar escenas infernales y la belleza de la sangre), su metodología de trabajo (desde la fabricación de su pintura diabólica y las características de su estudio hasta las terribles vistas que contempla diariamente y sus angustiosos recuerdos) y su ansiada finalidad (el fin del mundo, el apocalipsis).
Panorama Infernal es una obra para estómagos fuertes y de la que Hino se siente especialmente orgulloso, pese a que en su origen él estaba atravesando una difícil etapa personal que le hizo pensar en abandonar su carrera profesional. De hecho, es un trabajo paradigmático, en el que mejor se puede observar las características de un autor ingenioso y provocativo: el culto a la sangre, los recuerdos (especialmente de su infancia), el pasado de su familia ligado al crimen y a la violencia con trágicos desenlaces y el trauma que causó a toda una generación las consecuencias de la II Guerra Mundial. Todo ello no deja de ser un viaje al corazón de las tinieblas del hombre.
El caricaturesco dibujo de Hino se caracteriza por la alteración de la morfología de los personajes en un intento de exagerar la realidad. Esta falta de realismo está enmarcada en escenarios cotidianos aunque muy tétricos, lo que los convierte en lugares crudos y angustiosos. Eso es lo verdaderamente fascinante de su estilo, que no dejará indiferente a nadie.
Por otro lado, su pulso narrativo es firme y no vacila a la hora de mostrarnos de forma directa los diferentes panoramas infernales. Así, la disposición de las viñetas proporciona constantes shocks sin la necesidad de llegar al climax final en cada capítulo, ya que toda la secuencia de imágenes logra captar, en muchos casos, la inmediata atención del lector, sin dejar tregua.
Es en esta obra donde los dibujos hablan por si solos llevando de forma inmejorable la parte importante de la narración y las palabras son reflexiones que las complementan, redondeando su intención y significado final.
Como apunte final, es necesario resaltar la vocación de meta-manga de Panorama Infernal, tratando de transgredir el propio medio, ya que en todo momento el protagonista-narrador se dirige al lector haciéndole partícipe y cómplice del horror que está relatando. El pintor infernal nos habla y nada podemos hacer para impedir sus deseos más sinceros y tenebrosos.
La edición
Es formidable que Ediciones La Cúpula haya apostado por la obra de Hideshi Hino y haya publicado (en 2006) en un solo tomo esta historia clave del cómic de terror.
Además, lo completa con un epílogo escrito por el propio Hideshi Hino en el que nos cuenta cómo el destino (gracias a su afición al arte de desenvainar la espada) le ha ayudado a reconciliarse con su propia sangre, con su pasado familiar.
Lo mejor: Poder aterrorizarse con una de las historias más dementes, enfermizas y originales sobre el lado oscuro del ser humano.
Lo peor: Pese a su estilo alejado del realismo es brutalmente salvaje y puede herir la sensibilidad del lector.
Ficha Técnica
Título: Panorama Infernal
Título original: Jigoku-hen
Guión: Hideshi Hino
Dibujo: Hideshi Hino
Editorial Japonesa: Soubisha
Editorial Española: Ediciones La Cúpula
Precio: 8,95 €
Colección: Manga Terror
Formato Tomo: B6 (125×176)
Nº de tomos en japonés: 1
Nº de tomos en castellano: 1
Enlaces:
Panorama Infernal en La Cúpula
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