Resulta que los «mini DC» no han sido completamente finalizados y permiten meterse en la mente de cualquier persona que haya estado conectada antes a ellos, o a alguna máquina exploradora de los sueños. La doctora comienza entonces a buscar quien está detrás del robo y el uso indebido del terminal usando en sus viajes sensoriales el avatar de Paprika, una versión de ella más atrevida, decidida y jovial.
La historia nunca cae en la paranoia extrema, siempre aparece algún detalle que nos devuelve a la realidad para no perder el hilo de la película. El suspense se mantiene casi hasta el final de la película, sin saber quien o quienes están detrás del robo, haciendo que no pierdas nunca el interés de lo que sucede, y aunque bebe algo de Otomo en Roujin Z, el final no desmerece para nada el desarrollo de la misma.
Una película muy recomendable para los fans de Satoshi Kon, una gran película de animación con mayúsculas que si la gente no fuese tan palurda asociando «dibujos = niños» triunfaría en el cine como cualquier otro éxito de Hollywood.
Esta era una gran oportunidad de ver esta película en cine, aunque no me cabe la menos duda de que no tardaremos en ver esta película en DVD en nuestro país (creo que tiene los derechos Selecta-Visión).
Lo mejor: El argumento, la mezcla sueños-realidad.
Lo peor: Algo espesa para los no aficionados a Satoshi Kon.
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