El próximo 25 de agosto llega a Netflix la película live-action de Death Note. La cinta se trata de la adaptación hollywoodiense del manga homónimo de Tsugumi Ohba y Takeshi Obata y, por lo visto en los distintos trailers e imágenes promocionales, promete ofrecer una visión distinta del popular manga. Sin embargo, a pesar del renombre de la franquicia, gran parte del fandom se ha sentido defraudado, llegando incluso a negarse a ver una cinta que según ellos parece no haber tenido en cuenta la obra en la que se basa.
Como en el manga, la película comienza con el joven y brillante estudiante Light Turner encontrándose con la famosa Death Note. Con ella y con la ayuda del shinigami Ryuk iniciarán una cruzada por acabar con el mal del mundo. Aunque pronto se las tendrán que ver con L, uno de los detectives más inteligentes del mundo y que hará todo lo posible por acabar con las misteriosas muertes que están teniendo lugar.
En un principio por los vídeos que se han podido ver, la película adapta los conceptos básicos de la historia y promete ser un thriller con escenas de acción bastante logradas. Además, cabe destacar la presencia de Willem Dafoe en el papel de Ryuk, un actor de renombre cuya voz se adapta bien al personaje, y que aparecerá entre sombras recreando el aire siniestro del personaje del manga.
No obstante, esto no ha sido suficiente para contentar al fandom de la obra, respondiendo a cada nueva imagen promocional con furibundas críticas. La representación de Light y la americanización de su apellido, que L sea negro (una opinión bastante cuestionable en pleno siglo XXI), la estética del filme… La cinta ha recibido más palos que Yamcha sin haber llegado todavía a Netflix.
Muchas veces la fidelidad a la obra original nos nubla el entendimiento. Creemos que el manga es inviolable y que la adaptación es simplemente la traslación de las viñetas a imagen real. Pero no es tan sencillo dado que cada medio cuenta con su propio lenguaje y también sus limitaciones. La imaginación del dúo Ohba y Obata solo estaba limitada por el editor pudiendo incluir en la obra todo lo que querían. Sin embargo, en una película y serie deben hacer malabares con el ajustado presupuesto.
También hay que tener en cuenta que a la hora de hacer una adaptación del manga hollywoodiense, necesariamente va a haber cambios orientados a adaptar la obra al mercado al que va dirigido. No solo los elementos de la cultura nipona, sino también la propia estética y apariencia tanto del mundo como de los personajes. Por este motivo no debería extrañarnos que L sea negro dado que es una representación del mundo occidental en el que vivimos.
Pero, ¿de verdad los fans querían una adaptación que fuera fiel al manga? ¿querían volver a ver la misma historia contada viñeta a viñeta y diálogo a diálogo? Si no tener en cuenta el manga original no es una buena idea, como fue el caso de la inclasificable Dragon Ball Evolution, la extrema fidelidad tampoco es muy recomendable. En Japón abundan los live-action cuya exagerada devoción a la obra original les lleva a calcar las expresiones de los personajes, algo que resta seriedad a la cinta. Mismamente en Death Note: La película el momento en el que se descubre L a la policía es irrisorio, mientras que en el manga es una escena memorable. Lo interesante de una adaptación no es su extrema fidelidad, sino los elementos novedosos que aporta a la obra original al ofrecer un nuevo punto de vista o, mejor dicho, una nueva interpretación.
Por este motivo, posiblemente una de las películas más interesantes basadas en el manga de Ohba y Obata sea Death Note: El nuevo mundo. Al contrario que sus predecesoras, Death Note: La película, Death Note: El último nombre y L: Change the World, la cinta no se basa en ninguna obra previa, desarrollando una historia completamente original. Un auténtico thriller policiaco con una premisa interesante y con personalidad propia que se beneficia del no tener que rendir cuentas a ninguna obra previa.
No seamos tan tiranos del manga. Es más, deberíamos estar agradecidos de que cada vez más Hollywood ponga sus ojos en obras de manga y anime dado que con sus adaptaciones, independientemente del resultado final, dan una mayor visibilidad a la cultura manga. Si finalmente el live-action de Death Note no es una buena película, que lo pensemos después de haberla visto y con críticas de peso y con fundamento. Además, tanto si es mala como si es buena, siempre nos quedará el manga. Tranquilos que eso no nos lo va a quitar nadie.
Este artículo representa la opinión de su autor, sin que sea necesariamente compartida por el resto de miembros de Ramen Para Dos.
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