No son pocos los mangas que se desarrollan entre fogones. Mister Ajikko, Amasando Japan, Toriko o el reciente Shokugeki no soma son solo algunos ejemplos. No en vano el pueblo japonés se caracteriza por su pasión por la buena comida. Y os aseguro que no es un estereotipo. No conozco a ningún japonés que no practique el culto al buen yantar. Sin embargo, la obra que nos ocupa destaca sobre todas las mencionadas porque lleva publicándose más de treinta años. Se podría decir que Oishinbo a la carte es el padre de todas ellas. Así que, ¿nos sentamos a la mesa para descubrir juntos el porqué de su éxito?
El argumento
El Touzai Shinbun, es un periódico dirigido por un gourmet que, para su centenario, decide encargar a un par de periodistas la confección del “menú definitivo”. Un menú con el equilibrio perfecto de los manjares más deliciosos del mundo (con especial atención en la comida japonesa). Solo dos empleados pasan una prueba de paladar que consiste en discernir entre tres tipos de agua y de tofu: el maleducado Shiro Yamaoka y la novata Yuko Kurita.
Poco a poco Yamaoka se va destapando como un gourmet de finísimo paladar y enormes conocimientos, y Kurita, con su capacidad innata para discernir sabores, resulta ser una gran crítica de cocina. Al cabo de pocos capítulos se descubre el porqué de las habilidades gourmet de Yamaoka: su padre, Yuzan Kaibara, un hombre extremadamente exigente con la comida, les hizo la vida tan imposible a él y a su madre por culpa de su obsesión culinaria, que al final acabó “matándola”. A raíz de ello, Yamaoka, que desde muy pequeño había estado en contacto con los mejores manjares del mundo, decidió marcharse de casa, renegar de su apellido (tomando el de su madre) y enemistándose de por vida con su padre.
Este es el punto de partida de Oishinbo a la carte en su edición española. Dos escuetos párrafos que probablemente correspondan a un par de tomos publicados hace más de treinta años en Japón. Porque para quien no lo sepa aún, la edición que nos trae Norma Editorial es una selección de varios capítulos de esta obra clasificados por temáticas. Así, el primer tomo nos introduce en la cocina japonesa, el segundo en el mundo del sake, el tercero en el del ramen y la gyoza, el cuarto en el del pescado, sushi y sashimi, el quinto en el de las verduras, el sexto en el del arroz y el séptimo y último en los izakaya.
Si estás pensando que estos siete tomos recopilatorios son sólo unos cuantos capítulos inconexos seleccionados de una obra que tiene ya más de 110 tomo publicados en Japón (y que sigue en curso); no te equivocas lo más mínimo. Oishimbo es episódico a más no poder. Es más, repite la estructura de acontecimiento una y otra vez en cada capítulo. Pero a pesar de ello, no deja de ser entretenido. Por algo lleva tantos años publicándose en Japón. Quizás precisamente porque gracias a su estructura, que consigue que de igual por qué capítulo empieces a leer. Siempre sabes qué vas a encontrar y te puedes situar en su universo sin ningún problema. Por desgracia, esto también acarrea un problema: la no existencia de trama. Los dos párrafos que encabezan esta sección son prácticamente todo el argumento.
Pero lo interesante de Oishimbo no es su argumento, sino las descripciones de la comida y los principios de la cocina japonesa que nos descubre. Tampoco me malinterpretes, esta serie ni es un recetario ni te enseñará a cocinar. Sin embargo, sí que te ofrecerá unas nociones para disfrutar de la comida y te descubrirá conceptos sobre los que podrás investigar más si te apetece.
El dibujo
Oishimbo empezó a publicarse en 1983 y el dibujo tiene el estilo de esa época. No es moderno ni estilizado, prima el uso de tramas manuales sobre las adhesivas y el diseño de personajes es algo naïf. Aunque, eso sí, los platos de comida, y en general los espacios, están dibujados con verdadero lujo de detalles y abren el apetito que da gusto. Eso sí, en ningún momento llega a la altura del dibujo de El gourmet solitario de Taniguchi.
En definitiva, el estilo de esta obra es más que suficiente para disfrutar de todo el conocimiento culinario que nos transmiten sus autores. Su dibujo resulta refrescante y muy vendible en esta época donde lo retro está de moda.
Los autores
Oishinbo la firman dos autores: Tetsu Kariya (guión) y Akira Hanasaki (dibujo).
Kariya, tras graduarse en la prestigiosa Universidad de Tokio, debutó en 1974 como guionista de manga con Otokogumi. Obra que ilustró el gran Ryoichi Ikegami y a la que le siguieron Kaishou Ou (1976), Yabou no Oukoku (1977), Otoko Ozora (1980) y Otoko wa Tenpei (1982). Publicación esta última tras la que empezó a trabajar con Oishinbo (1983), obra con la que cambió el panorama del manga gastronómico japonés. Pero antes de que Oishinbo se convirtiera en el éxito que ya conocemos todos, Kariya simultáneo con dicha obra la escritura de los guiones de Shishitachi no Kouya (1983), Kaze no Senshi Dan (1983), Zingy (1984) y The Teller (1985).
Por su parte Hanasaki no puede alardear de una carrera tan diversa. Su dedicación a Oishinbo sólo le ha dejado tiempo para un seinen de corte histórico que realizó en 2008: Nobou no Shiro. Aunque con la fama e ingresos que le da su manga culinario, no creo que pueda quejarse demasiado. Pocos mangakas tienen una obra con más de ciento diez tomos publicados y que continue publicándose. De hecho, son muy pocas las obras que han superado la barrera de los cien tomos.
Por otro lado, en los más de treinta años que lleva publicándose esta serie, ha tenido tiempo de ganar el premio Shogakukan Manga (1986), de adaptarse a serie de animación de ciento treinta y seis episodios más dos capítulos especiales y hasta ha tenido dos adaptaciones a videojuego: Oishinbo: Kyukyoku no Menu 3bon Syoubu (Famicom, 1989) y Oishinbo: DS Recipe Shuu (Nintendo DS, 2007). Vamos, que los autores han conseguido crear no sólo una franquicia bien consolidada, sino que se han convertido en toda una institución en Japón.
La edición
Sobre la edición rústica con solapas de Norma editorial y sus 14,5cm x 21cm, se puede decir que es prácticamente perfecta. Resulta manejable, tiene cuerpo y el papel es de calidad. La selección de capítulos es certera (aunque algo repetitiva en argumento) e incluye un glosario para aclarar conceptos que no se acaban de desarrollar en el manga. En este último punto voy a detenerme un momento.
La inclusión del glosario me parece una idea muy buena y es de agradecer. Más aún cuando Roger Ortuño, autor del célebre portal www.comerjapones.com, ha colaborado para su confección. Sin embargo, el criterio que han seguido para organizar las definiciones tal vez no haya sido el más acertado. Las palabras se glosan por orden de aparición y no alfabéticamente. Esto provoca que sea útil durante la lectura del tomo (si se decide consultar), pero lo priva de toda utilidad después. Sino, probad a encontrar algún concepto que os haya parecido interesante después de haber leído el tomo. O buscáis página por página en el glosario o seréis incapaces de encontrarlo. Pequeño tirón de orejas por no haber organizado el glosario alfabéticamente.
Conclusión
A pesar de estar ante una selección de capítulos de la historia original, la edición española de Oishinbo a la carte consigue transmitir la pasión por la gastronomía japonesa a la perfección. Debido a la sencillez de su fórmula, que centra la atención en descubrir los mejores platos japoneses y deja a sus protagonistas en un segundo plano, es muy fácil entrar en su mundo y disfrutar del paseo por los fogones nipones que nos proponen sus autores.
No obstante, aquellos a los que el mundo de la cocina no les llame en absoluto, busquen aprender a cocinar, prefieran una trama de acción o simplemente busquen una buena historia, Oishinbo a la carte no les va a gustar en absoluto. Esta obra está dirigida a los amantes de la gastronomía, a los que diseccionan los matices de cada creación culinaria, y es especialmente recomendable para aquellos que disfruten descubriendo nuevos paisajes y quieran instruirse en el placentero universo de la exploración de sabores.
Lo mejor
- Que se haya publicado este clásico en español.
- Las descripciones de los sabores.
- El dibujo de los platos.
- La pasión por la gastronomía japonesa que consigue transmitir.
- Que hayan incluido un glosario en la edición.
Lo peor
- Argumento episódico y repetitivo.
- El orden de las palabras en el glosario es poco útil si se quiere usar tras la lectura del tomo.
- Si no eres un apasionado de la comida este manga te deja con hambre de una historia de verdad.
Oishinbo. A la carte
Editorial: Norma Editorial
Formato: Tomo 14,5 x 21cm. Rústica con solapas.
Tomos: 7 (En publicación)
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