La deidad protectora de este evento es Takeinadane-no-mikoto un antiguo señor feudal que escuchó la leyenda que acompaña esta festividad y decidió venerarlo a partir de ese momento.
Existe una leyenda que habla de un terrible demonio de afilados dientes que se escondió en la vagina de una joven. El demonio castró al menos a dos hombres. En la noche de bodas, la mujer, paralizada por el propio demonio que la manipulaba para que tampoco pudiera decírselo a los hombres, veía cómo castraba a su esposo cuando este intentaba hacer el amor con ella. Así ella se quedaba de nuevo sola al no consumar el vínculo.
Al cabo de un tiempo, un hombre más listo y perspicaz que los anteriores, comprendió lo que les sucedía a aquellos que intentaban consumar el matrimonio con la muchacha. Pensó en mandar hacer a un herrero un pene de hierro, que al meterlo por la vagina de la chica rompería los dientes del demonio. Y así fue, rompió los dientes al demonio y con ellos la maldición, pudiendo convertirla en su esposa.
Este festival se suele hacer el primer domingo del mes de abril en todo el país aunque la celebración es más popular es en el templo Tagata Shinto, en Komaki, al norte de Nagoya(Aichi). Pues esta celebración tampoco se lleva a cabo en todos los pueblos de Japón.
El citado paseo del pene gigante es una tradición que consiste en sacar un pene de 280 kilos en procesión, llevándolo de un templo que simboliza lo masculino a otro que simboliza lo femenino. En estos templos suelen rezar las prostitutas y amantes sexuales para no contraer ninguna enfermedad venérea, ya que, podemos decir que el dios de esta fiesta también es su protector.
Los prominentes y descomunales falos son transportados normalmente por hombres de alrededor de unos 42 años y los más pequeños, mujeres de unos 36 años de edad. El por qué según los japoneses es que son edades críticas tanto sexualmente como personalmente.Por lo que esta sería su manera de pedir buena suerte para todos los contratiempos que aparezcan. Los hombres normalmente piden virilidad y las mujeres fecundidad.
En este festival, participan tanto mayores como niños, algo que para nosotros podría resultar chocante, pero dentro de una sociedad tan conservadora y con tantos tabúes, es extraño que resulte natural todo lo relacionado con el órgano sexual masculino. Es una imagen natural, fuera de todo prejuicio para cualquier japonés.
Todo en el festival, es alegórico al miembro masculino, claro que en este evento, no se ve ninguna manifestación sexual, ya que sólo consiste en rendirle culto al pene, como una especie de dios.
Probablemente, los occidentales nos escandalizaríamos ante algo así. Pero no olvidemos que en Japón, la sexualidad se expresa de manera diferente, a pesar de los aspectos universales de la primavera y la fertilidad. Por ejemplo, es ilegal en Japón producir vibradores que son anatómicamente correctos.
Además, por toda la calle hay degustaciones de comida en forma de penes y vaginas, desde bollos, piruletas, panes y demás, todas ellas acompañadas por sake gratuito que sacan de grandes toneles. Y toda la gente se saca fotos con las estatuas para tener un recuerdo del día de la fertilidad en Japón.
Este festival ha conseguido un mayor atractivo internacional, ya que muchos turistas tienden a asistir. En general, los festivales tradicionales japoneses no son muy accesibles a los extranjeros, pero este en cuestión es diferente. Muchos turistas, incluso encuentran el festival bastante impresionante, ya que es toda una hazaña liberal el hecho de transportar un pene a través de la calle principal de un país asiático.
Mientras tanto, los festivales son una manera de proporcionar una inyección económica a los pueblos. En un pueblo cercano a Nagoya, está el Hime-no-miya (festival de la vagina) , el cual se celebra el domingo antes del Festival del pene. Los padres visten a sus hijos de manera especial y celebran con sake, cerveza y aperitivos en abundancia la fiesta. Por la mañana, los niños llevan una pequeña vagina al santuario Ogata. Más tarde, unos 40 hombres adultos llevan en procesión una vagina enorme hacia el templo principal de la ciudad, seguidos por dos vaginas más pequeñas.
Y siempre solemos hablar de películas que hablan sobre el tema pues hace unos meses oímos hablar de “Teeth”, una película americana de 2007, a medio camino entre la comedia adolescente desenfadada y el cine gore. Precisamente trata sobre una chica con una vagina dentada que castra a todo el que intenta tener relaciones con ella.
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