Los guardianes del Louvre es un manga creado por Jiro Taniguchi y publicado por El Museo del Louvre en colaboración con la editorial francesa Futurópolis. Esta obra se publicó a finales de 2014 y forma parte de la Colección del Louvre, en el cual han participado autores de la talla de Etienne Davodeau o Hirohiko Araki (Jojo’s Bizarre Adventure).
A principios de año Ponent Mon anunció la licencia de la obra, publicándola finalmente el pasado mes de mayo. No obstante, esta no es la única obra de la Colección del Louvre editada en nuestro país, ya que 001 Ediciones publicó Rohan en el Louvre en 2012.
Las obras pertenecientes a la Colección del Louvre recogen historias en las que el Louvre tiene un papel principal en la trama. En este caso, Los guardianes del Louvre se presenta como un paseo inolvidable por las salas, obras e historia del emblemático museo.
Un paseo inolvidable
En esta historia el propio autor es el protagonista de la historia. Este se encuentra en París tras su visita al Salón del Cómic de Barcelona con la intención de visitar la ciudad y, más concretamente, el Museo del Louvre. Aunque una fiebre le va a retener en la cama, pronto se recuperará y retomará su deseo de ir al popular museo. Allí, en ese estado de ensoñación debido a la fiebre, se encontrará con la Niké de Samotracia, uno de los guardianes del Louvre y que le llevará por un recorrido por las mejores obras, autores e, incluso historia del Museo.
El manga se presenta como una obra contemplativa, donde la acción se ve reducida en su mayor parte a la presentación de los diversos autores y obras. Por las páginas de la obra desfilarán autores como Van Gogh, Corot, Fontanesi, y obras como la Gioconda o el Toro alado de Khorsabad. A través de la obra el autor entrará en contacto con todos ellos y dialogará y reflexionará sobre el arte.
Por este motivo, la historia aunque bella y llena de multitud de sentimientos, resulta bastante lenta. No solo porque no hay casi acción, sino porque la temática en sí está orientada hacia un público específico. Un ejemplo de ello es la continua reflexión sobre los cuadros o el estilo, que pueden resultar un tanto áridos para más de un lector. Además hay que tener en cuenta que la historia se centra en una serie de obras concretas que son relevantes para entender la importancia de las mismas para el arte oriental, por lo que el público objetivo se puede reducir aún más.
No obstante, el manga permite conocer un lado nunca visto de las obras y, sobre todo de los autores que, para el que tenga un mínimo interés en el tema, quedará maravillado.
El lado desconocido del museo
Además del autor, por las páginas aparecen personificaciones de obras como la Niké de Samotracia y autores como Van Gogh, Corot o Chû Asai. Todos ellos con la intención de acercar al lector su historia, personalidad, etc.
En general, no hay una mayor profundización en los personajes sino que simplemente se recogen sus inquietudes y reflexiones sobre el arte, su percepción del mundo que, en parte se puede llegar a empatizar y comprender. Aún así, resultan bastante planos. En cambio, hay otros que permite una doble lectura en tono trágico si se compara con la vida real, como es el caso de Van Gogh.
Entre todos ellos, por supuesto destaca el protagonista. Como suele ser habitual en Taniguchi, se trata de un personaje lleno de bondad e inocente que, al igual el lector va evolucionando según se sumerge en el lado desconocido del Louvre.
El arte a través del arte
Aunque tanto la historia como los personajes dejen algo que desear, el dibujo de la historia está a la altura del tema que trata. Un apartado que, gracias al color cada viñeta, es una auténtica obra de arte.
En cuanto al dibujo, los personajes están totalmente proporcionados y muy bien definidos, siendo fieles al estilo habitual de Taniguchi. Además, el autor ha hecho un especial estudio de los personajes históricos así como de las obras de arte para plasmarlos de manera fiel en la historia, eso sí, sublimados bajo el estilo del autor.
Pero por lo que destaca este apartado es por los fondos y la representación de las obras de arte. La arquitectura, los cuadros, el estilo, las estatuas, todo ha sido dibujado de la manera más fiel posible, respetando hasta el más mínimo detalle.
Si a todo esto unimos el color, donde predominan los tonos suaves y pastel, y donde la presencia de las líneas se reduce al mínimo, estamos ante una de las obras más bellas de las que se han publicado este 2015.
Sobre el autor
Jiro Taniguchi es de uno de los autores más destacados, no solo del panorama del manga, sino del cómic en general, cuyas obras y estilo gozan de reconocimiento internacional.
Nacido en 1947 en la prefectura de Tottori (Japón), pronto comenzó a trabajar como asistente de Kyota Ishikawa, debutando en 1970 en la revista Young Comic con Kareta Heya (La habitación ronca). Durante sus primeros años el mangaka publicó varias obras junto al guionista Natsuo Sekigawa. De esta época cabe destacar títulos como los de Ciudad sin defensa, El viento del oeste es blanco o Lindo 3.
Junto a Sekigawa publicó entre los 80 y 90 los cinco volúmenes de La época de Botchan (Botchan no Jidai), una obra histórica protagonizada por el legendario autor nipón Natsume Soseki. Esta vio la luz en nuestro país de la mano de Ponent Mon, quien ha publicado la mayor parte de las obras del mangaka en España.
En esta época también publica obras enmarcadas dentro de un estilo distinto al habitual del autor. Este es el caso de obras como Blanco, Enemigo, Hotel Harbor View, Sobrevivir a la Nueva Era Glacial. Mientras Blanco la publicó en España Ponent Mon, Planeta Cómic hizo lo propio con Enemigo. En cuanto a Sobrevivir a la Nueva Era Glacial, verá la luz en 2016 de la mano de Planeta.
Ya en los 90 verán la luz algunas de sus obras más aclamadas como El caminante, El almanaque de mi padre y El gourmet Solitario. También de esta época es Barrio Lejano, una de las obras más reconocidas del autor, que ha cosechado grandes premios y el reconocimiento de la crítica.
En esta última década, han visto la luz obras como Seton, La cumbre de los dioses, K, Furari o El sabueso… Todas ellas de temáticas diferentes, pero con un elemento común: personajes totalmente naturales y verdaderamente humanos.
Ya para el próximo año 2016, además de Sobrevivir a la Nueva Era Glacial, de Taniguchi también verá la luz en nuestro país Tomoji de la mano de Ponent Mon. Se trata de un manga histórico que se desarrolla en el período de entreguerras (1925 -1932).
En general, sus obras gozan de reconocimiento internacional, estando algunas de ellas nominadas a los premios Eisner, uno de los premios más importantes dentro del cómic. Esto se debe principalmente a su estilo ajeno al manga más mainstream y más apegado a la novela gráfica europea. Un autor que sin duda, ya seas amante del cómic o del manga, debes leer por lo menos una vez.
Sobre la edición
Al igual que el dibujo, Ponent Mon ha preparado una edición de lujo para presentar este manga en España. La edición española de la obra cuenta con un gran formato 21,6 x 28,6 cm en tapa dura. Además, esta respeta la edición francesa de la obra a excepción de la traducción del título.
La obra está totalmente a color y se ha realizado un buen trabajo de traducción. Asimismo, se incluyen algunas notas al pie para entender algunas referencias artísticas y culturales niponas. También se incluye un apéndice final con información relativa a los autores que aparecen o se mencionan. Quizás se echa en falta información referente a algunas de las obras que aparecen en la obra.
El precio es de 24€, quizás algo elevado en comparación con el resto de obras manga del mercado. A pesar de ello, si tenemos en cuenta la edición, el formato y que el tema se sale de lo estrictamente manga y más en la línea de la novela gráfica la relación calidad/precio está bastante bien.
En conclusión
Los guardianes del Louvre probablemente no sea una de las mejores obras de Jiro Taniguchi. Sin embargo, ofrece al lector un viaje inolvidable a través de las obras y autores de uno de los lugares más emblemáticos del mundo: El museo del Louvre.
A lo largo de sus páginas, el lector conocerá junto al autor y de primera mano a los autores y sus inquietudes que les llevó a pintar algunas de las obras más conocidas de la historia del arte. También conocerá ese lado místico del museo donde se entremezclan sentimientos, sueños, deseos, ajeno al visitante habitual.
No obstante, este viaje puede resultar bastante pesado a lectores ajenos al mundo del arte. Reflexiones constantes y casi sin acción, generan un ritmo lento, atractivo y emocionante para unos, pero un tanto árido para otros.
Aunque solo por disfrutar de cada viñeta de la obra merece la pena. Un dibujo que respeta cada detalle del paisaje, de los cuadros, de las obras, de la arquitectura, a todo color y, además, en gran formato. Puede que muchos el precio de la obra les asuste, pero Los guardianes del Louvre es una compra obligada para los amantes del cómic y del arte en general.
Lo mejor
- El dibujo detallado y a todo color.
- Conocer de primera mano a las obras y autores referentes de la historia del arte.
Lo peor
- La temática restringe a la obra a un público específico.
- Predominio del diálogo frente a la acción, genera un ritmo lento.
Los guardianes del Louvre
Editorial: Ponent Mon
Formato: Tomo A4 (216x286) cartoné (tapa dura)
Tomos: 1 (Finalizada)
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