Su cierre llega tras haber conseguido copar durante años las listas de volúmenes más vendidos e incluso llegar a ser la segunda editorial más importante en los Estados Unidos en lo que a cómic se refiere. El punto final de la editorial trae consigo una enorme cantidad de polémicas tras los bandazos e intentos de reflote intentando resucitar a la editorial, al mismo tiempo que su polémico presidente Stu Levy continuaba tomando decisiones controvertidas.
Tokyopop nació en 1998, a la vera de una revista llamada MixxZine en la que se publicaban distintos títulos consiguiendo unas ventas que, sin ser espectaculares, sí animaron al grupo detrás de la revista a ir más allá.
Y el gran boom llegó cuando lo hicieron y optaron por empezar a imitar a las publicaciones japonesas, lanzando tomos a un precio más asequible que la competencia y respetando el sentido de lectura oriental, es decir, empezando por la derecha y finalizando por la izquierda, dejando de colorear páginas para intentar que el cómic nipón, tan distinto al americano, hiciera por parecerse a lo que se consumía habitualmente en el mercado de la historieta.
Antes del año 2002 el manga en Estados Unidos no era más que una cuestión anecdótica en un mercado dominado por los superhérores de Marvel y DC.
En Tokyopop se convirtieron en los artífices de la brutal expansión del cómic japonés en Estados Unidos principalmente gracias las decisiones editoriales que tomaron en sus primeros años de la empresa que hoy cierra. En aquel momento, buscaron evitar al comprador habitual de cómic y fijaron su objetivo en un terreno que se había intentado conquistar de muchas maneras desde las grandes editoriales americanas pero que nunca se había sabido atraer: las chicas jóvenes, adolescentes y niñas consumidoras de productos como Hello Kitty. Tokyopop lo logró centrando sus grandes éxitos en series como Fruits Baskets o Sailor Moon.
En sólo cinco años habían copado el mercado, haciendo sudar a las grandes tradicionales y dando el salto expandiéndose en 2004 Alemania y el Reino Unido. También se lanzaron a la publicación de producto propio, autóctono. Así llegaron los títulos que denominaron OEL (Original English Language), que tanta polvareda levantaron en ocasiones y que la editorial supo demás exportar a otros países. De hecho, en nuestro país recibimos algunos de estos OEL.
La iniciativa comenzó con historias con guiones realizados por los propios autores primero y luego, tras firmar un acuerdo con el gigante de la publicación literaria Harper Collins se transformaron en adaptaciones de literatura juvenil al cómic en formato OEL. Tokyopop también se hizo con los derechos de publicación de otros videojuegos americanos, películas o personajes como Warcraft, Star Trek, los productos de Jim Henson y un largo etcétera.
Los resultados fueron irregulares pero la sobresaliente venta de títulos japoneses y un período de bonanza económica ayudó a que la empresa apenas se resintiera. Sin embargo, hubo decisiones extrañas como la creación de Blu Manga, una hipotética editorial dedicada a las publicaciones de temática homosexual con la que negaron tener relación hasta que en 2006 se vieron obligados a reconocerlo. El sello funcionó luego con normalidad, publicando un buen puñado de títulos que funcionaron aceptablemente.
Pero lo sucedido, unido a una política poco resistente a las críticas, que les llevó a contradecir decisiones editoriales con apenas unos meses de recorrido, hizo que la imagen de empresa innovadora y renovadora del sector, poco a poco fuera deteriorándose en favor de otras recién llegadas que le habían seguido la estela como Yen Press o alguna de las clásicas, Viz.
En 2008, la empresa se reorganizó, dejando por un lado la parte dedicada a las publicaciones y a otra más orientada a contenido audiovisual. Esa segunda sección se ha encargado de la recientemente estrenada en DVD y Blu-ray El Sicario de Dios, adaptando uno de los cómics de su catálogo, así como de una de las decisiones más extrañas de su controvertido presidente: la creación de un reality show titulado America’s Greatest Otaku que se emitía de forma online. Y es que Stu Levy posee un carácter que le hace estar siempre en la necesidad de probar cosas nuevas, abandonando y dejando decaer la maquinaria editorial que funcionaba, para centrarse en otras cosas como la producción cinematográfica.
En plena crisis vocacional de su máximo dirigente, llegó el mayor problema al que se tuvieron que enfrentar: Kodansha, una de las editoriales más importantes en Japón, decidió que se encargaría de la publicacion de sus títulos en los Estados Unidos directamente, en lugar de seguir vendiendo sus licencias. Tokyopop perdió algunos de sus buques insignia como Chobits y Love Hina, al igual que los hits venideros como Negima, Tsubasa o xxxHolic. Desde la editorial no se tuvieron los reflejos para sustituirlos con otros de igual calado entre el público de cualquiera de las otras grandes editoriales japonesas y se optó por una política errática de licencias donde se apostó más por cantidad que por calidad. El resultado fue el comienzo de la entrada en barrena con un catálogo demasiado amplio de series deficitarias en un momento en el que la crisis empezaba a hacer acto de presencia.
La puntilla llegó en febrero de este año 2011 cuando las librerías Borders, uno de los principales distribuidores y puntos de venta de Tokyopop se declararon en bancarrota achacando sus problemas a la influencia del libro digital y de la crisis económica. Pese a que desde Tokyopop se aseguró una y otra vez que eso no implicaba ningún problema, sólo un mes después, Mike Kiley apareció comunicando el cese de las actividades de la sección de publicaciones norteamericana, cerrando así la editorial que cambió la perspectiva del cómic japonés en los Estados Unidos y, por ende, en todo el mundo.
Stu Levy, por otra parte, seguirá en torno a la división audiovisual y ha anunciado que se dedicará a realizar un documental centrado en su persona visitando las zonas devastadas por el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo en la prefectura de Iwate. Por otra parte, el film El Sicario de Dios ha conseguido una recaudación no muy alta, teniendo especialmente poca repercusión en territorio norteamericano.
Tokyopop seguirá dando de que hablar ya que muchos de los autores que realizaron sus obras originales con la editorial y que no finalizaron antes del cierre de la editorial, han perdido cualquier posibilidad de continuar los títulos, provocando la indignación de los creadores ante la imposibilidad de recuperar lo que es su patrimonio intelectual y sin tener la posibilidad de finiquitar sus propias historias. De hecho, Studio Kôsen por ejemplo estuvo en esa situación con Daemonium hasta que consiguieron licenciarla en nuestro país y añadir como contenido adicional en el tomo el final de la historia.
El Xian Nu Studio también se vio afectado por el cierre de Tokyopop ya que una de sus últimas obras, la adaptación al manga de la saga Vampire Kisses, quedó en el aire pese a contar con el apoyo de Harper Collins y tener el lanzamiento previsto hace meses. El título recientemente por fin ha visto la luz en el mercado norteamericano pese a que la editorial cerró hace meses aunque nada se sabe de su posible continuidad.
Así, por culpa de una gestión bastante particular y de las arremetidas de la crisis, cierra la que fue la editorial que cambió la perspectiva dentro de un mercado bastante poco propenso a los cambios como es el estadounidense. Su trayectoria concluye con algunas luces y otras tantas sombras pero, si algo hay que agradecer a Tokyopop, fue en su perspectiva pionera de edición de manga en occidente.
Facebook
Twitter
Pinterest
Instagram
YouTube
RSS