Kato nació el 20 de julio de 1980 pero, aunque apenas acabe de sobrepasar la treintena, no es una recién llegada al panorama editorial nipón. Su carrera empezó cuando contaba con 18 años y, aunque el éxito le ha llegado bajo la maquinaria de Shueisha, no siempre le ha sido fiel, coqueteando con otra de las grandes editoriales japonesas.
Sus primeros pasos y la salida de Shueisha
Sato comenzó su carrera en el año 2000, en las páginas de la Akamaru Jump de Shueisha, con una serie titulada “Boku to Usagi” (El conejo y yo). Gracias a ella, cuando apenas contaba con 20 años, le fue otorgado un Tezuka Award, un premio semi-anual bajo el auspicio de la Weekly Shonen Jump que suele ser entregado a autores jóvenes.
Sin embargo, cuando la finalizó, la autora cambió a la competencia a Kodansha, tras un tiempo en el que se la perdió la pista. Su siguiente serie, Robo to Usakichi, se estrenó en la Shonen Sirius en el año 2005. Narra las peripecias de un robot llamado Robin que vive una existencia plácida en un pequeño planeta hasta que un día un conejo (otra vez) llamado Usakichi aterriza tras escapar de la cárcel. Juntos corren peripecias por todo el universo. El manga se recopiló en cinco tomos.
El regreso de la hija pródiga
En 2008 regresa de nuevo a la editorial que le dio su primera oportunidad, aunque esta vez en forma de one-shots probablemente a la búsqueda de una historia con la que poder volver a serializar de forma habitual. Esta vez sus obras llegan a las páginas de la Jump Square, probando suerte con Hoshi Ota (El friki de las estrellas), un relato ligero de un chico que se encuentra con unos peculiares extraterrestres.
Y sobre todo, con Miyama Uguisu Yashika Jiken (El caso de la mansión Miyama Uguisu), que suele verse como el embrión de lo que, a posteriori, se convirtió en la obra que le ha servido como trampolín. En este one shot, se cuenta la historia de Monaka, el heredero de una importante familia que, tras la muerte de sus padres, se ve forzado a vivir con su tío, un hombre sádico y controlador. Sin embargo, su vida da un giro tras la llegada de un peculiar exorcista que asegura que el hogar familiar está poseído por un demonio.
Un éxito infernal
Sobre los cimientos de Miyama Uguisu Yashika Jiken, seguramente se pergeñó Blue Exorcist, que empezó a publicarse en la misma revista que estos dos one-shots, el año siguiente, a partir del 14 de Abril de 2009. Recientemente, en una entrevista, Kato aseguró que se inspiró en la historia de los Hermanos Grimm para realizar la serie, donde unos hermanos luchan contra monstruos. Buscando acercarse a un público adolescente, le dio vueltas a la historia y acabó simplificándolo y estructurándolo en un enfrentamiento entre exorcistas y demonios.
En Blue Exorcist hay dos dimensiones unidas por un espejo. El primer mundo es donde viven los humanos, Assiah. El otro es el mundo de los demonios, Gehenna. Era imposible viajar de un mundo a otro, ya que no existía conexión alguna entre las dos dimensiones. Sin embargo, los demonios han podido llegar hasta Assiah para gobernarlo. Satán es el dios de los demonios, pero hay algo mucho más poderoso que él: se trata de un contenedor que está en el mundo humano.
Para intentar destruirlo, crea a Okumura Rin, mitad demonio mitad humano… ¿pero aceptará los planes de su padre o actuará por su cuenta? Después del asesinato del guardián de Rin, el Padre Fujimoto, que hizo lo imposible por llevarle de vuelta a Gehenna, Rin lucha para convertirse en un exorcista.
A día de hoy en Japón llevan recopilados seis tomos y la locura se ha desatado a raíz de la adaptación animada por parte del estudio A-1 Pictures (Ano Hana, Fairy Tail, Kuroshitsuji, Fractale). La dirección del anime corre a cargo de Tensai Okamura (Cowboy Bebop: The Movie, Darker than BLACK, Wolf’s Rain, Medabots), mientras que la composición del guión corre a cargo de Ryota Yamaguchi (Ranma, Escaflowne, One Piece) y la banda sonora está compuesta por Hiroyuki Sawano (Segoku Basara, Gundam Unicorn).
Una chica de nuestro tiempo
Con la edad que tiene, Kozue Kato, no deja de ser una joven cualquiera de 30 años. Es endiabladamente activa en twitter, donde como @katohhhhhh diariamente va dejando numerosos tweets aunque, eso sí, en perfecto japonés. Además, también posee un blog aunque lo suele actualizar algo menos regularmente.
Afirman además que posee un particular sentido del humor y salta a la vista que su estilo de dibujo es moderno, dinámico y terriblemente atractivo, con una expresividad impresionante y una capacidad para el coloreado digital de primera categoria. Tras el éxito internacional de Blue Exorcist, lo que sí tiene sin duda, más allá de todo su talento, es un futuro de lo más prometedor.
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