Predominaban sobre todo los stands de venta de ilustraciones, así como los dibujos por encargo e incluso los retratos manga de los visitantes. Entre los stands también había material de creación propia con todo tipo de bisutería, peluches, adornos y todo lo que se quiera imaginar, por supuesto de inspiración manga.
Nos hemos encontrado con muchos autores dignos de mención, desde los que autoeditaban sus propios cómics hasta aquellos que en asociación habían creado un gigantesco proyecto fanzinero basándose en fanfictions como los chicos de Dragon Ball Universe.
Los precios variaban bastante, los fanzines aunque con acabados muy profesionales podríamos decir que eran en su mayoría algo caros, rondando desde los 10 a los 12 euros, un precio un tanto elevado para nuestros bolsillos.
Por supuesto, hemos dado con los fanzineros españoles que nos han comentado su experiencia que en general está siendo buena gracias a las ventas, aunque parece que todos estaban aparcados en la misma zona parecían pasárselo bien.
Una zona que sin duda el visitante a la Japan Expo no ha de perderse pues resulta en muchos aspectos mucho más rica e interesante que los stands comerciales, los fanzineros son gente amable que torean las situaciones en cualquier idioma y se muestran muy receptivos y por supuesto encantados de que desde otros paises nos interesemos por su trabajo.
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