Ramen Para Dos ha tenido el privilegio de acudir a la exposición Japonismo, la fascinación por el arte japonés de Caixaforum Barcelona. Los visitantes que se pasen por esta exposición obtendrán una visión muy completa de la influencia del arte nipón en nuestro país y en el resto de Europa. Gracias a la muestra se descubren aspectos más que interesantes y curiosos sobre esta influencia que ha conseguido cautivar a tantos artistas desde su inicio en el siglo XIX, coincidiendo con la apertura al exterior del país nipón después de siglos de hermetismo.
Un poco de historia
La exposición es un viaje por la historia de Japón, a través de un camino temporal que nos guía a través de libros, pinturas, cerámicas, ilustraciones, biombos, carteles, vestimentas y un largo etcétera que sumergen al visitante en una experiencia apasionante desde los primeros indicios hasta la época más actual. Un camino histórico que nos explicará cómo llegó aquel país lejano, a través de su cultura y arte, embelesar al público europeo e influenciar a grandes artistas.
El recorrido comienza con los relatos de Marco Polo, que ofrecían una visión exótica de tierras lejanas y constituyen la primera mención escrita en la literatura occidental sobre la existencia del archipiélago japonés. Éste ilustre mercader y viajero veneciano hace mención a Cipango (antiguo nombre de Japón de origen chino):
De la isla que dicen Cipango y de las cosas maravillosas que allí se hallan: En esta isla se halla oro en gran cantidad, jamás se saca fuera de la isla, pues allá abordan pocas naves y pocas mercancías. El rey de esta isla tiene un palacio muy grande y maravilloso, todo cubierto de oro. Las ventanas y columnas de este palacio, todas son de oro. Allí hay piedras preciosas en grandísima cantidad.
Los relatos de Marco Polo se recuperaron y utilizaron en la expansión ultramarina de España y Portugal a finales del siglo XV y gran parte del XVI. Cristobal Colón intentaría llegar a Japón y también a aquellos lugares exóticos que describia el mercader veneciano en sus viajes. Lo haría a través de una ruta hacia el oeste, pero esta es otra historia que muchos ya conocéis. Por otra parte, los portugueses llegaron a Japón hacia 1543, iniciando el contacto con unos pequeños intercambios comerciales.
En el siglo XVII, cabe destacar una de las expediciones japonesas al extranjero. Fue la dirigida por el samurai Hasekura Tsunenaga, el cuál en su viaje de visita al Papa de Roma hizo escala en nuestro país, en una ciudad sevillana, Coria del Río. En esta isla decidieron quedarse a vivir algunos miembros de la mencionada expedición. Actualmente perviven descendientes de éstos a los que se les asignó el apellido Japón.
Eran tiempos difíciles en la isla y la idea del shogunato Tokugawa (gobierno militar japonés del clan Tokugawa) fue adoptar una postura de aislamiento frente al resto del mundo que duraría varios siglos (desde 1641 a 1867, aproximadamente). Esto desembocó en la expulsión de extranjeros y la eliminación de influencias externas. La consecuencia más drástica, fue el exterminio de los japoneses que se habían convertido al cristianismo, consecuencia de la llegada de jesuitas que habían comenzado a evangelizar la zona.
Gracias a la Restauración Meiji, siglos más tarde, llegaba la apertura de Japón al exterior (1868). Bajo el marco de la Exposición Universal de París (1878) el arte japonés ejerció una gran impresión en público y artistas de la época. Así daba comienzo el ‘desembarco’ cultural en Europa del arte del ukiyo-e, cautivando con su exotismo a artistas como Monet, Gauguin, Toulouse-Lautrec, Van Gogh, Manet, etc,… En la Exposición Universal de Barcelona (1888), este exotismo embeleso a artistas locales como Fortuny o la saga de artistas Masriera, obra ampliamente representada en esta exposición con obras personales. Cabe señalar, la interesante colección que consiguió el escritor y dibujante catalán, Apel·les Mestres.
Para terminar, desde finales del siglo XIX, el arte del ukiyo-e (que abarca grabados, tarjetas, libros ilustrados, eróticos, pintados a mano,…) inició una influencia artística y cultural que hizo patente la atracción por la cultura, arte y estilismo japoneses en multitud de disciplinas artísticas desde aquella época hasta la actualidad. Artistas como Hokusai y Utamaro comenzaron a ser reconocidos y muy apreciados en Europa. Artistas españoles más recientes como Dalí, Picasso o Miró también se vieron atrapados por esta influencia artística nipona.
Curiosidades de la exposición
La exposición muestra obras de diferentes disciplinas artísticas que destacan por su representatividad. Así lo testimonian obras como La gran ola de Kanagawa de Hokusai o algunas ilustraciones de su particular Hokusai Manga (ilustraciones de la vida japonesa de la época que no formaban ningún relato o historia). Cabe señalar que estas obras no representan los primeros mangas de la historia como se podría pensar por el nombre, la única similitud con el cómic o manga moderno es su sistema de elaboración sobre papel transparente utilizando varios pasos en su elaboración.
También se pueden ver colecciones de cartas o naipes, libros ilustrados e incluso menús de restaurantes realizados con elementos representativos del arte nipón o su sociedad. Un ejemplo sería el de mujer con yukata. Estos elementos cotidianos, son un claro exponente de la influencia que ejercía la cultura japonesa en el día a día. Esta atracción por lo diferente y exótico, llevó a muchos burgueses a coleccionar estampas y otros productos procedentes de Japón.
Uno de los aspectos más curiosos que se descubre con la audioguía es el momento en el que llegamos a la sección de vestimentas. Los primeros cosplays (entiéndase disfraces) influenciados por la cultura nipona comenzaron a finales de siglo XIX en nuestro país (sobre 1880). Estas vestimentas se utilizaban para uso doméstico u ocasiones especiales, como fiestas privadas y carnavales, para dar cierta distinción y elegancia. En las fiestas particulares o fiestas de disfraces de las clases pudientes de la época eran habituales personajes como el samurai o la geisha.
Las piezas occidentales que encontramos en la exposición, influenciadas claramente por el kimono, incorporan elementos propios de la vestimenta japonesa como las mangas anchas. Hay que resaltar que para los pintores de la época, el kimono daba mucho juego a la hora de elaborar retratos o escenas ya que podían expresar recato, pero si éste se encontraba sutilmente abierto podía llegar a ser insinuante.
Se sabe que el fenómeno cosplay, tal y como se conoce actualmente, comenzó en la década de los ‘70 en los eventos de comics de Japón (en los de doujinshis sobre todo). Pero es muy interesante que la burguesía de esa época, ya utilizase disfraces o atuendos de inspiración japonesa para sus fiestas y carnavales.
Una exposición para disfrutar
La exposición se puede visitar en Barcelona hasta el 15 de septiembre, más tarde será el turno de Caixaforum Madrid(del 16 de octubre de 2013 al 16 de febrero de 2014). La entrada general a esta exposición son 4 €, pero es gratuita para los clientes de La Caixa(tan sencillo como acudir con una tarjeta de la entidad). También está disponible una audioguía por 4€, que sumerge al visitante en la exposición y enriquece la experiencia.
Utilizar la audioguía es muy recomendable, sobre todo para conocer muchos detalles de las obras expuestas, además de ampliar información interesante y relevante que se ha explicado de manera muy resumida en este artículo. En esta ocasión conseguir la audioguía es totalmente gratuita si imprimís el vale que se adjunta a este artículo.
En definitiva, una exposición totalmente recomendable que tiene elementos suficientemente atractivos para poder disfrutar de ella. Una experiencia que no debe perderse ningún aficionado al arte y cultura nipones.
No os la perdáis, vale la pena!!
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