Pese a que el primer contacto pueda resultar algo típico al encontrarnos la carátula del título con un estílo típicamente JRPG es una impresión lejana de la realidad: en cuanto entramos a jugar, lo primero que llama poderosamente la atención es la particular aspecto que le han dado al videojuego. Con un Cel-shading utilizado con un afán artístico, en tonos planos y brillantes dentro de un universo cambiante y radical en lo estético, logrando causar impacto desde el mismísimo comienzo.
El juego está doblado al inglés aunque cuenta con subtítulos en nuestro idioma. Hecho, sin duda, que muchos agradecerán ya que la trama detrás de El Shaddai parece entrañar una cierta complejidad. La trama está basada en unos libros aprócrifos ue datan entre el siglo III a.C y el siglo I d. La aventura nos pone en la piel de Enoch, una figura celestial que debe salvar el mundo de la ira de Dios, después de que unos ángeles llamados Grigori, abandonaran la misión de vigilancia que se les encomendó para empezar a influír en la humanidad, cayendo en sus tentaciones… Sin embargo, el argumento parece ir mucho más allá de ser el enfrentamiento antagónico del bien y el mal ya que el protagonista se servirá de la ayuda de los arcángeles Gabriel, Miguel, Rafael y Uriel, mientras que Lucifel será probablemente la figura más recurrente colaborando con el personaje, gracias a su capacidad de manipular el tiempo.
Aunque en un primer momento pueda parece un hack & slash con una estética que posee ínfulas de ser diferente, lo cierto es que incluso en la mecánica de los combates se nota un distanciamiento más que evidente con los lugares comunes del género. El juego tiene un cierto componente Devil May Cry, con enfrentamientos contra enemigos donde prima el cuerpo a cuerpo y, de cuando en cuando, se utilizan las armas a distancia. Sin embargo la mecánica es muy diferente, abogando por la sencillez en los controles y en una curiosa mecánica de robo de armas y purificación de las mismas.
Enoch en inicio va con las manos desnudas, teniendo que robarle el arma a cualquiera de nuestros enemigos y purificarla para su uso. Cada cierto tiempo, tras que golpeemos con ella a los rivales impuros, Enoch debe purificar de nuevo el arma o resultará totalmente inútil pese a que golpeemos a nuestros contrincantes. Las armas que se pueden disfrutar en la demo son una suerte de espada y un arma de proyectiles que flota alrededor del protagonista y que dispara a distancia. Es sencillo en su uso y hay distintas combinaciones de ataques, permitiendo la guarda, el contraataque y varios movimientos de desplazamiento más ágil, incluyendo lo habitual: un doble salto, un dasheo, etc. Pese a que no es una mecánica compleja, en ocasiones es un pelín tosca y cabe la posibilidad de que se vuelva algo repetitiva a lo largo del juego de más duración.
Según los responsables de El Shaddai, el componente que prima en el juego es el de exploración pero en esta demo apenas sí se puede ver. Lo que sí se nota es que hay una fuerte presencia de plataformas que incluso prima más que el del combate, intercalando fases en 3d con otras en 2d en scroll, en el que Enoch va saltando por plataformas en un extraño lienzo de contornos, brillos y luces que, súbitamente se oscurecen en contrastes. Todo es extraño, original y con mucha personalidad en El Shaddai, aunque a veces por eso mismo surgen pequeños problemas de cámara y ciertos elementos que pueden resultar confusos.
La dificultad del juego es alta, sobre todo a la hora de afrontar los combates con normalmente varios rivales dentro de un entorno cerrado. Enoch cuenta con una serie de golpes como puntos de vida que se representan en la pérdida progresiva de la armadura. Además, si cometemos algún error en las plataformas Lucifel chasqueará los dedos y nos llevará al punto anterior a nuestro error pero quitándonos puntos de golpe, en una mecánica que recuerda a la vista en Prince of Persia pero sin resultar infinita como en el título de Ubisoft.
En definitiva, en esta corta demo de El Shaddai (apenas se llega al primer gran monstruo) se deja entrever un juego repleto de personalidad y un fuerte carácter artístico. La dificultad es elevada y estéticamente es un título que puede no entrarle a todo el mundo por los ojos pese a la evidente espectacularidad. Por lo demás, parece un juego pensado para intentar resultar original, de esos que resultan extraños de ver en las consolas y que intentan fomentar la narrativa y la estética a la jugabilidad más típica. Hay algunas dudas que pueden afectar al conjunto global pero, sin duda, el juego de UTV Ignition merece una oportunidad.
Enlaces:
Listado de Reseñas, Avances e Impresiones de Videojuegos
Facebook
Twitter
Pinterest
Instagram
YouTube
RSS