El próximo 34 Salón del Cómic de Barcelona contará con la presencia como invitado de Frank Miller, leyenda viva del noveno arte. Con obras como Daredevil, Ronin y El regreso del caballero oscuro en su haber, este maestro de la viñeta revolucionó el cómic americano alzándose como uno de los grandes del género. Un cambio en el que la cultura japonesa y el manga tuvieron mucho que ver.
La cultura japonesa como fuente de inspiración
Frank Miller comenzó su andadura en el cómic con Marvel, empezando con la publicación de historias autoconclusivas en distintas colecciones de la firma americana y que se movían entre la ciencia ficción, género bélico, género negro y terror. Sin embargo, en 1981 tomó las riendas del cómic de Daredevil, que por aquel entonces estaba al borde de la cancelación. Con Miller a los lapiceros el título inicio una nueva etapa dorada del demonio de Hell’s Kitchen.
En esta nueva andadura la influencia japonesa es bastante evidente. Sirva de ejemplo la creación de personajes como Stick, el maestro de artes marciales de Daredevil, Elektra, la mercenaria ninja en busca de sed de venganza, o el arco del culto japonés de La Mano.
Otro rasgo de esta inspitación en el lejano oriente se encuentra en las peleas. Para darles de un mayor realismo, el propio Miller afirmó haber visto multitud de películas de kung fu, artes marciales, así como distintos géneros japoneses. De esta manera, dotó un de aire fresco a un personaje que estaba condenado a muerte y que el autor logró hacerlo renacer.
El lobo solitario y su cachorro en el punto de mira
Una de las obras que más han marcado al autor fue El lobo solitario y su cachorro, de Kazuo Koike y Gôsheki Kojima. En 1987 la obra llegó a Estados Unidos y Dark Horse contrató a Frank Miller para que ilustrara algunas portadas de los tomos de la edición norteamericana.
La historia de venganza en la que el protagonista trata de encontrar a aquellos que lo deshonraron con su hijo casi recién nacido a cuestas cautivó a Miller, tanto narrativamente como estilísticamente. Tal fue su impresión, que ese mismo año escribió una carta junto a unas preguntas a sus autores sobre su obra, el mercado del manga y el papel del cómic en la sociedad nipona.
No obstante, Miller ya conocía la obra antes de su licencia en Estados Unidos, dado que le sirvió de base para la novela gráfica Ronin. Sin embargo, Miller solo pudo comprender la historia a partir de las viñetas. El resultado fue una obra también de venganza, pero donde se introducen elementos de ciencia ficción y de temática occidental. No obstante, la influencia estilística del manga Koike y Kojima resulta bastante evidente.
Pero lo que más influyó en él fue la figura del protagonista. Ogami Itto se distancia bastante de la visión de los protagonistas de occidente, sobre todo del género de superhéroes. Un hombre imperfecto capaz de mancharse las manos con tal de recuperar su honor. Este arquetipo es bastante común en los personajes de Miller, desde Daredevil hasta su aclamado Caballero oscuro. Personajes que tienen que volver a levantarse y superar la adversidad. Sin duda una idea bastante arraigada en los cómic japoneses y que tomó el autor.
Rompiendo moldes
Sin embargo, su influencia oriental no se debe solamente en la adopción de arquetipos y temas orientales. Es más, estos no deberían de parecer raros si tenemos en cuenta la cantidad de personajes orientales que aparecen en los cómic occidentales para aportar cierto toque oriental y exótico.
En cambio, Frank Miller fue un paso más allá adoptando técnicas de dibujo y estilísticas propias del manga. Un rasgo fundamental del género y que adoptó fue la división de la acción en distintas viñetas. Un simple puñetazo o salto se dividía en más de una escena, dándole una mayor carga expresiva. Si bien en el manga esto es algo muy básico, por aquel entonces en el cómic occidental no era tan habitual.
Esto le llevó necesariamente a jugar más con las formas y tamaños de las viñetas. De esta manera, poco a poco, se fue abriendo a la experimentación y a la aparición de escenas a toda página. Si bien esto es habitual en el manga, era muy raro en occidente.
Por tanto, ya sea por sus obras, personajes o dibujo, Frank Miller se trata de uno de los dibujantes más relevantes de la historia del cómic. Un autor cuya aparición marcó un antes y un después en del cómic occidental, principalmente por la introducción de nuevos elementos, muchos de ellos tomados del manga. Sin duda, un autor que todo amante del cómic debe leer por lo menos una vez.
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