Recientemente ha saltado la liebre a las redes sociales el cambio en la normativa del acceso al recinto del XXIII Salón del Manga de Barcelona. Cambios que se conocen a poco más de dos semanas de que el evento abra sus puertas, tras años de polémica y problemas por las colas que se organizan para entrar, especialmente los días de más afluencia, como el sábado.
El cambio en cuanto a las normas de acceso indican «para garantizar la seguridad y las normas de aforamiento, la entrada al Salón del Manga será de un solo acceso, y no se permitirá salir y volver a entrar al recinto excepto a los portadores de pases profesionales y de prensa». Es decir, que los asistentes no podrán salir y volver a entrar con la misma entrada como ha pasado hasta ahora.
Este cambio responde a una cierta preocupación por la seguridad y el aforo del recinto. Hasta ahora, las colas de acceso para el sábado eran continuas prácticamente durante todo el día. A parte de la gente que quería entrar, hacían cola también aquellos que salían un momento para comer fuera, por ejemplo.
Esta situación se agrava por los recientes atentados en la ciudad condal y la situación de crispación social actual de Cataluña. La guardia urbana no veía con buenos ojos una cola de gente aglomerada a la entrada de la feria durante todo el sábado de manera casi permanente. No es seguro, no es controlable y ahora mismo prima la seguridad por encima de cualquier otra cosa. Y esto no es opinión, es información, algo que un servidor sabía que se llevaba hablando entre FICOMIC y las fuerzas de seguridad desde el pasado verano, tras los tristes atentados de La Rambla.
Lo que quieren es una única cola a primera hora del día, que se organice y se gestione al abrir puertas. Una vez haya entrado el grueso de la gente, como esta gente no va a salir y volver a entrar no va a a sumarse de nuevo a una cola de entrada, que nunca decrece.
Dicho esto, se despeja la incógnita del “por qué” y se destierra la razón del dinero. Ya que mucha gente achacaba este cambio a que “así la gente debe comer dentro”. ¿De verdad creéis que un cambio así obedece a una simple cuestión de dinero? ¿De verdad sería significativo el número de gente que comería en los restaurantes de dentro, los cuales los días como el sábado ya andan desbordados? ¿De verdad creéis que FICOMIC busca que la gente se compre una nueva entrada si quiere volver a entrar?
De hecho esto no es único del Salón del Manga, muchas ferias ya funcionan así de siempre. En IFEMA Madrid, tanto el Heroes of Manga como Japan Weekend, funcionan exactamente de la misma manera. Tiene un gran recinto con restaurantes y espacio al aire libre, pero si sales del recinto no puedes volver a entrar. Y esto se traduce en colas prácticamente inexistentes, salvo a primera hora del día grande.
Entonces, ¿cuál ha sido el problema y el error de FICOMIC? El no haberlo comunicado adecuadamente, en términos de seguridad y protección de los propios visitantes. ¿Tan traumático es llevarse un bocata para comer ese día si no queremos salir? ¿No lo hacemos ya cuando vamos a pasar el día al parque de atracciones o la piscina, por ejemplo?
Si FICOMIC valoraba esta posibilidad desde el pasado verano, debido a los atentados, debía de haberlo comunicado oficial y formalmente. Aquí ha fallado la cúpula de la organización, no por tomar una decisión bajo mi punto de vista, acertada, si no porque parece haberlo hecho por lo “bajini”, de secreto, para ver si la gente no se enteraba y no provocaba revuelo. Creo que ha fallado la comunicación, algo que normalmente funciona muy bien en FICOMIC.
Al igual que anuncian el número de asistentes a sus eventos, el relevo de Carles Santamaría (al que aprovecho estas líneas para darle las gracias por su labor al frente de FICOMIC todos estos años) u otros temas no directamente relacionados con las actividades de sus eventos, esto creo que era importante haberlo anunciado en cuanto se decidió.
La constatación de esto es la encuesta lanzada ayer en redes sociales por Ramen Para Dos, en la que preguntábamos la opinión de los lectores sobre el cambio. La respuesta mayoritaria fue “¿Qué cambios?” con un 40%. Además había gente dentro de la organización que se ha enterado al mismo tiempo que las redes sociales, por lo que creo que el error viene de arriba.
En definitiva, bajo mi punto de vista, buena decisión en pro de la seguridad, pero mal comunicada y con unas disculpas por “un error de actualización de la web” que no hubiesen sido necesarias si FICOMIC hubiera informado bien.
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