En el pasado XVII Salón del Manga de Barcelona tuvimos la oportunidad de entrevistar a Hiroshi Hirata y hablar un poco sobre su profesión, sus vivencias, sobre su punto de vista a la hora de encarar las historias y de cómo la corriente gekiga surgió y cambió el universo del manga. Hirata debutó en el año 1958 como autor para las bibliotecas comerciales kashihon’ya, todo un circuito paralelo al de las editoriales grandes y las librerías en el que se gozaba de una libertad creativa inusual y del que surgió el movimiento gekiga. Desde entonces ha realizado gran cantidad de jidaimono de gran crudeza con una exhaustiva documentación que le han convertido en uno de los grandes autores del género.
RP2: Sus primeros pasos dentro del mundo del manga los dio fuera de los circuitos comerciales habituales, ¿fueron complejos?
Hiroshi Hirata: Debuté dentro del circuto de librerías de alquiler simplemente porque la editorial que me descubrió en cierta manera era una de estas, yo no conocía nada más y no se me ocurrió seguir buscando.
RP2: ¿Es complicada la vida como mangaka?
Hiroshi Hirata: Llevo 50 años dentro de este mundillo y considero que es muy complejo.
RP2: ¿Cree que es una profesión más artística, creativa o más artesanal?
Hiroshi Hirata: En realidad jamás me ha importado cómo son mis obras. Jamás las he considerado obras de arte, eso lo valorarán mis lectores.
RP2: La obra que se estrena en este salón tuvo muchísima polémica y no se ha podido estrenar hasta hace poco en una versión censurada, ¿si pudiera regresar atrás encararía el título de la misma manera?
Hiroshi Hirata: Seguramente haría otro tipo de obra ya que ya he experimentado lo que ocurre cuando se hace eso y no sería común repetir un error cuando ya conoces las consecuencias. Seguramente crearía una obra distinta, desde un punto de vista de los guetos y descastados.
RP2: La mayoria de mangas, películas y novelas suelen acercarse a la figura del samurai de una forma muy “romántica”. Sin embargo, usted sigue un rigor histórico absoluto pese a que el resultado quede menos brillante y más crudo, ¿por qué opta por esta clase de enfoque?
Hiroshi Hirata: No dibujo obras tan crueles y violentas porque me guste hacerlo así, si no que por ejemplo, cuando estalla una guerra los soldados se vuelven extremadamente crueles, son capaces de asesinar a todo tipo de personas si se lo ordenan sus superiores, desde niños pequeños hasta mujeres.
Cuando los soldados realizan estas acciones tan bestiales repetidas veces terminan volviéndose prácticamente locos. Lo que yo quiero explorar a través de mis obras es el porqué estos soldados, estos guerreros tuvieron que realizar estas acciones tan duras, tan crueles. No es expresar la crueldad, si no explorar el porqué los guerreros tenían que hacer este tipo de acciones.
RP2: ¿Cree que mediante sus obras acerca a la gente a esta parte de la historia japonesa?
Hiroshi Hirata: No, no tengo ningún ánimo didáctico, lo único que quiero hacer es informar a la gente de que en un momento histórico ocurrió cierto episodio. El motivo de ser de las escenas de violencia se explica si leemos bien las historias, por ejemplo, este discipulo mató a su maestro, ¿cual fue el motivo, lo sabes? Hay unos motivos a raiz de ciertas circunstancias el protagonistas no tiene otra opción que la de matar a su maestro.
Cuando una persona en esta época pertenecía a esta no casta de los Buraku tenía que vivir en la absoluta miseria, la única manera para escapar de esto era o bien convertirse en estudioso o bien en maestro de artes marciales. Él eligió el segundo camino pero el maestro en el que más confiaba le terminó traicionando. Simplemente por el hecho de pertenecer a esta no casta fue discriminado incluso por su maestro.
Aunque el maestro en principio no le importaba de donde viniese, al final, en el momento decisivo, descubre que sí era un obstáculo. Él se había esforzado durante años en las artes marciales sólo para que su maestro al final le traicionara y resulta muy duro para el personaje. Se desespera porque se da cuenta de que si su maestro en el que tanto confiaba y que tan bien le había tratado al final le traicionaba, que ocurriría cuando saliera a la sociedad, con el resto de la gente sería aún peor, y eso le pone muy triste. Acaba matando al maestro.
Al final se descubre que no tiene en el mundo a nadie en quien confiar, entonces al matar al maestro, los demás discípulos del maestro van a matarle a él para vengarse. No entienden que fuera capaz de matar a alguien que tanto le había cuidado y los demás discípulos le consideran indigno de ser una persona. Y es por esto que en esta obra hay tantas escenas crueles, duras.
RP2: Para realizar ese tipo de análisis de la sociedad de la época, ¿cuanto tiempo se toma para documentarse y buscar detalles para el argumento?
Hiroshi Hirata: A veces invierto hasta 5 años en documentarme e incluso 10. Con Satsuma Gishiden estuve 10 años documentándome.
RP2: Después de Satsuma Gishiden se tomó un gran descanso ¿Fue muy duro el trabajo en Satsuma Gishiden?¿Fue complicado mantener un trabajo tan constante?
Hiroshi Hirata: Sí, en parte Satsuma Gishiden esta incompleta por un lado proque estaba cansado y por otro porque me quedé sin documentación, no había manera de encontrar más y yo también estaba muy cansado. Sentía que tenía la necesidad de refrescarme antes de acometer mi siguiente obra porque si trabajas en la misma obra mucho tiempo corres el peligro de caer en la mediocridad.
RP2: En una entrevista con Marc Bernabé comentó la diferencia entre los samurái y los bushi, definiendo a los segundos como gente que luchaba siguiendo sus propios ideales. ¿En cierta manera usted siente que es la senda que ha seguido a la hora de enfocar su propia carrera?
Hiroshi Hirata: Efectivamente, no me puedo definir de otra manera, soy un Bushi (risas).
RP2: ¿Considera que el gekiga ha influído directamente en la forma de concebir las historias en el manga más comercial?
Hiroshi Hirata: El concepto gekiga fue inventado por Tatsumi. Antes no existía el gekiga. En el kanji de «man» de manga contienen un matiz que se puede interpretar como poco serio o absurdo, por tanto no me gustaba la palabra manga porque no tienen nada que ver con el contenido de mis obras que eran severas, duras, con escenas violentas. Por lo tanto cuando Tatsumi dijo que sus obras iban a llamarse Gekiga por este mismo motivo a mi me gustó el concepto y decidí que no serían mangas si no gekiga. Ten en cuenta que el manga lo publicaban editoriales grandes y el gekiga casi que era traido por librerias de alquiler. Cuando la gente iba y veía esos comics con dibujo tosco y sangriento ayudó a formar el concepto de que el gekiga era malo, que no eran buenas obras para la gente.
Entonces, al cabo de un tiempo la mentalidad de las editoriales grandes fue cambiando porque los lectores comenzaron a cambiar, crecieron como lectores y estaban un poco hartos de estas obras tan blancas del manga, representado principalmente por Tezuka. Comenzaron a pedir obras más arriesgadas, con protagonistas fuera de la ley. Fue entonces cuando las editoriales comenzaron a publicar obras de este tipo.
Ahora tolero que la palabra manga se escriba en romanji, katakana y en hiragana pero no soporto ver la palabra manga escrita en kanji. Mis obras son gekiga, yo cambiaría el nombre de este salón, lo llamaría el salón del manga y del gekiga (risas).
RP2: ¿Considera que incluso las obras con un corte más adulto de Tezuka tuvieron que ver con la irrupción del gekiga en el panorama de aquel entonces?
Hiroshi Hirata: Probablemente sí. Hasta aquel momento se dedicaba a dibujar prácticamente para niños, probablemente el mismísimo maestro comenzó a asustarse porque veía que estaba perdiendo público. Fué una lástima que muriese tan pronto.
Llegué a conocer a Tezuka a través de su editor común que siempre le decía que los dos únicos autores que siempre llegaban mal con las entregas éramos Tezuka y yo. Así que una vez, a las 3 de la mañana, mi editor me preguntó si quería conocerle. Subimos al coche y condujo hasta su casa y lo encontramos allí, dibujando con sus gafas y me dijo «Oh, Hirata, que tal, ¿cómo tu por aquí?«. El problema es que había más editores esperando a que Tezuka terminara las páginas y nos echaron de allí porque le estábamos distrayendo. Fueron solamente 5 minutos. (risas)
RP2: ¿Ha leído alguna de sus obras?
Hiroshi Hirata: Sí, alguna obra leí más o menos cuando debuté. Nunca he comprado obras de Tezuka, aunque cuando iba a la peluquería siempre estaban por ahí para que las leyese la gente.
RP2: ¿cómo surgió la colaboración con Katsuhiro Otomo para el logo de Akira?
Hiroshi Hirata: Simplemente un editor de Kodansha que me conocía me pidió que escribiera Akira. Entonces el editor fue a mi casa en Izu y me pidió que lo escribiera. Lo hice en más de 20 formas distintas, en romaji, en horizontal, en vertical, etc…dejé al editor que eligiera el que más le gustaba y eligió el que ahora todos conocemos.
También he escrito caligrafías para películas y otras obras. Sin saber muy bien como me he convertido en una especie de maestro calígrafo. Muchas veces me preguntan sí soy un maestro calígrafo y yo no sé que responder. Al parecer soy un calígrafo porque uso pincel pero no me considero uno de ellos. Al dibujar y al escribir me he dado cuenta que tanto los dibujos como las letras, todo son gráficos, son una misma cosa. Con el pincel se puede conseguir más espítitu en las viñetas que con una pluma o un lapicero.
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