En esta entrada seremos testigos como las chicas japonesas son vistas como verdaderas modelos que demuestran estereotipos similares a los que aparecen en series manga como Inuyasha, animes como Sailor Moon e incluso películas hollywoodienses como Kill Bill.
Pero lejos de ser meramente un objeto de fascinación, también tienen un enorme poder como consumidoras. Dado estas adolescentes pertenecen a familias acomodas, tienen una capacidad extraordinaria para crear nuevas tendencias. Hasta el momento, han sido responsables de los encantos de los teléfonos móviles, los calcetines sueltos, llevar como ropa de calle los pijamas de Pikachu, popularizar las cabinas fotográficas purikura y las cámaras de fotos instantáneas Cheki y un largo etcétera de objetos kawaii. De hecho, en la era Taisho (1912-1926), fueron colegialas las primeras consumidoras de productos «kawaii» como tarjetas, postales y demás objetos adornados con ilustraciones femeninas del diseñador Takehisa Yumeji.
Si nos fijamos en la cultura kawaii de Japón, se puede observar multitud de colegialas maquilladas impecablemente en las calles de Harajuku o en los almacenes 109 de Shibuya después de la escuela. Según Toyoko Yokoyama, vicepresidente de Conomi, “las colegialas japonesas son puros iconos a los que no les cuesta expresarse. Son conscientes del poder de la marca de ser una kogal«.
Conomi es una marca con sede en Harajuku que fabrica uniformes de moda para que las estudiantes puedan usarlos los fines de semana. Esta empresa tiene muy cuenta el mundo de las kogals. Una de sus asesoras corporativas, viajó a países asiáticos como embajadora del kawaii dando dando a conocer la cultura japonesa kawaii. Este viaje formaba parte de un proyecto de diplomacia para el Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón en 2009.
En el mundo de las kogals, uno de los eventos que más expectación levantan sin duda es el Tokyo Girls Collection (TGC).
Es el evento principal de moda en Tokyo en el que se respira un ambiente totalmente festivo. Este evento es el mejor lugar para constatar la capacidad de consumo de las chicas japonesas. Un evento que cuenta con más de 60.000 asistentes al año que pagan entre 5.500 y 15.000 yenes (40-50 y 110-120 euros) por cada entrada.
Un evento que cuenta con desfiles, entretenimiento por grupos de J-Pop, humoristas, un concurso de belleza Miss TGC, presencia de estilistas y directores de moda de reconocido prestigio internacional. Todo este ambiente se multiplica por el entusiasmo que muestra el público adolescente.
La mayoría de marcas del TGC son marcas casual y se permite a la audiencia comprar la ropa que se muestra en la pasarela, incluso en tiempo real a través del móvil vía la página web del evento. Una web que cuenta con más de medio millón de suscriptores y 2 millones de visitantes únicos por mes, según los organizadores. Los artículos adquiridos llegan al día siguiente a casa de las compradoras.
A pesar que la mayoría de eventos de moda, las modelos tienen una manera más ortodoxa de contonearse por la pasarela, la manera de TGC es decididamente kawaii. La mayoría de las modelos no son más altas de 165 cms y hacen el pase vestidas como animadoras, llevando piruletas gigantes o ataviadas con cintas deportivas de Minnie Mouse. Es un evento extravagante de seis horas, que puede llegar a ser abrumador, pero es una tremendo escaparate para ver la cultura de las kogals japonesas en todo su esplendor.
Fuente: Shoujo Cafe
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