Recientemente, Selecta Visión ha comenzado a emitir el simulcast de uno de los estrenos más esperados de esta temporada: Drifters. Esta adaptación animada del manga homónimo de Kouta Hirano, que edita Norma Editorial en España, se estrenó en la televisión japonesa el pasado 7 de octubre.
Desde el pasado 18 de octubre, con siete episodios emitidos en Japón, la emisión desde el canal de Youtube de Selecta Visión se ha puesto al día, por lo que cada viernes estrenará un nuevo capítulo.
El siguiente artículo analiza los siete primeros capítulos de Drifters y cada semana se publicará una nueva review correspondiente al último capítulo emitido. Advertimos, por supuesto, que las siguientes líneas contienen spoilers de la historia de la serie.
La primera impresión que causa este anime, si no se está puesto en antecedentes, es de total y absoluto desconcierto. Lo que parece ser en principio una historia de duras batallas y luchas de poder entre clanes samurái (con una brutal presentación del protagonista, Toyohisa Shimazo, repartiendo katanazos a diestro y siniestro) a los 8 minutos exactos da un giro absolutamente radical que nos hace entonar un enorme «WTF».
Cabe destacar que los primeros minutos tienen un ritmo espectacular, de absoluto frenesí. Sin embargo, el momento “teletransporte” rompe todos los esquemas y descuadra por completo. Un extraño pasillo con muchas puertas a los lados terminado en una mesa de oficina y un extraño oficinista, con ropa actual, unos extraños ojos y fumador. De repente nuestro protagonista es teletransportado a un campo que desconoce por completo. Para terminar de rematar todos estos sucesos extraños a continuación aparece en el pasillo ¡un soldado americano de la guerra de Vietnam!
A partir de este momento Toyohisa no tarda en toparse con Oda Nobunaga y Yoichi, grandes guerreros de diferentes épocas del medievo japonés que han ido a parar a ese extraño mundo, al igual que Toyohisa. Diferentes épocas, diferentes estilos y diferentes pensamientos que desembocarán en una especie de alianza.
Drifters es una coctelera brutal, un divertimento tremendo en el que todo vale. Lo que al principio parece un sinsentido que nos deja con la boca abierta, termina haciéndonos pasar por el aro, queriendo una nueva ración, necesitando ver el siguiente episodio.
Por tanto no pasa nada por el hecho de que tres guerreros medievales japoneses quieran ayudar a una raza de Elfos sometida por un imperio influenciado por Adolf Hitler. Tampoco pasa nada por el hecho de que Aníbal y Escipión ayuden a una organización de magos llamados Octubristas a combatir al Rey Negro, un enigmático ser que tiene como aliados a celebridades tales como Rasputín, Juana de Arco, Anastasia o Gilles de Rais.
Esto desemboca en un momento absolutamente delirante en el que en un mismo campo de batalla se enfrenta un avión de la Segunda Guerra Mundial, dragones, Billy el Niño, Anastasia y Juana de Arco entre otros. Magia, fuego, hielo, ametralladoras, espadas, revólveres….en un momento así solo falta la aparición de un EVA para terminar de juntar en un solo escenario todos los elementos bélicos reales o de fantasía que se puede encontrar en cualquier forma narrativa.
A pesar de que todo esto pueda parecer un desenfrenado y divertido caos la serie ha llegado a un punto en el que la historia parece asentada: guerreros históricos son llevados a un extraño “limbo”. Dos facciones representadas por dos extraños personajes que en estos primeros siete capítulos han dado un auténtico espectáculo bélico de una gran calidad.
A todo esto se le suma una espectacular animación, un diseño de personajes atractivo y tremendamente cuidado. Muchas dosis de humor en el que por momentos los personajes son representados con estilo deforme. Si a esto sumamos un opening muy pegadizo hacen de Drifters una combinación absolutamente ganadora por el momento. Esperemos que el nivel se mantenga en próximos capítulos.
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