Vuelven la reviews de Dragon Ball Super con el capítulo 54, titulado Los herederos de la sangre saiyajin. La determinación de Trunks, que se emitió el pasado 7 de agosto de 2016. Se recuerda a los lectores que en la review se desvelan elementos del argumento del capítulo, por lo que si eres curioso o bien quieres comparar opiniones puedes seguir leyendo.
Comenzamos con otro capítulo de los que a mí me gusta llamar “la saga del Trunks del futuro al que van pasando chorradas mientras su madre arregla la máquina del tiempo”. Y es que arrancamos con el saiyan haciendo una especie de entrenamiento mental, como los que hacía Picolo en el pasado, donde lucha contra Black y pierde. Ni en sueños tiene suerte el pobre. Mientras tanto, Bulma va terminando de arreglar la máquina del tiempo con la ayuda de Pilaf, mientras Mai y Shu observan a Trunks meditar.
Gokuh, Bills y Wiss regresan de su viaje y le explican a Trunks las conclusiones de su visita a Zamasu, que arrojan más preguntas que respuestas. Sin embargo, tras conocer los hechos Trunks se cuestiona si será capaz de derrotar a Black ahora que sabe que Gokuh ha podido luchar en igualdad de condiciones contra Zamasu.
Mientras tanto, Gowasu y Zamasu están observando lo que parece una civilización prehistórica de una raza de dinosaurios antropomórficos, volviendo a surgir el debate de si la humanidad es maligna por naturaleza o no. Zamasu cree que sí, y que deberían de ser eliminados, pero Gowasu decide vigilarlos a ver que pasará dentro de 1000 años.
Para ello, se disponen a usar el Anillo del tiempo, que solo permite el viaje hacia delante en el tiempo. Gowasu explica que el resto de anillos que hay en la caja son el resultado de haber creado nuevos mundos por otros entes, lamentándose incluso de que hace pocos años se creó un nuevo mundo. Tras la explicación, Gowasu le presta un pendiente potala a Zamasu, colocándolo en la misma oreja que él pare evitar la unión irreversible de ambos, con el fin de otorgarle el rango de kayo shin y así poder usar el anillo juntos, pues solo estos pueden usar el anillo del tiempo.
Una vez que viajan al futuro, la raza de los Babaris, que es así como se llaman esta especie de dinosaurios, siguen siendo igual de violentos, reafirmando el sentimiento de Zamasu de que la humanidad debe de ser limpiada a tiempo.
Volviendo a la Tierra, Vegeta decide entrenar un poco con su hijo del futuro. Trunks le pide a su padre que no se contenga y haga como Gokuh y se transforme en super saiyan 3, pero el príncipe saiyan decide darlo todo y transformarse directamente en super saiyan blue y darle ventaja otorgándole la victoria si consigue darle solo un golpe, lo que nos recuerda a una escena idéntica al inicio de la saga de Boo con su hijo en la sala de gravedad.
Trunks se transforma en super saiyan dai san dankai para provocar a su padre. Pero de poco le vale, ya que este le vence sin despeinarse. Eso sí, le echa la bronca para que se vuelva más fuerte y así no dependa de nadie para vencer a sus enemigos. En ese momento llega Gokuh y Bulma, despistando a Vegeta. Trunks aprovecha entonces para darle un cabezazo, ganando así el desafío.
Mientras tanto, Wiss recibe una llamada a su “vara móvil” que intercepta Bills, el cual no sale de su asombro cuando descubre que es el mismísimo Zeno quien llama para ver a Gokuh.
Bueno, lo más destacable a mi parecer del capítulo es el breve entrenamiento entre Vegeta y Trunks, que nos muestra esa transformación que no valía para mucho, solo para ganar algún concurso de culturismo. Las referencias a la serie clásica son ya algo habitual en Dragon Ball Super y el fan de toda la vida es algo que agradece. Además, estamos siendo testigos de cómo Zamasu va tornando poco a poco “al lado oscuro” al más puro estilo de Anakin Skywalker, si me permitís la referencia.
¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Tenéis ganas de la nueva película? Dejadnos vuestras opiniones en los comentarios de esta entrada o vía Twitter en @RamenParaDos
Por FaeH
Facebook
Twitter
Pinterest
Instagram
YouTube
RSS