Desde el viernes 8 y hasta el domingo 10 de mayo, se celebró en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo de Madrid el Expomanga 2015. Uno de los principales eventos de manganime de la capital que reúne cada vez a más gente. En este artículo, vamos a hacer un repaso de la nueva entrega del evento marcando sus pros y contras.
En primer lugar, el espacio utilizado comprendía la planta baja, así como la entreplanta del Pabellón de Cristal. Había bastante espacio donde se concentraron varias exposiciones, stands comerciales y no comerciales, además de zonas de restauración, videojuegos, dos escenarios, unos vestidores con cortinas translúcidas y una sala multimedia para proyecciones y presentaciones o charlas.
Todo esto estaba muy bien repartido, a excepción de que las exposiciones quedaron un tanto apartadas del público que paseaba por otros lugares. Además de estos espacios, se utilizó el Auditorio, que se encuentra frente al Pabellón de La Pipa, para reunir allí las actividades relacionadas con el cosplay y derivados.
Este año, el evento no contaba con el survival zombie -que a opinión personal, no pinta nada en este acontecimiento-, pero sí contaba de nuevo con la carpa de juego con arcos. A decir verdad, había una gran cantidad de actividades preparadas por diversas asociaciones e incluso por la propia organización del evento. Todo es buscar algo que interese.
Entradas y colas interminables: solo una taquilla abierta
En segundo lugar, y uno de los puntos que afectan en gran medida a cualquier evento, es el de la venta de entradas y las colas. Bien, el viernes fue un día tranquilo en el cual se podía visitar todo el evento sin sentirse agobiado ya que la cantidad de gente que había era realmente pequeña. Solo hubo una ínfima cola para comprar entradas y se accedía rápido al recinto.
El sábado, día de máxima afluencia, concentró a la gran mayoría del público en los alrededores del evento. Desde primera hora de la mañana se formaron dos colas: una para comprar entradas y la otra para entrar. La cola de la compra de entradas, con tan solo una taquilla abierta (en verdad dos, pero una era para acreditaciones de prensa y otro tipo de entradas) ese día, bajaba de forma paralela al pabellón y era tan larga que parecía que iba a llegar casi al Parque de Atracciones.
Decir también que en dicha cola, hubo reventa de entradas para aquellos que quisieran pasar antes, aún teniendo que esperar otra cola para entrar. La entrada, que ese día costaba 7€ (6 el viernes y el domingo), se revendía a 10€ según testimonios de la gente que se entró de esta manera, se quedó sin entrar o prefirió no hacerlo. También estimaban que la gente que se situaba en la cola cerca de la valla verde que queda próxima a la estación de metro de Lago, tendría que esperar un mínimo de dos horas y media para poder acceder al recinto.
A medida que avanzaba la segunda jornada del evento, seguía llegando más gente a ambas colas, ya que en la cola para entrar se acumulaba en gran parte la gente que compró la entrada de manera anticipada por Internet. Un detalle, en cuanto a la compra online, se limitaron las entradas vendidas solamente para el sábado; cortando la venta por esta vía para dicho día sin previo aviso.
Por dentro del evento, el ambiente era muy distinto. Había espacio para bastante gente que podía entrar pero se iba limitando el aforo. Pienso que se puede limitar el acceso pero de una forma más sensata. Ambas colas, en las últimas horas de la tarde, se fueron despejando poco a poco, dejando a mucha gente sin poder acceder al evento y por tanto descontentos con la organización del mismo.
El domingo, último día del evento y en el que entraba gratis todo aquel que fuera vestido con un cosplay, comenzó de forma similar al día anterior, aunque cabe decir que se diferencia en que, a medida que avanzaba el día, las colas iban disminuyendo. De forma que llegada la tarde, el concepto de largas colas cambiaba mucho respecto a lo acontecido durante el día y medio anterior.
Stands: ¿Cómo encuentro a los invitados?
En tercer lugar, los invitados al evento no fueron anunciados ni presentados como debiera ser. El ejemplo radica sobre todo en Naoyoshi Shiotani, animador de Production I.G., que además es el director de Tokyo Marble Chocolate, la serie de anime de Psycho-Pass y la película de Blood C: The Last Dark. De hecho, el punto más importante es lo de Psycho-Pass, cosa que en la web del evento no lo destaca y eso es un punto bastante negativo en este aspecto.
Otro detalle a tratar es que los stands de los invitados estaban mal localizados y señalizados. El ejemplo en este caso se encuentra en la cantante Haruka, cuyo stand estaba situado tras el de Selecta Visión y entre la zona de videojuegos de Nintendo, y el stand de la Embajada de Japón. Esto hacía que pasara en parte desapercibido por mucha gente, a excepción de los que iban concretamente a ver a la cantante y comprar algún producto suyo.
Dentro del pabellón, el ambiente no permitía pararse ni un segundo ya que había constante movimiento por todos los lugares. En cuanto a los stands comerciales, asistieron prácticamente los mismos de anteriores ocasiones aunque hubo alguna tienda habitual que no acudió a la cita. Los productos vendidos, vuelven a estar liderados por las camisetas, las chapas y las figuras, dejando bastante apartado al manga, que debiera ser uno de los grandes protagonistas del evento, ya que de ahí el nombre del mismo.
Bien es cierto que había stands donde sí que se vendía mayoritariamente manga como es por ejemplo el de Norma Editorial, Nowevolution, y Ediciones Babylon o los de las tiendas Legend Comics y Omega Center, donde hubo mucha variedad de manga, artbooks, libros e incluso alguna novela relacionada con el cómic japonés. Además que en los de las editoriales hubo varias sesiones de firmas. Desde un punto de vista objetivo, reuniendo solo a los stands mencionados como ejemplos, es relativamente poco manga para la cantidad de puestos que albergaba el evento en su totalidad dentro del Pabellón de Cristal.
Actividades
Respecto a las actividades, decir que el hecho de que la gente tuviera que esperar una cola muy larga, afectó a muchas actividades organizadas por varias asociaciones e incluso algunos stands no comerciales; provocando que la gente se quedara fuera sin poder asistir a la hora establecida de ciertas actividades que requerían de inscripción previa.
Conclusión
Finalmente, concluyendo este artículo, el evento se merece más de lo que ha tenido y puede dar más de sí, pero primero debería corregir unos fallos que cada año suman muchos puntos negativos. Obviamente me refiero a las colas y la venta de entradas, así como las taquillas disponibles para la venta de las mismas.
También el tema de la venta online, que debería avisarse con tiempo el cierre de la venta para alguno de los días con al menos dos o tres días de antelación. Otro punto a arreglar de cara a ediciones futuras es el del espacio, que bien mucha gente pide llevarlo a IFEMA, pero con sus elevados costes, el evento se encarecería mucho. Así pues, esperemos que algunas de estas cosas cambien a mejor en Expomanga 2016.
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