Por segundo año consecutivo, Barcelona Games World bate récords de asistencia y ha convertido Barcelona en la capital del mundo de los videojuegos. Unas 135.000 personas se acercaron a la Fira de Barcelona para probar los más de 130 títulos disponibles, 23 de los cuales son novedades que aún no han salido al mercado. Esto supone un incremento del 11% respecto al año anterior, un porcentaje increíble considerando que se trata de la segunda edición del evento.
El evento también ha contado con la presencia de invitados de corte internacional como Toru Iwatani, conocido mundialmente por ser el padre de Pac-man, el arcade que revolucionó las recreativas durante la década de los 80. Por otra parte, el creador de la saga de carreras Gran Turismo también acudió al certamen para presentar la última entrega Gran Turismo Sport y compartir impresiones con los aficionados.
Lo que más habrán notado los asistentes que acudieron en 2016, es que la gestión de las colas este año ha sido impecable. La organización ha tomado nota de los errores que se cometieron en la primera edición y ha resuelto con gran eficiencia uno de los puntos que más polémica suscitó el año pasado. Asimismo, la habilitación de un gran espacio con mesas en la zona exterior ha facilitado la afluencia de los visitantes por los distintos pabellones, salvo pequeñas aglomeraciones a la entrada y salida de los mismos en algunos momentos.
Las grandes empresas del sector han vuelto a iluminar los diferentes pabellones del recinto, siendo el de PlayStation el más significativo con sus 4.500 metros cuadrados. Títulos muy esperados para 2018 como Monster Hunter World de Koch Media, la próxima entrega de God of War y Dissidia Final Fantasy NT aglomeraban a miles de jugadores que querían ser los primeros en probarlos.
Las gafas de realidad virtual también contaron con novedades y una sección propia este año. Sin embargo, las largas colas que se originaron especialmente entre el viernes y el domingo hacían prácticamente imposible jugar sin guardar al menos 2 horas de cola. Esto se debe en parte a que las VR parecen no haber desatado el boom que se esperaba en el mundo de los videojuegos y el personal de Sony tenía que explicar detenidamente los controles y el funcionamiento de las mismas.
Tras cruzar la zona exterior y entrar al pabellón 1, llegamos a la meca de los videojuegos japoneses con Bandai Namco y Nintendo, que desataron la euforia de los asistentes con una gran cantidad de títulos inéditos para probar en primicia. Por su parte, Bandai sorprendió con Ni no Kuni II: El renacer de un Reino, el nuevo MOBA de la franquicia de Kishimoto, Naruto to Boruto: Shinobi Striker, Dragon Ball FightersZ e incluso Code Vein, un título que pretende rivalizar en dificultad con el popular Dark Souls. Por supuesto la estrella del año pasado, Tekken 7, no podía faltar en el stand y el sábado tuvo lugar la final del torneo en el Palacio 5.
Adicionalmente, en el propio stand se habilitó una exposición con imágenes y vídeos de juegos repasando la historia de la compañía a modo de homenaje para el recién fallecido fundador de Namco, Masaya Nakamura.
Justo al lado, el llamativo color rojo del stand de Nintendo atraía a los jugadores a probar el que puede convertirse junto a Breath of the Wild, en la segunda joya de la nueva Nintendo Switch: Super Mario Odyssey. Un título que pretende revolucionar el mundo de las plataformas y que rompe con los esquemas vistos en anteriores juegos de la saga del ya conocido fontanero. Otra primicia para Switch es Fire Emblem Warriors que junto a Splatoon 2, Mario Karts 8 Deluxe y ARMS acapararon toda la atención del stand y relegaron a Nintendo 3DS a un segundo plano. No obstante, esta última también trajo títulos importantes como Yo-kai Watch 2 y El misterioso viaje de Layton: Katrielle y la conspiración de los millonarios.
Badland Games y Pure Gaming también repitieron presencia con un stand cargado de novedades y más de 65 puestos de juego con ordenadores de última generación. Juegos como Guilty Gear Xrd Rev 2 o Senran Kagura Beach Splash estaban disponibles y algunos títulos inéditos como Nightmare Boy. Por supuesto la distribuidora española no se olvidó de traer su catálogo de videojuegos indie, que complementaron las novedades de su stand.
Por último, echamos en falta la presencia de Microsoft y el stand de Xbox, que lamentablemente no ha podido acudir a esta segunda edición y se guardan sus sorpresas para el Xbox FanFest de Madrid.
A pesar de que nuevamente las grandes empresas han acaparado el foco de atención, los desarrolladores independientes han vuelto a demostrar su fuerza durante los cuatro días de Barcelona Games World. El ala izquierda del pabellón 2 contó con la presencia de varios expositores con títulos indies y también con la zona Co-Op Business Zone donde estos desarrolladores podían compartir sus ideas con inversores y productores del sector de los videojuegos con el objetivo de impulsar estos proyectos y darlos a conocer.
Por otra parte, 25 equipos de jóvenes desarrolladores se apuntaron a la GameJam, una competición que consiste en el desarrollo de un videojuego. Pero por si esto no fuera ya suficientemente complejo, tenían que trabajar a contrarreloj y terminarlo en menos de 30 horas.
Ya para acabar es necesario hacer mención especial a la segunda planta del palacio 2, donde los jugadores pudieron viajar al pasado gracias a RetroBarcelona, que repite asistencia este año con más recreativas y videojuegos clásicos. Además para los más nostálgicos, también había zonas de merchandising donde poder adquirir títulos antiguos de consolas como Spectrum, Sega Megadrive o la NES.
Cabe destacar que este año han distribuido mejor esta segunda planta y daba la sensación de más amplitud y espacio. Sin embargo, yo personalmente lo encontré algo vacío respecto a la primera edición y la mayoría de los asistentes se concentraban en los demás pabellones.
En definitiva, en esta segunda edición de la Barcelona Games World hemos podido apreciar una evolución muy positiva en todos los aspectos, tanto a nivel de espacio y eventos como a nivel organizativo. Prácticamente todos los pequeños problemas que hemos podido ver quedan eclipsados por un gran evento lleno de novedades, actividades y, sobretodo, horas y horas de diversión. ¡Nos vemos el año que viene en la tercera edición!
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