La familia es un concepto esencial, imprescindible en el mundo del manga y el anime. Se podría decir que la familia es sagrada, desde nuestros propios padres a los antepasados más lejanos. Y si hay alguien que lo ha sabido mostrar mejor que nadie en su filmografía es Mamoru Hosoda. En sus cuatro películas anteriores, este concepto ha sido el eje central que ha movido todas las historias. Pero con su nuevo largometraje Hosoda ha sabido llevar su tema favorito a un nuevo nivel.
Mirai, mi hermana pequeña es el título de la nueva película del director de La chica que saltaba a través del tiempo, Summer Wars, Wolf Children y El niño y la bestia. La película tuvo su premiere mundial en el Festival de Cannes el 16 de mayo de 2018, y posteriormente se estrenó en cines en Japón el 20 de julio. Se preestrenó oficialmente en nuestro país en el Festival de San Sebastián, y el 4 de octubre debutó en el 51º Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, celebrado en Sitges, donde además ganó el premio a Mejor Película de Animación. El filme llegará oficialmente a los cines españoles en 2019 de la mano de A Contracorriente Films y Sherlock Films, del mismo modo que ocurrió en 2016 con El niño y la bestia.
Argumento
El argumento del largometraje nos pone en la piel de Kun-chan, un niño de cuatro años que debe afrontar una nueva realidad: la llegada de su hermana pequeña Mirai. Como cualquier hermano mayor que se precie, los celos aflorarán inmediatamente al ver que la recién llegada copa toda la atención de sus padres. Lo que el pequeño Kun-chan no se espera es que a través del jardín de su propia casa aprenderá a sustituir esas rabietas por amor hacia su hermana y sus padres. Con la ayuda de varios miembros presentes, pasados e incluso futuros de su propia familia, Kun-chan aprenderá que no siempre se puede ser el centro de atención y que deberá compartir su tiempo con Mirai.
Aprendiendo a querer
Esta es sin duda la película más compleja de la filmografía de Mamoru Hosoda. Aunque su historia se centra en la familia al igual que las cuatro anteriores, se puede afirmar que esta es una película más biográfica que no fantástica. Hosoda busca transportar al espectador a través de momentos clave en la infancia de Kun-chan inmediatamente después de la llegada de Mirai, y busca siempre cambiar los celos niño por un aprendizaje básico, que puede poner en práctica inmediatamente. La familia siempre ha sido el foco de atención de la filmografía de Hosoda, pero en esta ocasión es la total protagonista. Hay más cotidianidad, más incluso que en Wolf Children, pero en esta ocasión no hay niños lobo intentando huir de una sociedad que no les comprendería. Es simplemente una familia que intenta afrontar la llegada de un nuevo miembro.
La fantasía no podía faltar en esta película, y es gracias a ella que Kun-chan experimentará los cambios necesarios para convertirse en un mejor hermano. Son también estos momentos de fantasía los que provocan las situaciones más opuestas en cuanto a sentimientos: habrá momentos cómicos y disparatados, momentos tiernos y momentos en los que el protagonista pasará miedo, mucho miedo.
Belleza animada excelente
La calidad visual debería obviarse tratándose de una película de Mamoru Hosoda, pero realmente Mirai lleva la excelencia de la animación de Studio Chizu más allá de lo que se pudo ver en El niño y la bestia. Esta vez algunos objetos animados en 3D complementan aún más la animación digital en 2D que predomina en la película. El dibujo de los personajes es sencillo y limpio, y los escenarios cobran vida ante los ojos del espectador gracias al gran nivel de detalle. Una paleta de colores suaves y delicados acaba de rematar la belleza de la película.
La banda sonora está altamente conseguida y acompaña a la perfección todas las escenas del film, sean cotidianas, cómicas o tensas. Masakatsu Takagi regresa por tercera vez en una película de Hosoda para encargarse de la música, y lo hace de una forma correcta y adecuada para la película que tiene entre manos. La cantidad de melodías es muy variada, y suele destacar por encima en los momentos de fantasía de la película o aquellos momentos en los que Kun-chan actúa para cambiar sus celos. Otra gran pieza del puzle que comporta crear un largometraje de Mamoru Hosoda.
¿Es perfecta o le falta algo?
Al salir de la sesión de estreno del Festival de Sitges, necesité varios minutos para procesar qué es lo que acababa de ver. Mi primera afirmación, aunque pueda resultar absurda, es que Mirai, mi hermana pequeña es una película muy de Hosoda sin llegar a ser del todo de Hosoda. Mantiene la familia como estandarte, algo que le ha acompañado durante toda su filmografía, pero es cierto que en esta ocasión no hay un enemigo fantástico ni un gran objetivo al que sobreponerse. El único problema de Kun-chan son los celos hacia su hermana pequeña, algo que cualquier persona que haya tenido un hermano menor que él o ella habrá experimentado alguna vez. No resulta tan emocional como La chica que saltaba a través del tiempo o Wolf Children, pero sí resulta mucho más biográfica y realista que estas últimas. De hecho, se trata de la película más cercana a la realidad jamás realizada por Mamoru Hosoda. Aunque dominan los momentos de fantasía, también se podrían considerar sueños que genera el subconsciente del propio Kun-chan, tratando de convencerle que lo mejor es llevarse bien con su hermana. Personalmente, me ha parecido una película excelente, aunque no la puedo colocar al mismo nivel que mi indiscutible favorita de Mamoru Hosoda: Wolf Children.
Conclusión
En resumidas cuentas, Mirai, mi hermana pequeña es una oda a la vida, a la familia y a las relaciones con tus seres queridos más próximos. El tratamiento de los celos de Kun-chan hacia Mirai es perfecto, y hace que muchos se puedan sentir identificados ante tal situación. La animación y la banda sonora se unen a la perfección en una historia que, aun estando lejos de los relatos de fantasía de Mamoru Hosoda, es uno de los más complejos que ha mostrado en su trayectoria. Ser la película más compleja de tu filmografía no siempre es una descripción positiva, pero en este caso otorga a Mirai una pátina de excelencia que la situará como uno de los grandes estrenos animados en España cuando llegue 2019.
Lo mejor:
- Es diferente a las anteriores películas de Hosoda, más biográfica.
- La construcción de personajes es sublime, cada uno cumple su papel a la perfección.
- Masakatsu Takagi lo vuelve a bordar con la banda sonora.
Lo peor:
- Es más compleja que sus películas anteriores, lo que puede confundir a los más puristas.
- Resulta menos emocional que sus últimos trabajos, no notas tensión ni nervios al verla.
Mirai, mi hermana pequeña
Estudio: Studio Chizu
Año: 2018
Tipo: Película animación
Duración: 100 min.
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