Siempre me ha gustado afirmar que las brujas son uno de los grupos más injustamente vapuleados por la historia. Mujeres de gran poder en una sociedad donde el mayor miedo era el empoderamiento de todo un género. Tal fue el terror de la sociedad medieval que fueron cientos las mujeres ejecutadas por esta creencia. Por si fuera poco, pasaron a la historia caricaturizadas como mujeres ancianas, de rasgos deformes, piel verde y llenas de ira por no disponer de un hombre a su lado.
No obstante, fueron bastantes los autores de fantasía que, poco a poco, fueron allanando el camino a estas figuras históricas, volviéndolas magas benévolas, empáticas y con un apego enorme a la vida. No me avergüenza admitir que crecí con las historias de Kika Superbruja, quién me impulsaba a imaginar un mundo donde la magia pudiese solventar todas las injusticias que podíamos ver día a día. Creedme cuando digo que lo primero que haré si me vuelvo mago es darle a mis padres todos los lujos que necesiten. ¿Qué harías tú? ¿Y qué hará Mary, nuestra protagonista, cuando pueda ser bruja durante una noche?
El Studio Ponoc también tiene muchas inspiraciones en su biblioteca, pero la que les ha llevado a realizar su primera película es La pequeña escoba de palo de Mary Stewart, una historia donde una joven llamada Mary podrá obtener fantásticos poderes durante una noche y conocer la increíble academia de magia de Endor. Este estudio está fundado por ex-trabajadores de Studio Ghibli, con Yoshiaki Nikimura (productor de El cuento de la Princesa Kaguya o El recuerdo de Marnie) al frente del estudio y Hiromasa Yonebayashi dirigiendo la cinta. Viniendo de un lugar donde la magia brota a borbotones hasta llegar disparada a nuestras pantallas, es de lógica que un mundo de luces y fantasía fuese su primera incursión en el mundo del cine de animación. ¿Conocerán los poderosos hechizos de Hayao Miyazaki?
Una historia sobre el crecimiento personal
La historia de Mary comienza cuando encuentra una pequeña flor que, al ser exprimida, le otorgará poderes mágicos. Gracias a este prodigio y a una escoba abandonada conocerá la Academia de Endor, donde se desarrolla casi la totalidad de la película. Durante su periplo, Mary aprenderá multitud de mensajes que le ayudarán a crecer como persona, sirviendo como trampolín a la siempre complicada madurez mental. La protagonista aprenderá que los actos tienen consecuencias, que no todo es lo que parece, que el poder corrompe y que el coraje siempre se encuentra cuando tienes personas a las que proteger.
Argumentalmente, Mary y la Flor de la Bruja es una película humilde para toda la familia. Una aventura sencilla pero que consigue cautivar. Los chicos de Ponoc toman una gran inspiración de las historias de Ghibli. Ya no sólo por haber trabajado ahí, sino porque utilizan su nombre para espolear su carrera. Es por esto que resulta sencillo confundir la procedencia del filme debido a su gran parecido con obras del popular estudio. De nuevo tenemos a una chica joven que, buscando su lugar en el mundo, encuentra un paisaje de fantasía y una enorme cantidad de aventuras (nunca solicitadas por el personaje principal). El querer proteger algo o a alguien les impulsa a encontrar un valor inusitado en un cuerpo tan pequeño y una mente tan inocente. Mary y la Flor de la Bruja no sorprende con grandes giros argumentales o un lore profundo, sino que se conforma con ofrecer una clásica historia de aventuras y autosuperación, un periplo del héroe en toda regla. Y lo hace estupendamente.
Viendo esta película me he encontrado triste, sonriente y emocionado a pesar de prever fácilmente el desarrollo de la trama. Por supuesto, esta carencia de sorpresas puede hacerte llegar al final de la película sintiendo que le ha faltado algo. Un poco de contenido narrativo, una exploración más profunda en algunos personajes o subtramas de la película o una aventura en localizaciones más diversas, en lugar de sobreexplotar Endor y sus pasillos.
Los personajes de la película tampoco sorprenden mucho, siendo prototipos de personajes que ya conocemos todos. La chica decidida y aventurera, el chico burlón pero buena persona, la entrañable abuelita y los adultos corruptos por el ansia de poder. Sin embargo, estos personajes siempre funcionan y generan empatía en el espectador, ayudando a la inmersión en la película. Los gatos Tib y Gib son muy carismáticos, estando doblados por humanos en lugar de recurrir a sonidos reales de mininos. Además sus expresiones son de las más trabajadas de todos los personajes. Con un leve movimiento de cabeza, una mirada o un ritmo distinto al andar saben expresar todas sus emociones. Lo mismo sucede con su escoba mágica.
No obstante, también peca de un ritmo argumental algo irregular, con un inicio lento y un poco monótono y un segundo acto acelerado. La primera parte nos ofrece una presentación de Mary y su nuevo pueblo, su familia y su situación actual. Poco después nos presentan la academia de Endor, donde poco o nada de lo que nos enseñen tendrá relevancia más tarde en la narración. Mientras que mantenemos una idea del tiempo diegético en esta primera parte, durante la segunda parte pasan los días a una velocidad de vértigo, siendo testigos de una temporalidad revuelta. Aunque los hechos de la historia se suceden de una manera clara, el mundo real de Mary se disuelve y emborrona, dando lugar a días de un minuto y noches de media hora, mientras que sus allegados poco o nada tienen que decir al respecto.
Una animación soberbia
Donde Mary y la Flor de la Bruja destaca, sin duda alguna, es en el terreno de la animación. La magia se abre camino durante toda la película con luces, sombras, burbujas, gelatinas y todo tipo de elementos bailando por la pantalla. Todo un espectáculo de colores que demuestran el poderío técnico de Studio Ponoc. De nuevo nos encontramos con una gran similitud a la forma de trabajar de Ghibli, con líquidos (lágrimas incluidas) de textura gelatinosa o la forma de llevar a cabo las luces y las centellas, yendo en todas direcciones como si de un espectáculo pirotécnico se tratase. Por su lado, los personajes ejecutan movimientos naturales con una gran personalidad. El lenguaje corporal es una constante durante la película y no sólo nos aporta pistas sobre el devenir de los acontecimientos, sino que aporta una gran profundidad y carisma a todos ellos.
Los escenarios también tienen un gran trabajo detrás, con unos fondos a los que no les importa destacar, ya que el trabajo que tienen detrás es digno de admirar. Mary paseará por su habitación con muchos enseres aún sin desempacar mientras que nosotros, como espectadores, nos perderemos en los elementos que ya ha sacado de las cajas para comenzar a adornar su nuevo hogar. De ellos podemos sacar muchos datos de Mary o de las personas que suelen habitar ese lugar. Asimismo, podremos disfrutar de un verde prado o de un lúgubre bosque como si de un libro para niños se tratase. La elección de colores no puede ser más acertada, siempre acorde a cada situación y mutante a lo largo de la película conforme los secretos salen a la luz.
Asimismo, el trabajo de diseño también es digno de mención. Criaturas mágicas imposibles, habitaciones llenas de misterios, nadar en agua que flota a 10 metros del suelo, máquinas de vapor llenas de tubos, engranajes y óxido… todos estos elementos se unen para dotar a Endor de un aroma místico e imposible.
La enorme imaginación detrás de los diseños mostrados en la introducción del filme son los que consiguieron elevar mis esperanzas a las nubes, esperanzas que no fueron del todo recompensadas, ya que el nivel de desarrollo va menguando conforme avanza la cinta, dejando de lado muchas ideas que podrían haber sido divertidas de explotar.
Takatsugu Muramatsu y el viaje a la épica
Dentro del terreno sonoro tenemos melodías con mucho piano para provocar ternura en el espectador, siempre explorando los tonos agudos para no abandonar ese tono mágico de toda la película. Para explotar ese aspecto también recurren a instrumentos algo más exóticos como el sitar, el clavicordio o la flauta travesera. Tenemos así un conjunto de realidad mágica perfecto para acompañar a Mary en sus aventuras, que aporta a cada situación justo lo que necesita. No es para menos, ya que detrás de la banda sonora se encuentra Takatsugu Muramatsu (El recuerdo de Marnie, Lu over the wall), un profesional conocedor del tono que requieren las aventuras épicas llenas de magia, dulzura y personajes entrañables.
La versión que vimos en cines era en versión original subtitulada, con un gran trabajo por parte de las seiyūs para transmitir todo el carisma que requieren unos personajes tan bien animados. La más destacable es, sin duda, su protagonista Mary, ya que sus enfados y sus inflexiones en la voz dejan entrever un gran cambio en su forma de pensar sobre la vida y sobre las consecuencias de sus actos.
No obstante, debo hacer mención especial a esa persona que dobló a la escoba y a quien doblase a los gatos. Un trabajo divertido, ameno y que aporta de una inusitada personalidad a objetos y animales, esos grandes olvidados. La versión en español mantendrá una calidad a la altura por lo visto en el tráiler, con lo que cualquiera de las opciones te permitirá disfrutar de la película.
Conclusión
Mary y la Flor de la Bruja es una película que, desde su humildad, consigue ofrecernos lo que promete: una fantástica aventura para toda la familia, tan abarrotada de elementos conocidos como para que sintamos que somos niños de nuevo, disfrutando de una bruja cuya magia nos vendría muy bien para más de una cosa. Un viaje a la madurez de la mano de un estudio nuevo que, lejos de querer cambiar la industria o diferenciarse de sus inspiraciones, abraza todo lo conocido y ofrece un producto con el que marcar su estilo sin correr muchos riesgos.
Con una animación soberbia y una música perfecta, el Studio Ponoc da el pistoletazo de salida a su carrera en la industria. Un comienzo con el pie derecho, seguro y firme. Si se trata del “Nuevo Ghibli” o no, no sólo es un debate estéril, sino que es imposible de predecir. Son el Studio Ponoc, y tienen algo que decir. Por mi parte, espero que la magia inunde todos y cada uno de vuestros días, aunque no podáis verla.
Lo mejor
- La animación, heredera directa de Ghibli
- El carisma del que consiguen dotar a animales u objetos
- La banda sonora es una delicia
Lo peor
- Demasiado cercano a sus inspiraciones
- Trama predecible
- Ritmo irregular
Mary y la flor de la bruja
Estudio: Studio Ponoc
Año: 2017
Tipo: Película animación
Duración: 103 min.
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