En la música japonesa hay vida mucho más allá de las bandas de idols y grupos de j-pop/rock que suelen aparecer por este blog. Afortunadamente de vez en cuando tenemos la oportunidad de disfrutar y poder hablar sobre otra clase de música y bandas menos comerciales, pero que sin duda alguna merecen la pena ser escuchadas y apreciadas. Un ejemplo claro es el grupo Osaka Monaurail, una banda que mezcla el mejor funk y soul de los años 60 y 70 y que lleva más de 20 años batiéndose el cobre en escenarios de medio mundo. Una enorme explosión de energía y talento que tuvimos el placer de disfrutar en el pasado festival Cultura Inquieta, que tuvo lugar en Getafe (Madrid).
La cita fue el pasado viernes 19 de julio en el campus de la Universidad Carlos III. El recinto a eso de las 22:30 hrs no estaba lleno a rebosar pero no impidió que reinara un gran buen ambiente y que hubiera suficiente público para dar color y calor a la noche. Justo a las 23 hrs saltaron al escenario Osaka Monaurail a excepción de su vocalista y teclista Ryo Nakata, el cual no estuvo presente en los primeros temas del espectáculo. A pesar de ello no les hizo falta ni un minuto para meterse al público en el bolsillo y arrancar las primeras muestras de admiración, ya que enseguida comenzaron a atacar con su música endiabladamente bailable y asombrosamente bien ejecutada. Si se cerraban los ojos y gracias a la música uno podía trasladarse a la mítica discoteca neoyorquina Studio 54.
Tras los primeros temas saltó al escenario Nakata, lider indiscutible del grupo, y en seguida me di cuenta de que el mítico James Brown puede estar tranquilo ya que tiene muy buenos aprendices y seguidores de su legado. El vocalista enseguida demostró un carisma y unas dotes de animador de fiestas tremendas, contoneándose constantemente como en éxtasis, sintiendo la música, sabiendo manejar al público y lo más importante: demostrando que estaba disfrutando subido al escenario. Poco después se sentó a los teclados dejando patente también su buen hacer con este instrumento.
El repertorio estuvo compuesto por algunos temas del último trabajo del grupo, State of the World, aunque tampoco faltaron en el repertorio cortes de sus anteriores discos . Por supuesto, la banda tampoco se olvidó de recordar a grandes figuras como James Brown, Isaac Hayes, Rufus Thomas o Ray Charles. Todos estos temas fueron ejecutados con enorme precisión, claridad y feeling.
Es también muy destacable, ya no solo lo bien conjuntados que suenan, sino también el toque de espectáculo que logran darle al concierto con pequeños bailes y pasos, o haciendo girar las trompetas como si de un juego malabar se tratara. Sea como fuere siempre lograban mantener la atención sobre ellos y desde luego ni la diversión ni el ritmo del concierto decaían. Todo el ritmo del concierto era creciente, toda una fiesta. No hubo momento para una pausa destinada a un tema más lento y tranquilo, el grupo derrochaba energía y necesitaba sacarla a la luz. Mientras tanto Nakata no paraba de bailar y arengar al público, aunque sabía perfectamente cuándo ceder el protagonismo a sus compañeros, todos ellos instrumentistas de enorme nivel.
Hacia la parte final el grupo tuvo una invitada, Mayka Edjo, cantante de la banda madrileña The Sweet Vandals, quien ya había colaborado previamente con el grupo y que demostró unas dotes, una voz y una garra muy destacables que encajaron a la perfección. Todo ello contribuyó a un estupendo fin de fiesta donde se podía intuir a un público bastante satisfecho.
Osaka Monaurail se formó en 1992 en Osaka, cuando los miembros del grupo era aún universitarios, de hecho el nombre del grupo proviene del tren que debían tomar para ir a clase. Actualmente tienen su sede en Tokio. La banda japonesa está formada por ocho integrantes: Ryo Nakata (voces y teclado), Kentaro Yamagata (trompeta), Yohchi Masago (trompeta), Shimon Mukai (saxofón), Dan Hayame (guitarra), Yuichi Ikeda (guitarra), Dai Nakamura (bajo) y Soki Kimura (batería). Esta no ha sido la primera visita que ha realizado el grupo nipón a nuestro país, y visto el éxito cosechado, no sería de extrañar que no fuera la última.
Otro punto muy a favor fue el sonido. Muy claro, limpio y muy bien ecualizado, lo cual suele ser bastante difícil en esta clase de festivales al aire libre ya que muchas veces la propia acústica en este tipo de shows hace que se disipe la música y suene todo difuso. Afortunadamente, este no fue el caso. Por otra parte el festival estaba bien situado en plena ciudad y a 20 minutos del centro, lo cual tampoco suele ser habitual, por lo que a nivel de transporte resultó bastante cómodo. Ya dentro de las instalaciones todo estaba bastante cuidado y ordenado, con barras, bebida, decoración, puestos de merchandising y aseos.
En resumen: un concierto que mereció absolutamente la pena. Sin duda, Osaka Monaurail puede presumir de hacer las cosas bien, de dar un espectáculo como debe ser, divertido, bien realizado y sobre todo, AUTÉNTICO, hecho por músicos de pura cepa.
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