Hay casos en los que algunos jóvenes quedan totalmente marginados, ya sea por estos factores o por su propia personalidad. A este tipo de personas les aterra ser señalados por sus compañeros, ser el centro de atención de manera negativa, pero principalmente les aterra que otros les tachen de marginados, por lo que a la hora de comer recurren al Benjo Meshi.
Si bien los mitos y cuentos de fantasmas abundan en los institutos japoneses, la progresiva aparición de carteles en las universidades que avisan de la prohibición de comer en los cubículos de aseo es más triste que espantosa.
Si se indaga en el motivo de la aparición de estos carteles uno llega a encontrarse con un fenómeno que va en aumento: algunos estudiantes se encuentran tan solos que se encierran en los aseos de la universidad para comer.
El cartel es, en todas las universidades, el mismo, tanto en el diseño como en el mensaje y la advertencia que contienen.
“Dentro de los cubículos de los retretes, están prohibidas las siguientes actividades”, puede leerse en el cartel, citando el fumar, el graffitti y comer.
Todos los institutos niegan rotundamente la colocación de esos carteles, lo que plantea la siguiente cuestión: ¿quién lo hizo y por qué? Algunos comentan que ese mensaje es absurdo, mientras que otros sospechan que pueda ser una broma estudiantil.
Pese al misterio del origen de la colocación de estos carteles, el que uno coma en el cubículo de los retretes es algo muy real, especialmente entre los estudiantes, según Daisuke Tsuji, profesor licenciado en Ciencias de la Comunicación, de la Universidad de Osaka.
A este hábito se le conoce como 便所飯 (benjo meshi), que literalmente significa retrete-comida.
“Los estudiantes que se esconden para comer en los cuartos de baño son personas que se sienten aisladas”, comenta el señor Tsuji. “Ver a otros estudiantes charlar felizmente con amigos aumentan su sensación de soledad.”
“Para estos estudiantes es mejor comer sentado en el inodoro que advertir a los demás de ser unos marginados al estar comiendo sin compañía alguna en el comedor de la universidad”.
El primer cartel fue encontrado a finales de junio en un cuarto de aseo masculino de la Universidad de Tokio.
Un estudiante de la Facultad de Derecho comentó que el cartel tenía la ilustración de un conejo y un baño de estilo occidental. Debajo aparecían las fotografías tachadas de una persona fumando, un graffitti y unos platos con comida.
En el aviso también se advertía que “una cámara de seguridad está vigilando”, y que los infractores pillados in fraganti serán castigados con no poder volver a utilizar los baños.
Al final del cartel puede apreciarse “Universidad de Tokio”, haciendo parecer que el cartel ha sido colocado por responsables de la universidad.
En la Universidad Meijo, ubicada en Nagoya, un estudiante de 21 años de edad vio el pasado año este mismo cartel.
“Cuando leí que había una cámara de seguridad instalada, miré inmediatamente hacia el techo para ver si era cierto”, comentó el muchacho.
En mayo, de nuevo pudo encontrarse el mismo cartel en un cuarto de aseo masculino de la Universidad Nacional de Yokohama.
El pasado otoño, estos carteles aparecieron también en la Universidad de Kansai y la Universidad Kwansei Gakuin, en las prefecturas de Osaka y Hyogo, respectivamente.
Por supuesto, en ninguna de estas universidades se ha instalado una cámara dentro de los aseos.
Un furioso representante de la Universidad Nacional de Yokohama comentó: “Es imposible. No existen normas que apliquen prohibición alguna dentro de los aseos.”
Del mismo modo, un perplejo representante de la Universidad de Tokio se preguntó si podría tratarse de una broma estudiantil.
El que se haya usado el mismo formato de cartel podría deberse a internet. Quizá en alguna página en la que se hablase sobre el benjo meshi o en algún imageboard. De este modo, la imagen habría sido rápidamente difundida, retocada e impresa.
El señor Tsuji escuchó a los estudiantes hablar por primera vez del benjo meshi hace unos dos años.
Tras hablar sobre ello con sus alumnos, algunos llegaron a confesarle que ellos mismos o alguien que conocían lo habían hecho.
Tsuji atribuye este hecho a la presión de los compañeros. “Parecen tener miedo de ser etiquetados como unos marginados”, comentó.
También explica que algunos jóvenes, sensibles a cómo otros les ven, se sienten muy presionados si no tienen amigos.
“Me preocupa que con la práctica del benjo meshi estas personas puedan acabar renegando de sus estudios o se aíslen de la sociedad.”
Fuente: Asahi
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