Despertar sin ningún recuerdo, en una tierra totalmente desconocida para nosotros, pero poblada por peligrosos monstruos es posible en The Legend of Zelda: Breath of the Wild. A lo lejos podemos ver en el horizonte un vasto mundo que nos quita el aliento. No sabemos qué hacemos en estas tierras, pero vaya que si dan ganas de recorrerlas, ¿podremos sobrevivir a lo salvaje?
En ocasiones, las franquicias que conocemos obtienen una entrega que lo cambia todo, un antes y un después en los elementos básicos que conformaban esos juegos. The Legend of Zelda: Breath of the Wild nace con esa firme intención. Por las razones que sean, Nintendo ha decidido darle un soplo de aire fresco con un juego distinto a las entregas 3D que conocíamos de Zelda, pero a su vez fiel a los inicios de la misma.
Argumento
El juego comienza con nuestro protagonista, Link, despertando en un estanque al reaccionar ante una voz que le llama por su nombre. Para apoyar la inclusión del doblaje en esta entrega, se ha optado porque el jugador no pueda cambiar el nombre del protagonista como en anteriores juegos de la franquicia. Una carencia que no se nota en absoluto y con la que ganamos más que perdemos a lo largo de la aventura.
Más tarde, se nos pone en situación rápidamente y se nos da una misión principal. Lo que sigue a partir de ahí es curioso. Al ser un juego de mundo abierto, se ha optado por una narrativa fraccionada, en la que vamos desbloqueando fragmentos de la historia conforme estamos en distintos sitios del mundo. Estos fragmentos se nos dan desordenados, pero es cuando hemos visitado casi todo el mundo cuando todos los recuerdos se desbloquean y se nos permite tener un mayor entendimiento de lo que sucede.
Este método nos incita a visitar todos los lugares del amplio Hyrule y nos da una historia donde los personajes implicados son más humanos que nunca. Si bien peca de no guardar momentos tan memorables como otros Zelda, sin duda nos proporciona una experiencia inolvidable.
Jugabilidad/Controles
Breath of the Wild es un juego de mundo abierto que parte de una premisa muy clara: ve donde quieras. Tras superar la zona inicial, tenemos a nuestra disposición un enorme (de verdad, enorme) mundo abierto, lleno de zonas con enemigos, misiones, personas con las que hablar y peligros por doquier. Esta sensación más que abrumar anima desde el primer momento, pensando en la cantidad de diversión que aún te queda por delante. Cada pocos pasos encuentras algún elemento que llama tu atención y optas por dirigirte hacia él sólo “para ver qué es”. Con esto, es muy complicado completar las misiones, y mucho más la principal, ya que el mundo es tan atractivo que no para de distraerte con jugosas tentaciones.
Para defendernos de los distintos monstruos, deberemos hacernos con las armas que vayamos encontrando. Estas armas se rompen con el uso bastante a menudo, con lo que gestionar las armas, arcos y escudos se convierte en el conocimiento básico del aventurero. En lo que se refiere al combate, nos encontramos con uno de los combates más profundos de la saga, en el que deberemos planificar bien nuestros movimientos para acabar con el enemigo. Si bien podemos atacarlo por la espalda o lanzar una flecha a un barril explosivo cercano, también podemos optar por atacar a los enemigos de frente. El esquive, el uso del escudo y las distintas armas que podemos usar le dan mucha profundidad al combate y un componente estratégico muy grande. Si esquivamos en el momento oportuno, dispondremos de unos instantes a cámara lenta en los que podremos asestar una gran cantidad de golpes al adversario. Lo mismo si repelemos el ataque en el momento justo con el escudo.
Disponemos a lo largo de la aventura de dos medidores: vitalidad y vigor. Mientras que el primero disminuye con los golpes recibidos, el segundo tiene la función de indicar la resistencia de Link ante diversas acciones. Correr, escalar, nadar o usar la cámara lenta reduce nuestro medidor, que cuando llega a cero hace que Link se agote y se mueva más lento. En el caso de escalar o nadar, hará que Link se suelte o se ahogue, con lo que es muy importante no perderlo de vista.
Para ayudarnos en nuestra aventura, tenemos un mapa en el que podemos ir marcando los distintos elementos que encontramos. Además, cuenta con la opción de marcar visualmente puntos que veamos interesantes, para que se marquen sólos en el mapa. Un accesorio muy útil que nos permite ir rellenando el mapa con puntos de interés. También encontraremos a las diversas personas que pueblan Hyrule y que no dudarán en asignarnos misiones si necesitan ayuda. Estas misiones se gestionan desde un menú bastante muy bien estructurado y suelen facilitarnos resúmenes de las mismas para poder retomarlas en cualquier momento.
Es obvio que, en la práctica, eso de uno ir donde quiera tiene trampa, ya que nos enfrentamos a una limitación muy presente: el clima. El poder acceder o no a una zona no depende tanto del nivel de los enemigos sino de ir equipados adecuadamente para esa zona en concreto. Esto profiere al mundo de Zelda de un realismo estupendo, en el que deberemos ingeniárnoslas constantemente para llegar a los sitios. Esto lo podemos hacer adquiriendo el equipo adecuado o preparándonos alguna comida que nos ayude.
A lo largo de nuestra aventura iremos encontrando diversos ingredientes con los que preparar platos con muchas funciones. Desde fruta o plantas hasta pescado o carne, todo debemos conseguirlo de la forma “salvaje”, es decir, yendo a cazar o a buscar los ingredientes personalmente. Dependiendo de los elementos que usemos en los platos, podremos obtener varios efectos al comerlos, como más defensa, ataque o recuperar vida. De hecho, los corazones clásicos de la saga ya no aparecen por el campo porque sí, sino que deberemos recuperarlos siempre con comida.
De la misma manera, la forma de aumentar nuestro nivel de vitalidad y vigor es encontrando Santuarios, que se convierte en la misión más amplia del juego. A lo largo y ancho del mapa encontraremos una gran cantidad de estos Santuarios, que además funcionan como punto de teletransporte. Una vez dentro de ellos, deberemos completar pruebas de ingenio o fuerza para obtener un orbe de Valor. Con cuatro de ellos, podemos aumentar nuestro vigor o vitalidad. De alguna manera sustituyen a los clásicos templos de la saga, diseminando en pequeñas pruebas los puzzles que Link suele completar.
Por último tenemos la alforja, que es un espacio limitado donde guardaremos armas, escudos, arcos, flechas… Al ser limitado, la gestión del mismo es algo que se debe tener presente a lo largo de toda la aventura. Es ampliable a partir de los kologs, una gran cantidad de pequeños seres ocultos a lo largo de todo el mapa.
Como se puede deducir, todo elemento presente en el juego te incita a visitar todo el mapeado, con lo que el jugador va encadenando misión a misión y santuario a santuario para acabar disfrutando durante horas de una experiencia “salvajemente” divertida.
Aspecto gráfico
Llevar a unas consolas como Switch y Wii U un título de estas características no es tarea fácil. Sin embargo, desde Nintendo han sabido hacerlo con maestría y elegancia. Tenemos un juego con uno de los diseños más bonitos hasta la fecha. Todo Hyrule rezuma vida. El cielo, los diversos ecosistemas, el diseño de los monstruos… Todo está cuidado hasta el detalle para aportar frescura y vitalidad al título. Sin embargo, el diseño de los monstruos finales no está a la altura de la saga, pero es por los distintos elementos que encontramos a lo largo de la aventura por los que Breath of the Wild será recordado.
A lo largo de la partida se presencian algunos tirones de frames, que ralentizan el juego, así como diversos dientes de sierra no del todo pulidos. Son fallos menores y aislados que no entorpecen el juego ni ensucian su acabado.
Aspecto sonoro
Breath of the Wild deja de lado las icónicas composiciones que suelen acompañar a los juegos de Zelda para ambientar con pequeñas melodías de piano nuestras aventuras por Hyrule. Es una música discreta cuyo propósito es que disfrutemos de los muchos sonidos de la naturaleza presentes en el mapeado. Dependiendo de nuestra zona y de los elementos a nuestro alrededor, podremos escuchar a los animales, insectos y monstruos murmurar.
Las composiciones que sí que se dejan oír tienen el sello de calidad de la saga y aportan una epicidad increíble a las distintas situaciones, poniéndonos la piel de gallina conforme nos acercamos al final. El doblaje al español, por su parte, está presente en pocas escenas, lo cual es una pena porque es magnífico. Todos los personajes tienen mucha carisma y es fácil cogerles cariño rápidamente con un doblaje tan trabajado. Además, con el último parche, podemos ponerle la voz del país que queramos.
Opinión personal
En definitiva, Breath of the Wild es un título que quiere romper con unos cuantas convenciones de la saga a sus espaldas. Te gusten o no estas rupturas, está claro que se trata de uno de los títulos de Zelda más especiales de los últimos años y un gran candidato a juego del año.
Un título muy cuidado en todos sus elementos que consigue mantenernos pegados al mando durante horas y horas en busca de respuestas y aventuras. Ver un sitio curioso e ir a ver qué hay, ir en busca de leyendas y rumores, sacar la foto perfecta o enfrentarte a ese enemigo imposible en lo alto de una montaña nevada… Todas son experiencias que no olvidarás nunca. Es un título tremendamente único.
Lo mejor
- La evolución del combate
- El diseño de Hyrule es precioso
- La sensación de vivir una auténtica aventura
Lo Peor
- Pocas melodías icónicas
- Algunos fallos gráficos menores
- Jefes poco memorables
The Legend of Zelda: Breath of the Wild
Plataforma/s: Nintendo Switch, Wii U
Desarrollo: Nintendo
Jugadores: 1
Audio/Textos: Español/Español
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