“La pobre es muy mala, pero al final se hace querer” dijo en una cena con su editor jefe tras tomarse unas cuantas Kirin de más. Entre sollozos reconoció que le aparcaron un Toyota lleno de billetes en la puerta de su casa “Y uno no es de piedra”, reconoció.
Dragon Ball Evolution tuvo un discreto éxito tanto en la taquilla japonesa como en el resto del mundo, donde no logró una gran recaudación, dando lugar a multitud de críticas poco amables por parte de los fans.
“Debería haber ido al rodaje algún día, pero me pillaba lejos de casa” siguió Toriyama en una clara muestra de culpabilidad. “Lo que peor me sabe fue lo de Piccolo y la mantita, sabe dios lo que le podrían haber hecho en la segunda parte” terminó antes de caer inconsciente sobre la mesa del bar.
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