Basándose en su propio cómic manga, el famoso dibujante Otomo dirige esta película distópica que revolucionó el mundo del anime en los años 80 y 90, siendo la primera película de animación japonesa para adultos que llegó a Europa y convirtiéndose muy pronto en uno de los más emblemáticos títulos del cyberpunk así como en una obra de culto de la animación.
La película elevó su coste a los 7 millones de dólares, siendo necesario recurrir a varias compañías que formaron el denominado Comité Akira para llevarla a cabo. Akira supuso un antes y un después en la concepción del anime para adultos como formato que puede permitirse contar una historia compleja e interesante sin dejar de lado su atractivo visual. Akira consigue aunar estos dos aspectos fundamentales, repleta de secuencias de acción y violencia con un estilo visual de lo más impactante y visceral para el que se necesitó usar hasta 734 colores pintados a mano plano a plano.
Año 2019. Neo-Tokio es una ciudad construida sobre la antigua capital japonesa destruida tras la Tercera Guerra Mundial, ocurrida hace más de treinta años.Japón es un país al borde del colapso enfrentado en continuas crisis políticas. En un estado policial, políticos corruptos, sectas religiosas, revolucionarios y un proyecto científico secreto se mezclan en la atmósfera explosiva de Neo-Tokio. En secreto, un equipo de científicos ha reactivado por orden del ejército un experimento para encontrar a sujetos que puedan controlar el arma definitiva: una fuerza denominada la energía absoluta. Pero los habitantes de Neo-Tokyo tienen otras cosas de las que preocuparse. Uno de ellos es Kaneda, un joven pandillero líder de una banda de motoristas dedicada a una guerra permanente con el resto de bandas.
Durante una pelea, su mejor amigo, Tetsuo, sufre un extraño accidente y termina ingresado en unas instalaciones militares donde se realizan experimentos con las mente de los humanos, para desarrollar poderes paranormales. Tetsuo, utilizado como cobaya en estos experimentos, cambia física y mentalmente. Es entonces cuando desarrolla una conexión especial con Akia, otro de los experimentos del gobierno, un chico con extraños poderes psíquicos que ha sido mantenido bajo custodia criogénica durante más de treinta años.
Esta película es obra de Bong Joon-Ho (The Host, Snowpiercer), quién recibió la Concha de Plata al Mejor Director en el Festival de San Sebastián en 2003.
Basada en hechos reales, Joon-ho aborda en esta cinta el tema del horror desde una óptica humana, realista, desmitificando la violencia y el crimen, lejos de convencionalismos e inverosímiles enfrentamientos intelectuales. Cuida al detalle los elementos básicos del género y los conjuga con el inconfundible estilo oriental, dando a luz uno de los thrillers surcoreanos más intensos y mejor construidos de los últimos años.
En 1986, en la provincia de Gyunggi, en Corea del Sur, aparece el cuerpo de una joven brutalmente violada y asesinada. Dos meses después se repite una serie de crímenes en las mismas circunstancias, algo capaz de conmocionar a un país que no ha conocido nunca antes semejantes atrocidades.
La última cinta se trata del último filme de Hayao Miyazaki en Studio Ghibli, en la que recrea hechos históricos que marcaron a los jóvenes japoneses de la década de 1930, como el terremoto de Kanto de 1923, la Gran Depresión, el desempleo, la pobreza, la epidemia de tuberculosis, el fascismo, la supresión de la libertad de prensa y las continuas guerras.
La cinta combina a Jiro Horikoshi y al escritor Tatsuo Hori, dos personas reales de la misma época, en una sola persona: Jiro, el protagonista central. El título de la película está tomado de la novela del mismo título de Tatsuo Hori, a su vez extraída de un poema de Paul Valéry: «Le vent se lève, il faut tantrer de vivre» (El viento se levanta, debemos tratar de vivir).
En la Era Taisho japonesa (1912-1926), un chico de campo decide convertirse en diseñador de aviones: sueña con la construcción de un avión que vuele como el viento. El japonés Hayao Miyazaki dirige esta cinta de animación que narra la historia de Jiro Horikoshi -el hombre que diseñó muchos de los cazas de combate japoneses de la II Guerra Mundial- y cómo su trabajo y su espíritu sensible y apasionado chocaron frontalmente.
Fuente: Canal Plus, 2, 3
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