Como bien es sabido, Osamu Tezuka es el nombre más importante dentro de la historia del manga actual. Con él, comenzó una etapa, un nuevo tipo de historieta cómica, un estilo, un arte. Por ello, es que el “Padre del Manga” cuenta en su carrera con un amplio abanico de obras de gran calidad. Esta reseña se centra en uno de sus trabajos más célebres, Fénix (Hi no Tori), una historia que mezcla mitología, hechos históricos, drama, ficción y mucho más y que es recopilada por Planeta DeAgostini en una impresionante edición de lujo en 12 tomos.
En la década de los 60, Tezuka había fundado su propia empresa: Mushi Pro Shôji. Esta empresa fue la encargada de publicar el primer número de la revista de manga COM, el mes de diciembre de 1966 con el primer capítulo de Fénix. Tal y como había aclarado el autor, el objetivo de la revista COM era “demostrar lo que debe ser un manga argumental como es debido” y no se puede negar que Fénix no haya cumplido esta característica.
No obstante, la revista COM se vino abajo y, desde entonces, Fénix tuvo que batir sus alas de fuego hacia otras revistas para seguir deleitando a los lectores. Así, llegó a publicarse en la revista Manga Shônen de la editorial Asahi Sonorama y, posteriormente, se publicó en la revista Yasei Jidai (Era Salvaje) de Kadokawa Shoten hacia 1986. En 1989, fallece Osamu Tezuka por lo que la historia del pájaro inmortal había quedado inconclusa.
Fénix, el ave inmortal que renace de sus propias cenizas
Son varias las leyendas, como ocurre con todo personaje mitológico, las que se conocen de este pájaro. Para hablar de una definición sobre Fénix más acertada, he tomado la descripción del Diccionario de Mitología Griega y Romana de Pierre Grimal. Según esta definición, el ave Fénix es un ser con aspecto de águila y plumajes de colores, originario de Etiopía. Su periodo de vida se fija entre los 500 y los 12.954 años, depende de la tradición. La fama de esta figura mitológica reside en su conocida inmortalidad. Una vez está llegando el final de su vida, el ave prepara un pira con plantas aromáticas, incienso y cardamomo, le prende fuego y se arroja para renacer nuevamente de las cenizas. Otra tradición vincula al pájaro con Egipto, lugar donde tuvo relevancia en la historia pues su leyenda estaba relacionado con el culto al Sol.
El Fénix de Tezuka no dista mucho del concepto original antes descrito. Es un ave con el poder de la inmortalidad que, cada cierto tiempo, abrasa su cuerpo en las llamas para renacer nuevamente de sus cenizas. También, presenta a este pájaro como un ser muy bonito con vistoso plumaje que, más que al águila, se parece a un pavo real. Si en Egipto el Fénix estaba relacionado con el culto al dios Sol, en Tezuka presenta algo similar ya que presenta a este ser mitológico como una fuerza poderosa que vela por el bien de la humanidad e interactúa con ella para guiarla por el buen camino. De hecho, el propio Fénix se describe a sí mismo con una breve oración: “soy la vida misma, y la vida es eterna, como el mismísimo astro rey.”
Lo que no se puede negar, es que la figura mitológica del Fénix es de un indudable atractivo a la hora de crear historias con toques de fantasía. Mismamente, este ser mitológico aparece en otros clásicos del manga y anime. Es el caso de la divinidad Suzaku de Fushigi Yugi, el Pokémon Ho-Oh o el Santo de Bronce del Fénix, Ikki, de Los Caballeros del Zodiaco. También, se hace referencia en la película Fairy Tail y la Sacerdotisa de Fénix e incluso en la serie Inazuma Eleven hay una técnica que recibe el nombre de Fénix por su apariencia. Estas son algunas, pero probablemente el pájaro inmortal tenga presencia en una lista de obras mucho mayor.
Año 1954: su primer Fénix
En un artículo escrito por el propio Tezuka que incluye el segundo tomo de esta edición, se especifica las influencias que tuvo el autor a la hora de dar vida a su primer Fénix, el que surgió en el año 1954. Comenta su paso por el ballet El pájaro de fuego de Stravinski y su asombro ante la mujer que llevaba el papel principal que danzaba por el escenario con la elegancia del espíritu de este ave. Según la leyenda rusa, el pájaro de fuego, Zhar-Ptitsa, ayudó a escapar a un príncipe de las garras de un brujo. También, recuerda la leyenda china, donde el pájaro recibe el nombre de Fenghuang y mora en el monte Penglai, las montañas del paraíso, tierra de los inmortales.
Esta primera versión se comenzó a publicar en la revista Manga Shônen en julio de 1954. El argumento tenía como protagonistas a los dioses de la creación según la mitología japonesa, Izanagi y Izanami, que bebían la sangre del Fénix por accidente obteniendo la inmortalidad. No obstante, esta historia tuvo que interrumpirse porque Manga Shônen dejó de publicarse. Posteriormente, intentó continuarla en la revista Shôjo Club, donde había publicado La Princesa Caballero (Ribbon no Kishi), pero para ello tenía que cambiar el enfoque de la obra. La nueva historia comenzaba en el antiguo Egipto, sucediendo los hechos en Occidente, a diferencia de la primera versión.
Como solía entregar tarde los capítulos de Fénix de Shôjo Club, aunque la serie funcionó bien en un principio, tuvo que ser cancelada. No obstante, como él mismo especifica, esta obra tuvo repercusión en otros mangakas de estilo shôjo, sobre todo. Y, además, también le sirvió a él para seguir contando historias ambientadas en Occidente. De todas formas, Tezuka quería seguir con la historia de Fénix y aprovechó la ya mencionada inauguración de la revista COM para dar un nuevo comienzo a esta obra, la versión que analizamos en esta reseña.
Osamu Tezuka, 20 de noviembre de 1968.
El poder de no morir o la felicidad de vivir
Esta tercera y definitiva versión nos relata una serie de historias que aparentemente suceden de manera individual. Es decir, cada tomo tiene sus propios protagonistas con su propia historia. Lo único que los une es el Fénix que al ser un ave inmortal, está presente en todas las Eras de la Humanidad. De hecho, el primer tomo, Los Albores de la Historia, se sucede en los comienzos de la historia japonesa, donde una avariciosa reina llamada Himiko, obsesionada por mantener la vida y la juventud quiere dar caza al Fénix para obtener su sangre y así conseguir la inmortalidad.
Por el contrario, la historia que nos muestra en el segundo tomo, El Futuro, ocurre en el 3404 d. C y el ser humano se encuentra al borde de la extinción, por lo que la ambientación cambia de manera radical. La Humanidad es gobernada por máquinas. Masato es el único que desobedece y se escapa con la moopie Tamami, de la cual está enamorado.
Como ya dije, el Fénix es lo único que, en principio, se pasea por todas estas historias. Pero en realidad, éstas tienen otra cosa en común. En ellas se plantea la cuestión de la vida y la muerte, aunque de manera diferente. Tezuka nos muestra la desesperación del Hombre por conseguir la vida eterna y, también, la desesperación de conseguirla.
En Fénix de Osamu Tezuka hay tragedia, comedia, romance, historia, fantasía y ciencia-ficción. Para Los Albores de la Historia, primera parte de la serie, el autor tomó su base sobre los inicios de Japón de dos famosos libros: Nihon Shoki y Kojiki. Tezuka no sigue a rajatabla estas fuentes, sino que interpreta a su manera la historia, toma a ciertos personajes de estos textos mitológicos y les da un sentido propio. A parte de esto, también son apreciables los conocimientos del autor en medicina y ciencias naturales.
Por otro lado, también se puede ver algún detalle que hace referencia a la religión judeo-cristiana. Y lo mejor de todo quizás sea las referencias a otras obras de su propia cosecha, a algún que otro mangaka de sus tiempos y a películas japonesas de la década de los 60.
Esta serie es un conjunto de sentimientos varios, alegría, desesperación, esperanza, tristeza… que transmite al lector desde la primera página hasta la última de cada tomo con su característico dibujo. Es cierto, que cuando se tratan temas existencialistas en una historia, inmediatamente acaparan mi atención porque soy muy dada a leer este tipo de cosas. De todas formas, de manera objetiva, Fénix es una serie más que buena que puede gustar a cualquier tipo de público siempre y cuando tenga una edad para comprenderla. Digo esto, porque buscando información para la reseña, he visto otras opiniones que coinciden en que esta obra era bastante violenta para estar destinada al público infantil. Pero eso no es así, puesto que, sin dejarse engañar por el dibujo, en ningún otro momento la obra da la impresión de estar destinada a este público, sino más bien lo contrario.
Tan fantástico como la vida misma
En Los Albores de la Historia, los personajes nos enseñan que de nada sirve obsesionarse con la vida eterna. La mayoría luchan por sobrevivir, algo inherente en el ser humano, pero no todos desean que su supervivencia sea eterna físicamente hablando. Muchos de estos personajes ponen todos sus esfuerzos en continuar su linaje y/o ser recordado a lo largo de la historia. Que esto no deja de ser al fin y al cabo, otra forma de intentar superar a la muerte.
Por otra parte, en El Futuro, los personajes han alcanzado su máximo potencial intelectual, pero aún así están mucho menos espabilados ya que sólo se comportan en función de lo que digan unos ordenadores que ellos mismos crearon. Apenas reflexionan en vivir esa vida que les ha tocado, se comportan como autómatas que sólo reciben órdenes. La excepción reside en los dos personajes principales, Masato y el profesor Saruta, que luchan por cumplir sus objetivos.
En general, la lección común que nos muestran estos personajes es que, en muchos casos, la tozudez del ser humano sólo le lleva a destruirse a sí mismo. Y esto, tan real como la vida misma, desde la antigüedad hacia el futuro es lo que podemos ver en los dos primeros tomos de Fénix.
Un dibujo capaz de confundir
El dibujo de Osamu Tezuka en Fénix mantiene esa forma suya tan característica de la década de los 60. Personajes muy caricaturescos con brillantes ojos grandes y claras referencias a Disney. No será hasta ya entrada la década de los 70, cuando su dibujo adquiere un tono más realista como el que muestra en otras obras destinadas al público adulto como MW, Adolf o El libro de los Insectos Humanos. Aún así, creo que tiene mucho mérito su capacidad para transmitir en Fénix tanta crueldad en escenas bastante violentas con un dibujo tan dulce y tierno. Si bien es cierto que esto puede confundir al lector según abre el primer libro, dando impresión que el dibujo esté dirigido hacia el público infantil, poco a poco se dará cuenta que la obra es más seria de lo que podría parecer en principio.
Los fondos no gozan especialmente de detalles, aunque hay excepciones. En algunas viñetas se presentan paisajes naturales que a veces están algo más detallados que el resto. A su vez, los efectos meteorológicos como las tormentas, la erupción de un volcán o el derrumbamiento con lo que parece a veces unas simples líneas, logra provocar igualmente sensaciones en lector tal y como si estuviera allí presente; casi podemos oír el sonido de los truenos, de la lluvia o al volcán estallar.
La versión animada
Existen dos películas basadas en Fénix de Osamu Tezuka: Hi No Tori 2772 – Ai no cosmozone y Fénix: Ho-o. La primera de ellas vio la luz en 1980, catorce años después del debut del primer tomo. La dirección corrió a cargo de Suguru Sugiyama con el guión de Osamu Tezuka y Taku Sugiyama. Esta en concreto, se desarrolla partiendo del segundo tomo, El Futuro. El film también vio la luz en España por Divisa Red en el año 2007 con el título Hi No Tori 2772: El niño del espacio.
Aunque es cierto que esta primera adaptación toma como base uno de los tomos de Fénix de Tezuka, no se parece en casi nada. Es decir, coge a los mismos protagonistas principales y la ambientación futurista, pero por lo demás es bastante diferente. El dibujo incluso también se ve diferente en esta versión, ya que aunque conserva el estilo con influencia Disney, los protagonistas quizás tengan aquí un tratamiento más realista y maduro. Aunque también es cierto, que se incorporan personajes nuevos muy caricaturescos que claramente se dirigen al público infantil.
Por su parte, Fénix: Ho-o (Karma) es un capítulo de 60 minutos, producido por el estudio Project Team Argos y Madhouse hacia 1986, bajo la dirección de Rintaro (Capitán Harlock, Metrópolis). Esta versión adapta el quinto tomo de la serie y gira en torno a la figura de un criminal que va cambiando poco a poco. Recientemente, ha sido editada por la NHK japonesa en DVD con gran calidad de imagen y sonido. Además, la orquesta filarmónica de la cadena pública japonesa se encarga de la banda sonora. Fénix: Karma ha sido doblado al inglés, pero no ha llegado a España. No obstante, quien tenga curiosidad puede visualizar una preview de 8 minutos aquí.
El hombre que alcanzó la inmortalidad
Osamu Tezuka nació el 3 de noviembre de 1928 en Toyonoka, Osaka. Se le conoce como el “Padre del Manga” puesto que fue uno de los primeros en crear este tipo de historietas japonesas tal y como las conocemos hoy en día. Su característicos dibujos que muestran gran influencia de Disney, su aportación al desarrollo del tomo tankoubon y la semilla que plantó en el género shôjo con La Princesa Caballero hacen que, a día de hoy, sea recordado por siempre como uno de los mejores mangakas de la historia.
De su amplia obra, con más de 150.000 páginas dibujadas, son varias de sus series más espectaculares las que han llegado a este país. Por ejemplo, Planeta DeAgostini se encarga de publicar algunas de sus obras más maduras como Fénix, MW, Adolf y Buda. Por su parte, Glénat, actualmente EDT, cuenta en su catálogo con algunas de las mejores series del autor como Astroboy, La Princesa Caballero, Black Jack o La Nueva Isla del Tesoro, entre otras. Recientemente, la editorial Astiberri también ha editado una de sus obras más realistas, El libro de los Insectos Humanos.
Edición
La Colección Trazado de Planeta DeAgostini trae una excelente edición de lujo en formato B5 y encuadernación cartoné con un total de 12 tomos por un precio de 25,00€ cada uno. La editorial ha estado muy acertada con esta edición ya que el mismo Tezuka afirmaba que Fénix debía ser leído en formato grande. Esta edición incluye las páginas a color y portadillas que se presentaban con la publicación de la serie en revista, pero que se perdían al ser recopiladas en volúmenes en blanco y negro. También se incluye un artículo al final de cada tomo ya bien sea de Tezuka Productions o del propio autor (al menos en los dos primeros tomos de la serie). La traducción corre a cargo de Marc Bernabé.
Respecto a la reedición de la versión original, ésta también es en formato grande con tapa dura y un total de 12 tomos recopilatorios. No obstante, el diseño de portada no es similar. La imagen que se incluye en la portada de la versión original pasa a la contraportada de la edición de Planeta DeAgostini. La edición española, con un toque mucho más elegante, presenta al Fénix en todas sus portadas en diferente posición en cada una de ellas.
Sin duda una edición sobresaliente, para una obra de sobresaliente. La edición anterior, publicada en España por la misma editorial, era de formato más pequeño (algo que no le debía hacer justicia), sin páginas a color, con sentido de lectura occidental y portadas muy diferentes. No obstante, no llegó a completarse, publicándose sólo las 6 primeras partes de la serie en 15 volúmenes.
Quizá el primer problema y único que presenta esta nueva edición es su precio. Obvio que teniendo el formato que tiene y de tapa dura (similar al de Bastard!!) no es algo que se pueda vender a precio de tankoubon. Pero quizás unos 20,00€ se hubiera ajustado más a nuestros bolsillos, ya que 5,00€ arriba o abajo se notan.
Planeta DeAgostini aseguró que saldrán 3 o 4 tomos por año de Fénix, teniendo así una periodicidad trimestral aproximadamente. No obstante, el tomo #3 ha salido recientemente en el pasado mes de septiembre y ya se espera el tomo #4 para el 22 de octubre, según la web oficial de la editorial. Es decir, una serie prácticamente imposible de llevar al día tal y como están las cosas.
Conclusión
No por nada Fénix es una de las obras más reconocidas del autor. Sin lugar a dudas nos encontramos ante una verdadera obra arte en el mundo del cómic, que ahonda en lo más profundo del ser humano y en las cuestiones más importantes desde el comienzo de la Humanidad: la vida y la muerte.
Osamu Tezuka nos invita a reflexionar sobre estos temas con un dibujo muy caricaturesco, capaz de dejar a uno más compungido todavía ante la crueldad de un sinfín de hechos que el ser humano protagoniza. Aunque no he leído lo suficiente de Osamu Tezuka como para decir que es su mejor obra, lo único que puedo asegurar es que es uno de los mejores mangas que han pasado por mis manos.
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Lo mejor
- La variedad de sentimientos que llega a transmitir con un dibujo tan caricaturesco.
- La edición, con las páginas a color y portadillas recuperadas, formato grande y tapa dura.
Lo peor
- El precio. La edición lo merece, más o menos, como ya especifiqué. No obstante, para un consumidor de manga habitual y sin trabajo es imposible llavarla al día. Esto tira para atrás a muchos consumidores.
Nota: Esta reseña ha sido realizada con los dos primeros tomos de los tres que se encuentran en el mercado hasta la fecha.
Ficha técnica
Título: Fénix
Colección: Trazado
Título original: Hi no Tori
Guión: Osamu Tezuka
Dibujo: Osamu Tezuka
Editorial japonesa: Tezuka Productions
Editorial española: Planeta DeAgostini
Formato: B5, cartoné
Precio: 25,00€
Nº de tomos en japonés: 12
Nº de tomos en castellano: 3 hasta la fecha de la reseña.
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