Nos deja uno de los más grandes de la animación japonesa, del cual hemos podido disfrutar con obras de la talla de Paprika y Perfect Blue, además de su inmersión en el anime con Paranoia Agent. Satoshi Kon creaba universos complicados y entretejidos, pero era lo que a todos gustaba… unas historias elaborada con mimo y tesón que mezclaban historias normales y corrientes que acababan por adentrarse en esos mundos que sólo él ha sabido mostrarnos.
Una trágica muerte de la que aún no se conocen las causas. Un lamentable suceso que nos deja con una de sus obras –Yume Miru Kikai– a medio terminar. Descanse en paz maestro, te echamos de menos.
Fuente: Otakon, Yasuhiro Takeda
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