A través de esta magnífica colección se puede observar la obra del autor, grabados del ukiyo-e, estampas de viajes y paisajes (en especial Monte Fuji), la vida y cultura urbana de Edo, la vida religiosa y el mundo de los samuráis. Los artistas de este género ukiyo-e, de enorme éxito entre las clases populares del periodo Edo, difundían sus diseños a través de la técnica de grabado en madera (xilografía), con la que se producían estampas multicolores (nishiki-e).
Con este evento se quiere brindar un justo homenaje a D. Federico Torralba que tanto hizo por el estudio y difusión del arte nipón. La colección de piezas que forman esta exposición son fruto del legado de este catedrático emérito de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza.
Ando Hiroshige nació en Edo el seno de una familia de samuráis de bajo rango, su vocación por la pintura le llevó a ponerse bajo la tutela del maestro Utagawa Toyohiro (1773-1828), miembro de la escuela Utagawa, la más afamada del panorama del ukiyo-e de su época. Aunque trabajó en distintas temáticas, pronto se especializó en las vistas de paisajes urbanos y naturales.
Sus obras más valoradas, que destacan por sus ingeniosas composiciones, estuvieron reunidas en grandes series, como las tituladas Cincuenta y tres vistas del Tōkaidō (1833-1834 y 1855), Cien Vistas de Edo (1856-1858) y Treinta y seis vistas del Monte Fuji (1858-59). Su talento fue reconocido tanto dentro como fuera de Japón y con justicia Hiroshige es considerado como uno de los más geniales artistas del arte nipón.
Fuente: Eikyô
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