Sumire es una mujer guapa, con una carrera brillante y un excelente puesto dentro de su empresa. Tanto es así que su novio la deja por otra mujer mucho menos brillante al sentirse en inferioridad de condiciones respecto a ella.
El ganar más dinero que muchos de los hombres que conoce coloca a Sumire en una especie de pedestal inaccesible, que hace que su vida sentimental sea efímera y no se sienta en absoluto feliz.
Es por ello que Sumire decide que no quiere salir con ningún hombre que gane menos dinero que ella, tenga un puesto menor, menos estudios o incluso sea más bajo. Así es su hombre ideal, superior en todo, buscando con ello que no la vuelvan a abandonar.
Sin embargo el mundo de nuestra protagonista cambia cuando encuentra a un chico en la calle. Movida por la compasión decide llevarlo a su casa y medio en broma le termina proponiendo que se quede con ella en calidad de «perro», cosa que sorprendentemente acepta.
Sumire llama a su nueva mascota «Momo», al igual que su difunto perro. El chico parece estar feliz tan solo con las atenciones de su «dueña», que le hace la comida y le rasca la cabeza cuando llega a casa.
Pronto descubre Sumire que con su humana mascota le es sencillo relajarse, pues él no le exige que se adapta a los cánones sociales de la mujer japonesa ni que sea perfecta, simplemente no la juzga.
Es así como con esta más que curiosa relación comienzan a surgir celos, encuentros y todo tipo de malentendidos que harán que la peculiar pareja comience a acercarse poco a poco.
Una sociedad injusta
Este manga parte desde una premisa social para nada desdeñable. La protagonista se ve abandonada por un hombre que se siente inferior socialmente a ella.
Quien más quien menos de los aficionados al manga anime conocemos las desigualdades presentes en sociedad japonesa. El hecho de que sea el hombre quien trabaja y la mujer quien se queda en casa cuidando del hogar nos permite hacernos una idea del papel que se espera de toda fémina.
El ser el principal contribuyenyte se le ha asignado completamente al hombre, y esto hace que al ver frustrada esta tendencia se sienta «inferior» a una pareja con una serie de ventajas respecto a él.
No deja de ser un tanto exagerado, pero muchos hombres que se han criado en esta premisa ven peligrar su masculinidad cuando sus parejas son superiores a ellos en terreno laboral.
No vamos a comenzar un debate al respecto de las ventajas sociales y/o laborales (sueldos y prestaciones) que puede tener un hombre respecto a una mujer simplemente por el hecho de serlo, pero no podemos olvidar que esto existe realmente y es verdaderamente triste aún ver trazas de ese rancio machismo incrustado en nuestra sociedad occidental.
La autora
De Yayoi Ogawa poco se sabe, salvo que nació un 1 de diciembre y prefiere el género humorístico. Su primer manga conocido se llama Baby Pop y lo publicó en 1998. A este le siguió Candy Life en 1999 y su primer y único éxito fue el manga que nos ocupa, Kimi wa Pet que se serializó desde el año 2000 hasta el 2005 en la resvista Kiss.
Más tarde crearía otras muchas historias pero ninguna llegó a alcanzar el éxito de Kimi wa pet, que ganó el Premio Manga Shojo de Kodansha en el 2003.
Su último manga data del pasado 2009 y se llama Figua yo Konnichiwa.
El dibujo de Ogawa es un tanto peculiar. Para las acostumbradas al típico shojo no dejará de chirriales un tanto el trazo, que destaca por ser de lineas suaves y vació de tramas.
Los labios son excesivamente grandes, al igual que la mayoría de los rasgos faciales, pero esto no resulta incómodo y es un rasgo bastante definitorio de su estilo.
La distribución de viñetas resulta muy agradable sin ser sorprendente ni innovador, pero la narración es fácil de seguir y casi da la impresión de que le tomo se lee solo.
El dorama
Eres mi mascota tuvo un moderado éxito en japon, lo cual ocasionó que en el año 2003 diese el salto a la pequeña pantalla en forma de serie de imagen real de 10 episodios de duración.
No se trata de una producción especialmente brillante ni cuenta con unas características técnicas que la hagan destacar de ningún modo, sin embargo su guión logra cautivar y si te ha gustado el manga te la recomendamos 100%.
El guion transcurre de forma mucho más lenta, se encuentra ciertamente suavizada respecto a la historia original (menor contenido sexual) pero es un reflejo bastante fiel de este, teniendo algunos episodios completamente calcados a los del manga.
A destacar es también que el papel de «Momo» el chicos mascota fuera interpretado por el conocidísimo Jun Matsumoto (Hana Yori Dango, GTO, Gokusen).
Edición
Norma Editorial nos presenta una edición muy buena como nos tiene acostumbrados. Excelente papel, exceletente encuadernación y excelente traducción, un gran trabajo por parte de la editorial que parece mimar todos y cada uno de sus productos.
Conclusiones
Tras la lectura de este primer número da la impresión de que Eres mi mascota estaba pensada para tratarse de una historia autoconclusiva de 64 páginas. De hecho el guión del manga queda perfectamente definido tras el fin del primer capítulo.
Posteriormente parece que la historia regresa sobre sí misma a un punto anterior al fin del último capítulo para poder seguir avanzando de manera mucho más lenta, más adecuada a una serialización continuada.
Sin este contratiempo no supone un gran problema ya que queda corregido con la progresión que sigue el manga.
Lo mejor: Manga sencillo de leer, entretenido y que mejora mucho según avanza.
Lo peor: La historia tiene un punto de partida un tanto complicado de «creerse».
Ficha técnica:
Título original: Kimi wa Pet
Título en Castellano: Eres mi mascota
Guión: Yayoi Ogawa
Dibujo: Yayoi Ogawa
Editorial Japonesa: Kodansha
Editorial española: Norma Editorial
Formato: Tomo C6 (115×175), rústica (tapa blanda) con sobrecubierta
Precio: 7,50€
Tomos en Japonés: 14
Tomos en Castellano: 14
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