En cambio, el terror japonés es muy distinto del occidental. En Japón gustan de jugar con lo desconocido, con lo que no sabemos. No tiene por que ser un asesino en serie el que vaya matando al grupo de protagonistas: pueden ser ellos mismos los que se maten, aunque la razón sea desconocida y no se nos revele en el desenlace de la historia. Porque la historia no es «ese mal», ni como incide sobre los protagonistas, sino los protagonistas en si, cómo reaccionan y cómo intentan sobrevivir.
Así es el terror japonés, historias llenas de terror y escenas inquietantes, que suelen empezar con la más sencilla de las premisas, como un simple transplante de ojos, el visionado de una cinta VHS, o una casa encantada. Pero ahí es donde radica la magia del género, en el misterio que envuelve a esa sencillez. El no conocer la verdad es lo que nos mantiene realmente «atados a la historia». De esta manera, el espectador, lector, o jugador se mete más en la historia compartiendo sus miedos con los de los protagonistas. No hay que pensar demasiado para dar cientos de ejemplos: en el cine tenemos las exitosas The Ring o La Maldición; en los videojuegos muchos han «disfrutado» con Silent Hill o Forbbiden Siren, y en el manga hoy tocamos a uno de los mejores ejemplos, de hecho a un clásico que ha inspirado a toda una generación de mangakas actuales. Hablo, como no, de Aula a la Deriva, un manga que, por suerte, Ponent Mon se ha dispuesto a publicar en nuestro país, como su gran novedad del XIV Salón del Manga de Barcelona.
Aula a la Deriva se presenta, además ,como el debut de una nueva línea que Ponent Mon dedicará a un género poco explorado en nuestro país, el del terror. Salvo alguna que otra excepción de La Cúpula, y algunos títulos sueltos de alguna otra editorial, este género ha sido poco explorado en nuestro país, un género que en Japón tiene muchos adeptos y verdaderos genios del cómic, como el conocido Hideshi Hino.
Un clásico entre clásicos
Estamos ante una de las obras consideradas precursoras del genero de terror en el manga. De hecho su autor es declarado por muchos como el padre del manga de terror. Aula a la Deriva -o The Drifting Clasroom, como es conocido originalmente- fue serializado entre los año 1972 y 1974 en la revista Shonen Shunday de la editorial Shogakukan, y posteriormente recopilado en 6 volúmenes. Este manga pronto se convirtió en un referente, y por ende su autor elevado al altar de los más grandes. Ya en 1975, la misma editorial que lo publicó lo premiaba como mejor manga del año con el Shogakukan Manga Award. Comenzaba así una carrera muy prometedora para su autor, que vio como sus obras encandilaban e influenciaban a miles de futuros mangakas.
Pero no sólo los aficionados del manga se dejaron atrapar por el misterio y terror de Aula a la Deriva. Posteriormente, en 1987, Bandai producía una película de imagen real basada en este manga que también llegó a convertirse en una de las películas referentes del género de terror y ciencia ficción de Japón en los año 80. Aunque, posiblemente, si la viéramos ahora seguro que nos causaría de todo menos «miedo».
Más recientemente, la historia de Kazuo Umezz gozó de una nueva adaptación, esta vez para televisión en forma de dorama (serie dramática de televisión). Long Love Letter, que así como se tituló a este dorama de 11 episodios, recogía muchos detalles del argumento original del manga, pero en esta ocasión el enfoque del terror se diluía en una historia que mezclaba ciencia-ficción y misterio. Los protagonistas en esta ocasión no son niños de primaria, sino adolescentes. Otro de los cambios más significativos es que Sho Takamatsu ya no es el protagonista de la historia, sino dos chicos de barrio que, tras años de no verse las caras, se encuentran en la misma clase, poco antes de ser «trasladados» con el resto de sus compañeros, entre los que descubrimos a un Sho de secundaria ejerciendo labores de macarra.
Que duro es ir a clase
Aula a la Deriva nos pone en la piel de Sho Takamatsu, un alumno de sexto en la escuela de primaria Yamato, en un día que quizás hubiera sido mejor quedarse en casa dormido. Tras discutir fuertemente con su madre sale corriendo hacia la escuela, algo de lo que se arrepentirá duramente. Ya en la escuela, durante la primera clase del día, les sorprende un fuerte estruendo, seguido de un terremoto que alerta a toda la escuela. Tras el lógico susto inicial, los profesores y niños descubren algo inquietante, ¡todo alrededor de la escuela ha desaparecido!
Un desierto de roca y arena se extiende alrededor de la escuela, como si todo se hubiera volatilizado en un instante. Lógicamente, el caos se adueña del colegio, lleno de niños muy pequeños, y los profesores se ven desbordados, ya que ni ellos mismos saben que ha pasado. Lo único que queda claro es que están solos. Las primeras investigaciones acerca del suceso no aclaran muchas dudas, e incluso creen que es hasta peligroso salir de los límites del colegio, ya que un alumno al escapar cae fulminado cuando tan sólo llevaba unos metros de carrera a través del misterioso desierto rocoso.
En ese momento es cuando empiezan a surgir los instintos más básicos de todo ser humano, como la supervivencia del más fuerte, o la lucha por la comida. La escuela Yamato a partir de entonces se transforma en un ejemplo de las distintas reacciones del ser humano ante una situación de máxima dificultad. Algunos sacarán fuerzas de flaqueza erigiéndose como líderes, pero otros actuarán egoístamente con tal de sobrevivir, aunque por medio se tengan que llevar a niños de tan corta edad.
¿Pero que ha pasado? Mientras, en el mundo actual, descubrimos que no ha sido el mundo el que se ha ido al garete, sino la escuela Yamato, que misteriosamente ha desaparecido dejando un cráter gigantesco.
Este es más o menos el argumento a grandes rasgos de Aula a la Deriva. La historia nace del «traslado» de la escuela Yamato, pero el desarrollo va mucho más allá de ese mero hecho, ya que nos encontramos con un grupo de víctimas que reaccionarán de distintas maneras ante la situación. Mientras avanzamos en la lectura del manga, se nos van dando detalles de lo que ha sucedido. Pero, aparente, sin significado: cada uno de forma singular. Un misterioso niño en un triciclo que Sho conoce la noche antes del suceso, un ladrón que irrumpe en la escuela momentos antes del terremoto, una placa del colegio por la que parecen haber pasado siglos…
La lectura de Aula a la Deriva es amena y adictiva. Los sucesos se van sucediendo, valga la redundancia, sin apenas pausa. Desde las primeras páginas nos vemos atrapados en un infierno junto a Sho y el resto de niños, que difícilmente tiene una explicación lógica. La maestría de Kazuo Umezz al narra la historia de Sho en primera persona como si nos la estuviera contando sentados alrededor de un fuego, en plan «noche de campamento», ayuda aún más a la inmersión por parte del lector en la historia. Desde muy al principio ya nos hacemos co-partícipes de las sensaciones, miedos y temores de Sho.
El único hándicap de Aula a la Deriva de cara al aficionado común es, a la vez, su bendición y su maldición. Aula a la Deriva es un clásico de los años 70, con una fuerza narrativa espectacular que ha influenciado a miles de mangakas que posteriormente se han dedicado a esto, por lo que se nos antoja como una obra indispensable para cualquier buen «gourmet» de manga. Pero a su vez el dibujo que posee Aula a la Deriva es de un corte tan clásico que puede echar para atrás a muchos de los que lo ojeen en una librería. Este detalle es una lacra que todo manga clásico arrastra y, según se deduce de las ventas de éstos en nuestro país, tan sólo Tezuka es capaz de conseguir una ventas más q decentes con una obra de manga clásica. Es una pena que el aficionado español aún siga un poco anclado en estereotipos y estilos gráficos actuales y le cueste dar el salto a otras más underground o clásicas. Pero esperemos que sea algo pasajero, un estadio actual del mercado manga en España, y que poco a poco nos atrevamos a dar una oportunidad a un manga como Aula a la Deriva, antes que a cualquier obra que tenga una portada bonita y un anime popular en la mula.
Kazuo Umezz nació en 1936 en Koya, en la prefectura de Wakayama. Desde muy pequeño demostró sus dotes y su interés por el dibujo, realizando sus primeras historias a la temprana edad de 10 años, en 4º de primaria. A los 19 años, en 1955 comenzó su carrera profesional debutando con dos historias cortas: Betsu-Sekai (Another World) y Mori-no-Kyoudai (The brother and sister in a forest).
Ya en 1962 realizó el manga Romansu-no-Kusuri (The Magical Medicine for Romance), una historia cómica con dosis de romance que se convirtió en el origen del género Rabu-kome (Comedia romántica). Pero pronto cambió de registro y se lanzó a crear historias de terror como Kuchi ga Mimi made Sake-ru Toki (The Moment The Mouth Tears to Ears), Hebi Shoujo (The Snake Girl) y Hito-kobu Shoujo (A Girl Who Has A Human-faced Lump on Her Cheek). Ya en 1972 crea su primera gran historia serializada de terror, en la revista Shonen Sunday, que es la obra que hoy nos ocupa. Esta obra supuso su consagración como artista, convirtiéndose así en denominado padre del manga de terror.
Tras el éxito de Aula a la Deriva, Kazuo Umezz siguió sin encasillarse, y realizó obras de muy distinta índole, sin olvidar el género del terror. En 1976 editaba dos obras totalmente distintas como ejemplo de esto, el sobrio relato Hyouryu Kyoushitsu y la comedia Makoto -chan. Ésta época fue la de mayor creatividad del autor, ya que incluso llegó a probar fortuna en la música organizando un grupo con el que sacó un álbum llamado Yami no Album.
Poco después llegó el periodo más prolífico del autor en el género del terror y que acabó de afianzar su fama en el género con obras como Neko-me Kozou, Orochi, Senrei, Watashi wa Shingo, Kami No Hidari-you Akuma No Migi-you o Fourteen. Muchas de estas obras fueron posteriormente llevadas a la televisión dentro del espacio televisivo Japanese Horror Theatre.
Ya a mediados de los 90, concretamente en 1995, Kazuo Umezz es contratado para dirigir la casa del terror Kazuo Umez’s Haunted House – The Curse of the Family Azuchi -, en el famoso parque de atracciones Kourakuen de Tokio.
La edición
La editorial Ponent Mon ya no nos sorprende con sus cuidadas ediciones. Aula a la Deriva no es una excepción, y ante nosotros tenemos más de 350 páginas por unos 11,90 euros. A priori puede parecer un precio caro, pero basta con hacer las cuentas para ver a cuánto sale cada página en Aula a la Deriva para ver que no es así. El formato de Aula a la Deriva es de tomo tankoubon con un tamaño bastante «gordo», debido esas 350 páginas, en blanco y negro, y sobrecubierta a color.
La edición española de Aula a la Deriva está basada en la reedición que se hizo en Japón el año pasado, en el 2007. Gracias a esto la portada del manga es idéntica a esta reedición japonesa, todo un acierto, ya que las portadas de la primera edición o de la americana son mucho peores, a mi juicio. Pocos peros se le pueden poner al trabajo de Ponent Mon en esta faceta: tanto la impresión de las páginas, como la calidad del papel de las mismas es perfecta. Además la traducción es clara y no deja dudas en la lectura, y a priori no hemos visto ninguna cosa rara.
Por buscarle un pero a esta edición, quizás habría que achacarle a Ponent Mon la sencillez de sus ediciones en cuanto a contenido extra. Es decir, se podrían incluir elementos que ya son cada vez más comunes en las ediciones de manga, como textos explicativos sobre la obra, el autor, o notas en la traducción, así como bocetos y páginas extras. Pero, y ya finalizando este apartado, que conste que esto no es más que un deseo de un servidor como amante del manga y que gusta de saber más del autor que ha creado la obra de la que disfruta; pero para nada es algo indispensable que haga que me decida por comprar o no un manga en concreto…
Conclusión
Aula a la Deriva es un clásico del manga, y más concretamente del género de terror. Además su autor, Kazuo Umezz, es considerado el padre del terror japonés. Si queremos entender un género tan de moda en el cine, como en los videojuegos o el manga, como lo es terror japonés no se puede dejar de lado la lectura de este manga.
Lo Mejor: Terror japonés en estado puro. Si te gustan películas como The Ring o La Maldición, o disfrutas con videojuegos como Silent Hill o Forbidden Siren, este manga no has de perdértelo por nada del mundo. Un clásico del manga de terror.
Lo Peor: Que tus ojos no acaben de «acostumbrarse» al estilo clásico de un manga de los años 70.
Ficha técnica:
Título Original: The Drifting Clasroom
Guión: Kazuo Umezz
Dibujo: Kazuo Umezz
Editorial Japonesa: Shogakukan
Editorial Española: Ponent Mon
Formato Tomo: (115×170)
Nº de Tomos en Japonés: 6
Nº de Tomos en Castellano: 6
Enlaces:
Aula a la Deriva en Ponent Mon
Web oficial de Kazuo Umezz
Anuncio de TV de la atracción dirigida por Kazuo Umezz
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