Por Quique ‘Black&White’
Corre el año 2020 y el futuro se precipita sin remedio en forma de distopía dirigida por una oligarquía sin escrúpulos. El virtuoso Seok Jeong-Hyun nos presenta un inquietante manhwa sobre una sociedad dominada por el miedo, la amenaza terrorista y la televisión, acompañado por un extraordinario dibujo.
El terrorista invisible se cierne sobre una población que ha sufrido la ira de la naturaleza. Desastres medioambientales han cambiado la realidad del planeta. ¿Qué le queda al ser humano? ¿La paz? Pero, ¿a qué precio? ¿Cuál es el valor del ser humano? El Demonio expone, con cierta impaciencia y precipitación, los temores de un artista comprometido con su tiempo que no duda representar su visión de la realidad en forma de singular distopía, en la que la humanidad está obligada a reorganizarse en un único estado, en una única nación.
¿Quién es el enemigo entonces? Si no existe o ha sido destruido, se tendrá que inventar. Ya que, al lado del poder económico está la voluntad de una minoría de moldear y/o preservar el “orden de las cosas”, así como establecer una ideología: hacer pasar por normal y natural lo que de normal y natural no tiene nada. Es decir, políticas continuistas que les favorezcan, que no den pie a nuevos cambios y que limiten las libertades de la mayoría. Dicho y hecho.
Seok Jeong-Hyun, siguiendo la tradición de obras literarias como 1984, Un Mundo Feliz o Fahrenheit 451, nos sumerge en un relato futurista oscuro y tenebroso donde aparentemente se ha conseguido una cierta estabilidad y paz. Un cuento con personajes oprimidos que buscan “despertar” en un mundo con fuertes avances tecnológicos y dirigido por pequeñas cúpulas de poder. Lo peor de todo es que, como se extrae de la lectura de El Demonio, las decisiones de esta minoría pueden traer algunas consecuencias positivas, aunque los medios y la finalidad sean inmorales.
«Un efecto curioso de aquello fue que, con la reducción de los ejércitos y las guerras, disminuyó el número de acontecimientos interesantes y los medios de comunicación, sin nada que contar, perdieron audiencia. ¿Qué podía mejorar la situación de la televisión y los periódicos?»
El Demonio de Seok Jeong-HyunLuces, cámara … ¡estamos en el aire! El mundo de El Demonio es como un plató de televisión. Todo está dispuesto para que las cámaras capten hasta el último detalle de la realidad. Incluso parece que la representación de dicha realidad es tratada como la ficción. Es decir, según las reglas y las técnicas narrativas y visuales propias de una serie. Aunque …, ¿podría ser que la realidad televisada fuera pura ficción? En ese caso, ¿cómo reaccionamos ante tal hecho? ¿Cómo nos afectaría?
Que a Seok Jeong-Hyun le preocupa el impacto de los medios en la ciudadanía está claro. Sin embargo, su discurso puede resultar algo maniqueo, ya que otorga al espectador muy poca capacidad crítica. Es más bien un pensamiento cercano a la teoría de la aguja hipodérmica sobre la reacción de los media en la población. En el contexto de la era de la información, los medios se sitúan en una posición favorable en el que pueden “inyectar” discursos en los espectadores sin que estos puedan oponerse. En el caso de ninguna intromisión, lo que sugiere esta teoría es que a cada acción le corresponde una reacción. Esto nos deja como seres incapaces de ver la manipulación y abocados a obedecer sin rechistar.
Por otro lado, nos encontramos con un brillante y detallista dibujo a color, con un estilo más propio de un autor europeo. Como sucede con algunos manhwas, El Demonio es muy realista visualmente y apenas hay efectos de sonido. Seok es un joven artista de mucho talento que emplea con maestría los avances de la industria digital y las nuevas técnicas aplicadas por ordenador. El ambiento oscuro y asfixiante de El Demonio viene dado por un magnífico tratamiento del color que, con ligeros matices verdosos, consigue una inquietante sensación. Además, es muy destacable su labor a la hora difuminar ligeramente los fondos para dar más protagonismo y resaltar a los personajes en momento concretos, algo que resulta muy cinematográfico. Aunque lo más espectacular, en este aspecto, son los conseguidísimos efectos de explosiones y disparos. Sencillamente geniales. La combinación de diferentes texturas y de colores consigue un gran realismo.
Sin embargo, pese a que las escenas de acción son trepidantes (la persecución por las calles de la ciudad entre un coche y varios vehículos militares conocidos como Bibaps es espectacular y está muy bien planificada) y el ritmo interno es más que correcto, la planificación general de la obra no es redonda y parece abusar de ciertos Deus ex machina. Todo sucede de forma drástica y faltarían unos buenos puñados de páginas complementarias para acabar de cerrar y explicar mejor la historia.
Planeta DeAgostini ha hecho un buen trabajo publicando esta interesante obra (con sentido de lectura occidental, típico de los manhwas) en un formato de libro en rústica a todo color en un papel estucado de buen gramaje a un mejor precio. Lo más destacable es que se incluye una mini-biografía del autor, un escrito del mundo de El Demonio, unos bocetos formidables de distintos vehículos de combate (donde el lector encontrará guiños a Masamune Shirow) y escenas eliminadas. Un buen ejercicio para poder disfrutar del trabajo de uno de los valores del cómic coreano.
Lo Mejor: El excepcional dibujo de un artista que dará que hablar.
Lo Peor: La historia se precipita olvidándose de algunos aspectos que requieren más atención y explicación.
Ficha Técnica
Título Original: Guisin
Guión: Seok Jeong-Hyun
Dibujo: Seok Jeong-Hyun
Editorial Coreana: –
Editorial Española: Planeta DeAgostini Cómics
Formato Tomo: B6 (125×176)
Precio: 12,95 €
Nº de Tomos en Coreano: 1
Nº de Tomos en Castellano: 1
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