En ocasiones, como ávidos lectores de todo lo que tenga que ver con el cómic y la narración gráfica- por circunstancias de la vida especializados, eso sí, en todo lo que se refiere al manga, al manhwa y a todo el arte comiquero oriental en general- nos encontramos con obras que, si bien admiramos por su calidad y su buen hacer, no sabemos exactamente cómo definirlas, cómo categorizarlas, cómo encasillarlas- si cabe- dentro de un género determinado. En esta difícil situación nos encontramos hoy, al enfrentarnos a la reseña de una obra híbrida entre el género manga y la tradición del cómic occidental (que reúne, recordemos, desde el cómic europeo más versátil y experimental hasta el amplio espectro que recorre todo el género del cómic-book americano).
Todo hay que decirlo, hablar de las influencias que se desprenden de Lolita HR nos llevaría no un artículo, sino probablemente tres o cuatro, y ciertamente trascendería el propósito inicial de este texto. Por tanto, para no entrar en controversias estéticas demasiado extensas la categorizaremos como manga. Aunque eso sí, un manga muy especial. Un manga europeo, muy cercano a un género que nos es de sobras conocido, aunque por otra parte muy alejado del mismo precisamente por las premisas estilísticas y narrativas que pretende poner en juego.
Sexo, drogas y rock’n’roll.
Lolita HR es una de esas obras, a priori como tantas otras, en las que un futuro post-apocalíptico sume en la desgracia a la humanidad entera. Para ello, nos ofrece todos los personajes para la trama, siguiendo este mismo precepto: un dictador, Neponine, que se aprovecha de la situación desesperada de la población y pretende controlar al mundo mediante la supresión de la conciencia individual, usando para ello una droga alucinógena legal, los llamados Dreams; un grupo de rebeldes, firme oposición a Neponine, cuyo liderazgo espiritual depositan en la joven y provocadora Lolita, una cantante de rock que mediante su música quiere despertar a una sociedad abotargada y sumisa del sueño utópico en el que el gobierno de Neponine les ha sumergido.
Marabú, que afecta a una parte importante de la población y que modifica el código genético de los infectados. Éstos están siendo confinados en los suburbios de la ciudad, en ghettos a los cuales ningún ciudadano sano puede acceder, y del cual los infectados no pueden escapar, bajo amenaza de muerte.
Junto a todos estos elementos, dispuestos en el cómic en forma de diferentes tramas narrativas discurriendo en paralelo, nos encontramos a Medhi, quizás el que presenta los rasgos más característicos para ser el héroe de la historia. Quizás un tanto mezquino, egoísta y cruel, eso sí, pero a todas luces uno de los protagonistas más importantes de Lolita HR, Medhi es el personaje que sirve como nexo de unión entre la sociedad bienestante y los infectados. Encerrado de por vida en los suburbios, no puede dejar de soñar con escapar de su confinamiento para conocer a su idolatrada Lolita, de quien está perdidamente enamorado…
Así, con todos los personajes en bandeja desde el inicio y un argumento simple pero efectivo, se nos presenta Lolita HR. Eso sí, el argumento irá desgranando poco a poco una trama que irá complicándose cada vez más, con varios reveses y giros del guión que, decididamente, están ahí para sorprender al lector y hundir en las ciénagas del olvido cualquier prejuicio que haya podido surgir en él al abrir el cómic por sus primeras páginas. Si bien, como decíamos, tras un primer contacto el argumento puede parecer simple y, quizás, un poco trillado, al avanzar en la obra veremos como el despliegue de las diferentes tramas asociadas a cada personaje o grupo de personajes crea un trazado mucho más original y complejo de lo que parecía a simple vista.
Y es que Lolita HR, a pesar de las apariencias, es todo un manga, sin duda. Y lo recalcamos así porque, todo hay que decirlo, las influencias del dibujo manga al que estamos acostumbrados no son tan evidentes en el cómic dibujado por Javier Rodríguez. Claro que encontraremos personajes con rasgos más o menos orientalizados, pero no es sólo cuestión de eso. El dibujo de Javier Rodríguez es fantástico, y no necesita cambiarlo en absoluto: con sus dibujos consigue sumergir totalmente al lector en las profundidades de la narrativa creada por la guionista, creando personajes arquetípicos muy definidos y reconocibles, utilizando escenarios futuristas, sí, aunque lo suficientemente cercanos a todo aquello que conocemos como para que podamos sentirnos identificados también con el ambiente y el entorno en el que se mueven los protagonistas de la historia. Una historia, sin duda, que prende al lector con la chispa de la curiosidad, y que le incita a continuar en su lectura hasta el final de cada tomo. Pero eso no es todo…
Los recursos cinemáticos que utiliza Rodríguez en su obra, la planificación de las viñetas en las páginas, los planos utilizados… El devenir de la narrativa, sin duda, bebe directamente del cómic oriental, aunque el dibujo (y, si nos metemos en un plano estético un poco más profundo, seguramente también las motivaciones) no nos recuerde a los mangakas más conocidos del cómic japonés. Y, sinceramente, ni falta que hace. Todo ello, además, guiado por la excelente pluma de Delphine Rieu quien, a través de una obra ciertamente coral, donde varias tramas se superponen para llevar a buen puerto un hilo argumental principal, consigue prender al lector, y sorprenderlo, por qué no, con un guión original, fresco y con un trasfondo humanista que a nadie pasará desapercibido.
Lolita HR es un híbrido maravilloso que esperamos que disfrutéis tal cual es: una preciosa conjugación de estilos, estéticas, tradiciones y motivaciones que subyuga al lector y lo atrapa irremediablemente en sus redes, gracias al envolvente guión creado por Rieu y el notable dibujo de Rodríguez. Eso sí: olvidáos vuestros prejuicios en la puerta al adentraros en el universo de Lolita HR. Sólo entorpecerán vuestro camino hacia el disfrute de un nuevo género de manga, o de cómic… o de ambas cosas.
Javier Rodríguez nace en Oviedo, en 1972. Estudia Artes y Oficios en la misma ciudad. En 1997 comienza a colaborar regularmente en la veterana revista El Víbora de Ediciones La Cúpula, en la que le publicaron series como Paraiso, Tenebro y Comprobando la realidad, además de, ocasionalmente, alguna que otra historieta autoconclusiva.
En 1998, la editorial madrileña UnderComic relanza una obra de juventud del autor, Love Gun, con una nueva historia y con Javier Rodríguez (guión y lápiz) formando equipo junto a Igor Medio (guión y tinta). En 1999 fue nominado en los Premios del Salón del Cómic de Barcelona, en la categoría de Autor Revelación.
A finales de 2002, Ediciones Glénat publica su primer álbum a todo color, Wake Up (Despierta). Por estas fechas comienzan a publicarse sus primeros trabajos para el mercado estadounidense, aunque no como dibujante, sino como colorista. Se trata de la serie limitada Batgirl: Year One de DC Comics, junto a dos españoles más, el dibujante Marcos Martín y el entintador Álvaro López. Durante esos años, colabora habitualmente, por otro lado, en la revista infantil Mister K (Ediciones El Jueves, España) y en Shogun Mag (Humanoides, Francia).
Actualmente, trabaja junto a la guionista Delphine Rieu en el desarrollo de Lolita HR, serializado en la revista francesa Shogun Seinen. La obra fue finalista en el International Manga Award del año 2007- concurso internacional de manga para artistas no orientales convocado por Taro Aso, anterior ministro de relaciones exteriores de Japón. Por otra parte, recientemente levantó gran revuelo entre el público y la crítica tras su presentación en el XIII Salón del Manga de Barcelona.
La edición.
Ediciones Glénat nos presenta una edición muy similar a la que nos tiene acostumbrados en sus clásicas colecciones de tomos recopilatorios de manga. En un formato un poco más grande que las colecciones Shonen Manga y Seinen Manga de la misma editorial, con un número de páginas bastante mayor a lo que nos tiene acostumbrados. La edición es manejable y cómoda, y la calidad de la impresión y del papel no decepciona. Por otra parte, el sentido de lectura es occidental, como procede en un cómic europeo. Cabe resaltar el fantástico diseño de la cubierta de los tomos, impresa de tal manera que en caso de mirarla desplegada, nos mostrará una imagen completa con las letras de Lolita HR recorriendo toda la portada y contraportada.
Lo mejor: La envolvente historia creada por Rieu y Rodríguez, junto a la densidad argumental y la elaborada personalidad de los protagonistas de las que hace gala el cómic.
Lo peor: Que no lo leáis por el hecho de no ser japonés, coreano o chino.
Ficha Técnica:
Título: Lolita HR
Título Original: Lolita HR
Guión: Delphine Rieu
Dibujo: Javier Rodríguez
Editorial Española: Ediciones Glénat
Formato Tomo: A5 (130×190)
Precio: 8.95€
Nº de Tomos en Castellano: 2 (Junio del 2008, serie abierta)
Enlaces:
Ediciones Glénat: Lolita HR.
Ediciones Glénat: Entrevista a Javier Rodríguez.
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