Con Yugo, el negociador nos encontramos ante un seinen de aventuras con una narrativa gráfica, ante todo, muy descriptiva y cuidada al detalle. A su vez, muestra una ambientación excelentemente realizada y de carácter, ciertamente, muy realista que sumergirá al lector de lleno en el discurso de la obra. Un seinen de calidad incuestionable, aunque con algunas peculiariedades que pueden resultar un tanto extrañas a los seguidores del género.
Yugo Beppu es un negociador en toda regla, pero no uno de esos agentes especiales de la policía como los que acostumbramos a ver en las películas norteamericanas. Yugo va por libre, es un profesional dispuesto a todo por lograr el éxito total en cada una de sus negociaciones, siendo éstas marcadas por los deseos de sus clientes. Y es que, como bien se dice, quien paga manda… Pero Yugo Beppu no es una persona que se venda al mejor postor. Puede permitirse el lujo de elegir los casos que realmente le interesen y, todo hay que decirlo, no es un hombre carente de escrúpulos, y sus métodos de trabajo, generalmente, rechazan la actuación violenta.
El protagonista de la historia, sin duda, es un ejemplo de entereza y sangre fría casi sobrehumana, que no pierde la compostura (ni la sonrisa) en ningún momento, pese a que las situaciones en las que se verá envuelto serán, ciertamente, de un alto grado de peligrosidad. Además, el equipo de personas que lo rodea no se quedará corto, ya que contará con varios especialistas en armamento y telecomunicaciones que le ayudarán a acometer las diferentes misiones en las que se verá implicado con las mayores garantías de éxito, además de contar con la ayuda de varios contactos aliados en las diferentes localizaciones donde éstas deban llevarse a cabo.
Yugo es una obra en la que la acción discurre a raudales por las páginas del manga. Eso sí, en un discurso, ciertamente, creado de manera bastante inteligente, y poniendo atención extrema a los detalles del dibujo. Puede parecer exagerado decirlo así, pero al leer Yugo nos da la impresión de que el dibujo de Shu Akana es el que lleva la mayor parte del peso de la historia.
Su uso casi excesivo de los diferentes planos de acción, de una manera casi cinematográfica- pero, una vez más, nada que ver con el cine norteamericano al uso… más bien en un estilo tirando a europeo, o propiamente asiático, como cabría esperar-, viene acompañado de una ambientación espléndida y, todo hay que decirlo, muy bien documentada, como podremos ver en las páginas finales de cada tomo de la edición que nos ocupa, en las que el autor no explica sus experiencias vitales en los diferentes lugares donde acontece la acción del cómic, en cada uno de los viajes que realizó para poder impregnarse del ambiente y la paisajística de cada lugar para luego poder plasmarlos con todo lujo de detalles en el cómic.
El gran problema de Yugo- y a la vez, su gran virtud, según los ojos que lo miren, o la actitud con la que éstos se enfrenten al manga- es que la acción viene intercedida por una narrativa pausada, llena de planos estáticos que, pese a mantener la tensión en algunos momentos de manera inigualable, puede hacer palidecer la corriente discursiva de la misma, con lo que la lectura puede hacerse un poco pesada para parte del público aficionado. Yugo es un seinen, sí, pero se trata de una obra en la que no veremos sangrientas luchas ni escenas excesivamente subidas de tono.
Por el contrario, lo más destable del manga es, quizás más que su historia, la manera que tienen de contárnosla los artistas que lo firman: Shinji Makari, como guionista, y el ya mencionado Shu Akana, como dibujante.
La edición de MangaLine ha sido dignamente realizada, aunque no es precisamente una joya visual que luzca por sí sola en las estanterías de cualquier librería especializada. Frente a la avalancha de excelentes ediciones que pueblan hoy día nuestras librerías, la sencilla tirada de MangaLine puede echar para atrás a más de un lector, omnubilado por algunas de las maravillas de la estética de otras editoriales mucho más resultonas a simple vista (aunque no sea oro todo lo que reluce).
Aún así, el precio de cada tomo y el considerable tamaño de los mismos (aproximadamente, unas doscientas cuarenta páginas, pese a lo indicado en nuestra sempiterna referencia del Listado Manga) hacen de la edición en cuestión una compra muy a tener en cuenta. Lástima que las publicaciones de la editorial sean tan irregulares. Actualmente, la compañía cuenta con cinco tomos publicados, de los veintidós que componen la serie. En principio, la serie debería de continuar, pero la periodicidad en las publicaciones de MangaLine simpre ha sido y será todo un misterio…
Lo mejor: La narrativa visual de Yugo es excelente. Además, la temática del manga se sale un poco de los cánones a los que nos tiene acostumbrados el género seinen.
Lo peor: La poca seriedad de MangaLine Ediciones en lo que respecta a la periodicidad en sus publicaciones.
Ficha Técnica:
Título Original: Yugo
Guión: Shinji Makari
Dibujo: Shu Akana
Editorial Japonesa: Kodansha
Editorial Española: MangaLine Ediciones
Colección: 38mm
Formato Tomo: A5 (148×210)
Nº de Tomos en Japonés: 22
Nº de Tomos en Castellano: 22
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