«Hermosa Tomie. Extraña Tomie. Por más que se te descuartice, siempre vuelves a resurgir. Conviertes a los hombres en marionetas. Si les ordenas que maten, matarán. Ninguno puede resistirse a tu influjo.»
Tomie, la joven cuya belleza enloquece a quien la mira. Hombres y mujeres caen bajo su influjo: ellos, perdidamente enamorados de su beldad, matan, si es necesario, para cumplir sus deseos. Ellas, sea por admiración o por puros celos, desean ser como Tomie, por lo que acaban convirtiéndose irremediablemente en ella…
Tomie, un maligno ser que reúne en sí mismo los sentimientos más perversos del ser humano y los utiliza para lograr sus propios objetivos. Pero, ¿cuáles son tus objetivos, hermosa Tomie? ¿Cuáles son tus deseos?
Los que te rodean, incapaces de comprenderte, frustrados por no poder satisfacerte, enloquecidos por no poder poseerte (a ti, maligno demonio que haces y deshaces a tu voluntad), acaban por asesinarte y descuartizarte de mil y una formas, sólo para descubrir que resurges de tus restos, renaciendo de tu propio infierno para llevar tu maldición allá donde te lleven tus pasos…
Tomie: la belleza del horror.
En Tomie vemos a un autor aún inexperto, tanto en el terreno de la narración como en el plano del dibujante. Si bien es cierto que, a medida que avanza el cómic, tanto la narrativa como el dibujo se va perfilando en lo que, claramente, se definirá más tarde como el estilo personal de Junji Ito.
Al inicio del primer tomo de la edición que nos ocupa, veremos como los personajes del manga apenas se distiguen por sus facciones, prestándose en más de una ocasión a confundirse entre sí.
Por otro lado, el argumento de las primeras historias se presenta, a piori, bastante confuso, y no es hasta bien avanzado el primer tomo que veremos un autor mucho más maduro y con un oficio más elaborado, tanto en lo que respecta al dibujo como a la función narrativa de la obra.
Por otro lado, es cierto que Tomie nos revelará aspectos del autor que veremos, después, en su obra posterior, especialmente en una de sus obras más importantes, a día de hoy: Uzumaki. De la misma manera que en esta última, Tomie se relata en forma de pequeñas historietas, en su mayoría inconexas entre sí, unidas por el único nexo común de la extraña y bella joven conocida como Tomie. Veremos también, aunque de manera no tan evidente como en Uzumaki, la influencia de autores como Lovecraft en la imaginería de Ito, sobretodo en las escenas más esperpéticas y grotescas de Tomie, en las que la muchacha llega a tomar mil y una formas, a cada cual más horripilante y monstruosa.
Veremos ya en Tomie la crueldad característica de las obras de Junji Ito, quien sumerge a los protagonistas de las mismas en una serie de acontecimientos horribles sin causa aparente, partiendo, por otro lado, de situaciones de una cotidianeidad evidente, aspecto que aún perturba más tanto a los personajes de sus historias como al lector de las mismas. Y qué decir de lo macabro de su imagen, de lo perturbador de su dibujo, de la linealidad casi fantasmagórica de su trazo… Sin duda, Tomie nos revolverá el estómago y nos hará resoplar en más de una ocasión, acelerándonos el pulso y haciéndonos levantar la vista del papel repetidamente durante su lectura, debido a la crudeza de sus imágenes.
Junji Ito, el genio de lo macabro.
Junji Ito nació en 1963 en la prefectura de Gifu, y comenzó sus andanzas en el terreno del manga de terror gracias a la influencia de su hermana mayor, quien le dio a conocer la obra de uno de los más importantes maestros del género: Umezu Kazuo. Cursó la carrera de dentista en Nagoya, y combinó su labor médica con la creación de historietas y cómics durante más de cinco años. Finalmente, en 1986, la revista Nemuki estableció las bases del premio Umezu Kazuo para mangas de terror, premio que Junti Ito ganó el año siguiente, en 1987. Este hecho le dio, sin duda, un fuerte empuje a su carrera artística.
Finalmente, tras varios años de compaginar ambos trabajos, decidió dejar su labor como dentista y dedicarse exclusivamente a la creación de manga. Durante la década de los noventa, colaboró con diferentes revistas dedicadas al género de terror, como Nemuki o Shougakukan’s Big Comic Spirits, siendo ésta última la que publicó dos de sus obras más famosas: Uzumaki, en 1998, y Gyo, en el 2001.
Aprovechando el tirón que dio al cine de terror asiático el éxito de la película The Ring (Ringu, 1998), Junji Ito vio llevadas al cine varias de sus historias, entre ellas, cómo no, Tomie, con varias secuelas que, con mayor o menor fortuna, pretenden llevar la esencia del manga original a la gran pantalla.
La edición española.
En esta ocasión, los encargados de la edición de Tomie han sido Ediciones La Cúpula, quienes, todo hay que decirlo, han realizado un trabajo digno, aunque seguramente mejorable. La calidad de la encuadernación, así como del papel y de la impresión del mismo, podían haber sido mejor cuidadas, ya que el cómic adolece de un aspecto, sinceramente, poco lucido para el precio al que se ofrece al público.
Aún así, vale la pena hacerse con los dos tomos de la serie, ya que el principal atractivo de la misma es poder observar la evolución del arte de Junji Ito a lo largo de las diferentes historias que componen el manga, así como el resultado de la imaginación enfermiza de dicho autor, cuya obsesión por la belleza juvenil femenina ha sido, sin duda, explotada de mil y una maneras en esta obra.
Lo mejor: Tomie es un manga de terror con todas las de la ley. No apto para cardícacos.
Lo peor: Durante la lectura del manga se nota, quizás excesivamente, que el estilo del autor no acababa de estar perfilado del todo…
Ficha técnica:
Título Original: Tomie
Guión: Junji Ito
Dibujo: Junji Ito
Editorial Japonesa: Asahi Sonorama
Editorial Española: Ediciones La Cúpula
Formato Tomo: B6 (125×176)
Nº de Tomos en Japonés: 3
Nº de Tomos en Castellano: 2
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