«Los cómics están centrados en los personajes. Si un personaje está bien creado, el cómic acaba convirtiéndose en un éxito». Kazuo Koike
Crying Freeman es la violenta historia de un hombre atrapado en la organización criminal más importante del mundo, Los 108 Dragones. Uno de los primeros mangas en publicarse regularmente en España, en el que mejor se ilustra la genialidad de Kazuo Koike a la hora de crear personajes y con un impresionante dibujo realista y meticulosos del maestro Ryoichi Ikegami.Reseña de Enrique Climent
La década de la madurez en Japón, los primeros pasos en España.
El esplendor económico de la década de los 80 propició una salud de hierro a la industria del manga y también nuevas oportunidades tanto creativas como de negocio. Es necesario destacar el aumento de publicaciones para adultos hasta el punto de sobrepasar el tiraje de obras más juveniles, aunque nunca consiguieron superar su éxito de ventas.
Es un momento histórico donde el manga se había convertido en una nueva forma artística muy creativa con una gran variedad de historias y posibilidades narrativas. Incluso influenció a la literatura del momento y a los escritores posteriores. Por otra parte, ante la positiva respuesta del público adulto a las nuevas tendencias seinen, se empezaron a introducir como parte integrante (y algunos caso indispensable) elementos y temáticas sexuales.
Es en esta época donde van apareciendo revistas como Morning (Kodansha), Young Jump (Shueisha) o Big Comics Spirits (Shogakukan), entre otras, pensadas y creadas por y para una nueva generación de lectores que creció leyendo mangas. Esta revistas significaron la incorporación de muchos mangakas formados en los dôjinshi (fanzines).
Crying Freeman empezó a publicarse en 1987 (y terminó en 1992), un tiempo caracterizado por el éxito de los Jôhô manga (“mangas informativos”), que propició que muchas editoriales se atrevieran a publicar obras de temática más adulta centradas en la política o en la economía, por ejemplo. Así que, pese a que el género policíaco ha disfrutado siempre de bastante éxito en Japón y que la madurez artística del medio ayudó a la promoción de esta temática, no era el momento más dulce para su publicación. Especialmente porque en los 80 el género policíaco de mayor aceptación combinaba elementos propios de la comedia. No obstante, la historia ideada por Koike fue todo éxito.
En la década de los 90 el panorama del cómic en España vio nacer el inicio de la publicación de forma regular de mangas. Es cierto que la revista El Víbora ya se había encargado de dar a conocer a los aficionados al cómic algunos trabajos de Tatsumi, pero no fue hasta 1991 que la edición de mangas fue constante en el estado español. Primero apareció la obra maestra indiscutible de Katsuhiro Otomo, Akira, editada por Ediciones B.
Seguidamente, el tremendo éxito de series de animación como Dragon Ball, Campeones, Caballeros del Zodiaco o El Dr. Slump, entre otras, fue el caldo de cultivo del inicio del fenómeno manga. Planeta-DeAgostini publicó en 1992 El Puño de la Estrella del Norte de Buronson y Tetsuo Hara, Crying Freeman y Dragon Ball de Akira Toriyama. Les siguieron otras obras caracterizadas por estar editadas en formato comic-book, con sentido de lectura occidental y con distribución en quioscos.
Visto con perspectiva, resulta desconcertante que Planeta-DeAgostini se decantara por la publicación de Crying Freeman, ya que no era ni la temática de moda en Japón, ni estaba destinada al público juvenil, deslumbrando al lector con su alto contenido en violencia y sexo. En cualquier caso, es un orgullo poder decir que este manga se encuentra entre los primeros mangas editados en España.
La construcción del personaje principal y el realismo visual.
Crying Freeman es la increíble y apasionante historia de Yo Hinomura, un joven alfarero que se ve atrapado por la organización criminal más importante del mundo, Los 108 Dragones. Desde ese momento se convertirá en el perfecto asesino, que después de terminar su misión, inducida por hipnosis, no podrá evitar llorar. Su vida dará un nuevo giro cuando conoce y se enamora de la joven Emu Hino, una de sus víctimas. Desde ese momento, empezará una historia donde la policía, bandas rivales y traidores querrán derrocar a la secta de Los 108 Dragones y a Crying Freeman. Como en muchas de las obras de Koike, el protagonista tiene que, en contra de su voluntad, vivir en el camino del infierno (estar dispuesto a morir en cualquier momento). Un camino lleno de violencia y muerte que, pese a serle totalmente ajeno en un principio, dominará a la perfección.
Estamos ante una obra maestra del género de yakuzas donde Koike, como de costumbre, basa su éxito en la elaborada construcción del personaje principal. El gran trabajo de Koike consiste básicamente en crear una especial empatía con el personaje pese a ser un asesino y pertenecer a una organización criminal. Tampoco hay que olvidar la fantástica y progresiva evolución de un personaje destinado a convertirse en una leyenda. Yo Hinomura y Long Tai Yang, “El Dragón del Sol” (como es bautizado por el jefe de Los 108 Dragones), son las dos caras de una misma moneda. Es curioso que para exista el segundo tiene que haber nacido el primero. Long Tai Yang simboliza un mundo oscuro y tenebroso que la inmensa mayoría de los hombres desconoce pero que sabe que existe. Debajo de la apacible y bondadosa fachada de nuestra realidad (la de Yo Hinomura), se esconde un submundo dominado por el crimen y el horror. ¿Qué pasa cuando el hombre “corriente” se ve sumergido en una realidad que aparentemente no le pertenece?
Otra de las bazas más atractivas de Crying Freeman es el gran dibujo de Ryochi Ikegami, detallista y muy realista. Contrasta la belleza de los rostros de los protagonistas y sus cuerpos con la desagradable violencia que retrata. De hecho, es tan meticuloso que cualquier detalle es resaltado de manera notable. Alfons Moliné apunta en su libro El Gran Libro de los Manga que su estilo ha ido evolucionando hasta llegar a un grado de realismo puntilloso. Es difícil imaginar para esta historia tan cruda y violenta otro dibujo que no sea el de Ikegami.
Capítulo aparte merece la plasmación de las escenas de sexo (que son muchas): sugerentes, salvajes, exóticas, elegantes y atrevidas. Construidas en función del punto de vista de diferentes personajes (aunque mayoritariamente masculinos). Hay que recordar que las escenas de sexo no son tratadas y censuradas como en otras países. Aún así Crying Freeman es un ejemplo perfecto de cómo hasta los inicios de la década de los 90 el artículo 175 del Código Penal japonés imponía a la industria del manga penalizaciones por mostrar los genitales adultos masculinos y femeninos. Así, la “imaginación» del lector jugará un papel importante en las escenas de sexo.
Las ediciones.
Existen dos ediciones en castellano. La primera vio la luz en 1992 de la mano de Planeta-DeAgostini, publicada en formato comic-book y en sentido de lectura occidental. Se tituló Crying Freeman – La Ley del Yakuza y englobaba 8 números que equivaldrían a un tomo y casi medio de los japoneses. Estamos ante una edición para nostálgicos y coleccionistas, al tratarse de los primeros mangas en publicarse regularmente en España, pese a estar inconclusa y que su edición deje bastante que desear.
La segunda versión es más reciente, concretamente de 2005, donde, de nuevo de la mano de Planeta DeAgostini, se puede disfrutar de toda la obra completa editada de la misma forma que en Japón, con sentido de lectura oriental y con nueva traducción. Aún así, se hecha en falta algún que otro epílogo y comentarios de sus creadores.
Crying Freeman, Los paraísos perdidos
Como curiosidad adicional, para los que no lo sepan, existe una película de imagen real rodada en 1995 que adapta el manga, producida en Francia y protagonizada por Mark Dacascos.
Lo mejor: Sin duda, la trepidante historia, su guión y su dibujo realista, violento y precioso.
Lo peor: Pese a todo, se echa en falta una mayor credibilidad en las “proezas” del protagonista, así como un mayor contacto con la realidad.
Ficha técnica:
Edición “Formato Comic-Book”
Título Original: Crying Freeman
Guión: Kazuo Koike
Dibujo: Ryoichi Ikegami
Editorial Japonesa: Koike Shoin
Editorial Española: Planeta DeAgostini Cómics
Precio: 325 Ptas. (1,9 Euros aprox.)
Formato Tomo: B5 (176×250)
Nº de Tomos en Japonés: 9
Nº de Tomos en Castellano: 8 comic-books (tomos japoneses 1 y 2)
Edición “Formato Tomo”
Título Original: Crying Freeman
Guión: Kazuo Koike
Dibujo: Ryoichi Ikegami
Editorial Japonesa: Koike Shoin
Editorial Española: Planeta DeAgostini Cómics
Precio: 12,95 Euros
Formato Tomo: A5 (148×210)
Nº de Tomos en Japonés: 5
Nº de Tomos en Castellano: 5
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