El pasado 14 de junio se emitió el undécimo capítulo de Boruto: Naruto Next Generations en la plataforma digital Crunchyroll. Se trata de la continuación del ya mítico shônen Naruto. Esta nueva etapa narra las aventuras de Boruto, el joven hijo de Naruto, ya convertido en Hokage y quien recorrerá su propio camino del ninja.
Os dejamos con las impresiones de este undécimo episodio. Como siempre, recordamos que las siguientes líneas contienen spoilers sobre la trama del capítulo.
La trama del ghost ya está de sobra encaminada,. Sin embargo, el capítulo arranca bastante flojo, ya que la agresión que sufrieron en la planta purificadora la delegada Sumire y sus dos compañeras queda en poco más que una conmoción y unos rasguños. Un hecho que se podría haber exprimido un poco más, o quizás darle algo más de dramatismo.Todo se resuelve demasiado rápido con unas simples disculpas por parte de Boruto.
Pero hay un detalle curioso que puede sacarse de este accidente. Sumire está algo más grave que sus compañeras. En un momento dado Sumire se asoma a la ventana y ve a sus compañeras siendo recogidas por sus familiares, sin embargo ningún familiar ha ido a verla a ella. Esto ya nos hace preguntarnos sobre el entorno y la vida de Sumire, alguien tan tremendamente responsable (y algo miedica) ¿Cuál es su pasado? Todavía es pronto para determinar si este personaje tendrá más peso en el futuro.
Posiblemente el momento más interesante del capítulo ha sido el protagonizado por Boruto, Naruto y Shino. Aquí se vuelve a presentar un conflicto generacional, algo que parece que va a estar muy presente en esta serie, sobre todo en lo que respecta a la relación de Boruto con su padre. En este caso, el enfrentamiento se debe a que Naruto considera que Boruto no debería ocuparse del asunto del ghost. Mientras que Boruto ha hecho suyo el problema de las posesiones Shino se pone de lado de Boruto, a fin de cuentas fue salvado por este, Shikadai y Mitsuki cuando fue poseído. Él cree que los niños pueden ser tratados como adultos.
Durante el resto del capítulo se vuelve a recurrir al tema de la caza del ghost. La acción vuelve a centrarse en el trabajo como cartero de Boruto, Shikadai y Mitsuki, solo que esta vez están ayudados por el resto de compañeros de clase. Todo bastante previsible: el encargado de correos es poseído y se pone a lanzar pseudo-ataques con las cartas, lo que estéticamente es prácticamente una copia, con menos gracia, del poder que tenía Konan. Sin embargo, esta escena tiene algo bastante esclarecedor: un extraño personaje enmascarado es el encargado de manejar estas posesiones.
Tras lograr reducirle cabe destacar que Mitsuki da con el “marionetista” que controla a este ser, aunque tan solo se miran y el enmascarado termina por marcharse. Esto despeja todas las dudas de los episodios previos y deja claro que Mitsuki sabe más de lo que dice y tiene alguna relación con todo el tema del ghost.
Finalmente, el cliffhanger de esta semana ha mostrado al ser que está detrás de esta trama, un ser parecido a un byjou sediento de chakra procedente de personas con alguna debilidad emocional.
Hemos tenido, por tanto, un capítulo con muchos altibajos, con algunos momentos interesantes pero que, como casi siempre, están protagonizados por la generación anterior. Cada vez se están desvelando más detalles de esta primera trama y parece ser que está próxima a su fin. Este primer arco, a pesar de tener algunos buenos momentos, todavía le está costando tomar el impulso definitivo.
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